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# Las teorías empírico-analíticas {#Lasteoríasempíricoanalíticas}
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Primera parte:
- Rasgos generales: El positivismo, el empirismo y sus derivados.
- El objeto y el método.
- Problemas actuales.
Segunda parte:
- Behaviorismo, estructural-funcionalismo y enfoque sistémico.
- El enfoque comparatista: Descripción de los enfoques.
- Síntesis de obras teóricas de estas corrientes.
Tercera parte:
- Las explicaciones de base psicológica individual: La Psicología del estímulo-respuesta.
- La psicología de la Gestalt.
- La teoría del campo.
- El freudismo ortodoxo.
- El neofreudismo.
Cuarta parte:
- El formalismo.
- La teoría de los juegos.
- La teoría de la información y la cibernética.
- Modelos y simulaciones.
Quinta parte:
- Enfoques metodológicos usuales: Puntos en común.
- Particularidades metodológicas.
- Reflexiones sobre el lenguaje y la elaboración conceptual.
## Primera parte {-}
### Rasgos generales {-}
Las teorías empírico-analíticas también suelen ser llamadas "teorías deductivo-empíricas" o "empírico-general-inductivas". Se basan en distintas variedades de la lógica científica neo-positivista. No hay en ella un acuerdo completo sobre los alcances posibles de una "teoría" fuera de su carácter sistemático: que permita describir, explicar y predecir sucesos mediante deducciones formales no contradictorias. Algunos autores, como Talcott Parsons, sostienen la posibilidad y conveniencia de construir teorías generales. Otros, como Robert Merton, sólo consideran viables (al menos, por ahora) las teorías de alcance medio.
En años recientes hemos visto una notable declinación de las pretensiones predictivas de las teorías: muchos autores actuales prefieren limitarse a describir y explicar, dejando al futuro en las brumas de su misterio. Vemos en ésto una influencia de esa "cultura de la incertidumbre" que caracteriza al posmodernismo y también una consecuencia de esa lección de modestia que entrañan tantos hechos recientes que nadie previó con suficiente anticipación, desde la derrota de los EE.UU. en Vietnam y de la URSS en Afganistán, la caída del Sha de Irán y la emergencia de fundamentalismos religiosos, hasta la caída del muro de Berlín y de los "socialismos reales" en la Europa del Este.
Para comenzar, recordemos brevemente qué significa la orientación científica neo-positivista. La base fue dada por el positivismo del siglo XIX, al que inevitablemente se asocia el nombre de Auguste Comte. El POSITIVISMO puede ser sintéticamente expresado en los siguientes enunciados: - el único objeto del conocimiento es lo dado ("positum") en la experiencia; - no hay otra realidad que los hechos y las relaciones entre hechos; - no hay que buscar respuesta al qué, porqué y para qué de las cosas, sino únicamente al cómo; - no tiene validez alguna la metafísica, ni el conocimiento a priori, ni la intuición de lo inteligible; - se rechaza todo "sistema" filosófico; - la filosofía es sólo el conjunto ordenado de los datos que suministran las ciencias.
Por su parte, el EMPIRISMO (Hume) considera que la única fuente del conocimiento es la experiencia. Recusa todo innatismo: el hombre sólo elabora un conocimiento después de haber estado en contacto con la realidad sensible, y lo hace con elementos que ella le aporta.
El EMPÍRICO-CRITICISMO (Avenarius) fundamenta en la crítica sistemática de la experiencia pura la posibilidad de eliminar los planteamientos de tipo metafísico y los apriori del conocimiento, para lograr una representación neutral del mundo.
EMPIRISMO CIENTÍFICO es ante todo el nombre de una característica metodológica propia de todas las corrientes científicas derivadas o afines al positivismo lógico, que se proponen la unificación de la ciencia. Este enfoque se centra en el concepto de VERIFICABILIDAD, básico para la aceptación de una proposición en cualquier campo del saber. Recordemos que el principio de verificabilidad (Ayer) consiste en "saber qué observaciones conducirían bajo ciertas condiciones a aceptar una proposición como verdadera o rechazarla como falsa".
Entre las principales características del NEOPOSITIVISMO podemos mencionar las siguientes: - el único conocimiento digno de tal nombre es el que las ciencias empíricas tienen de sus objetos; - la filosofía no es un saber sobre cosas, sino una actividad crítica del conocimiento positivo y del lenguaje en que éste se formula; - tiene gran importancia la verificación formal (lógica) y el análisis del lenguaje.
El NEOPOSITIVISMO CRITICO (Popper) sostiene que nunca es posible verificar la verdad de un enunciado inductivo por vía empírica; lo que sí puede hacerse es intentar falsarlo: mientras no se lo logre, mientras la afirmación se mantenga en pié, se la acepta como verdadera.
Este conjunto de rasgos que acabamos de repasar ha sido anotado aquí más que nada para dar cuenta del "ambiente intelectual" en el que se han desarrollado las teorías empírico-analíticas.
La óptica neopositivista, tal como ha sido definida por Karl Popper, parte de considerar que nuestra ignorancia es muy grande. La ciencia nace en ese contexto, al plantear problemas. Para que haya problemas tiene que haber desconocimiento, pero al mismo tiempo "no es posible reconocer los problemas sin un cierto grado de conocimiento"^[Klaus von Beyme: TEORIAS POLITICAS CONTEMPORANEAS, Madrid, Instituto de Estudios Políticos, 1977.].
La tesis principal de Popper es que el METODO, tanto en las ciencias naturales como en las sociales, consiste esencialmente en experimentar y criticar soluciones a los problemas. No hay verificación alguna posible: los ensayos de solución son criticados, o sea se intenta refutarlos y se los acepta mientras se mantienen en pié; en caso contrario se los reemplaza por otros. Esta actitud básica -llamada falsacionismo- no es aceptada por todos los científicos empírico-analíticos, que plantean la objeción de que resulta muy frustrante construir una ciencia en permanente derrumbe. También plantean el problema que presentan las teorías generales, que muchas veces escapan a la falsación empírica, no por ser verdaderas sino por su elevado nivel de abstracción.
El neopositivismo crítico de Popper sostiene que no hay una materia específica como especialidad de cada ciencia, sino que "cada disciplina es un conglomerado estructurado de problemas". Según el planteo de los neopositivistas, la demarcación de los límites entre ciencias está aún por resolver. Se advierte, desde luego, una mayor flexibilización de los límites (por ejemplo, entre Sociología, Psicología, Economía y Ciencia Política) y el correspondiente auge de los estudios interdisciplinarios.
La objetividad de la ciencia, según el planteo neopositivista, no depende de la objetividad individual de cada científico sino del hábito generalizado de ofrecer las teorías a la crítica abierta del mundo científico. Por otra parte, frente al relativismo y al historicismo, el neopositivismo crítico reivindica la noción de VERDAD, no sólo en el sentido de verdad histórica sino también en sentido absoluto, en su aspecto lógico-formal. "Las leyes de la Lógica rigen independientemente de la época histórica", dice von Beyme.
El neopositivismo crítico evalúa las teorías con un criterio pragmático: una teoría es más válida que otra si es más eficaz, si sus conceptos son más aplicables a la investigación empírica y sobre todo si es técnicamente aplicable en el ámbito social.
El neopositivismo crítico ha sido a su vez criticado. Se ha dicho, por ejemplo, que sus teorías extraen de la realidad sólo aquellos datos que avalan las hipótesis previamente proyectadas; y que "la exposición, el pronóstico y la proyección de la teoría positivista" se convierten "en correa de trasmisión del conocimiento científico y tecnológico en el mundo de artículos de consumo en la civilización industrial" (von Beyme).
En lo que específicamente se refiere a la Ciencia Política, se dice que la orientación neopositivista degrada a la Ciencia Política a la condición de una "simple ciencia auxiliar de la administración racional", vinculada sobre todo con los procesos de toma de decisión. Por el contrario, otros teóricos, como Lehmbruch, reivindican el valor de la orientación neopositivista en Ciencia Política, porque produce una clarificación crítica que suprime prejuicios, y porque permite la "formulación de pronósticos en forma de hipótesis condicionales que se convierten en el fundamento de una tecnología social prospectiva", dice von Beyme.
El neopositivismo, en todas sus variantes, siempre ha sostenido la importancia de evitar que la actividad científica se mezcle con la política práctica. Los principales problemas que enfrenta actualmente el neopositivismo crítico son los siguientes: 1) Cómo separar claramente los juicios científicos sobre el ser de los fenómenos, de los juicios normativos sobre el deber ser de los mismos, especialmente en las tareas de asesoramiento político.
2) Cómo colmar el abismo que separa "la pura teoría científica" del "empirismo descriptivo de la labor científica cotidiana". En otros términos, cómo cubrir la distancia entre la aspiración a una teoría general omnicomprensiva (que es considerada "utópica" por algunos autores, como por ejemplo, Robert Merton) de las "teorías de alcance medio", que son las únicas consideradas como realizables actualmente.
3) Cómo hacer más operativos los conceptos de la teoría en temas concretos, vinculados con la realidad política; y cómo comunicar más adecuadamente los resultados obtenidos.
4) Cómo evitar que el "consenso científico elitista" establezca teorías-doctrinas, o sea teorías dominantes, que hagan más difícil su propio cuestionamiento o revisión crítica por vía de la falsación, esgrimiendo tácitamente un anticientífico "principio de autoridad".
5) Cómo establecer una separación no esquemática y útil entre teoría e ideología, sobre todo teniendo en cuenta que ese vínculo es riesgoso pero a la vez fecundo en interesantes hipótesis, y que las ideologías y utopías suelen no carecer de contenidos empíricos y de observaciones descriptivas.
Bajo el título general de "teorías empírico-analíticas" vamos a presentar con cierto detalle las siguientes corrientes teóricas: - Behaviorismo o conductismo; - Estructural-funcionalismo; - Enfoque sistémico; - Enfoque comparatista; - Explicaciones de base psicológica: estímulo/respuesta; gestalt; teoría del campo; dinámica de grupos; freudismo ortodoxo; neofreudismo.
- Formalismo: teoría de los juegos; teoría de la información y la cibernética; modelos y simulaciones.
En pocas palabras, se trata -más allá de lo discutible que puedan resultar algunas inclusiones- de dar un panorama lo más completo posible de las corrientes teóricas de raíz empírica vigentes en los países occidentales.
## Segunda parte {-}
### Behaviorismo, estructural-funcionalismo y enfoque Sistémico {-}
#### El enfoque comparatista {-}
Estos enfoques guardan entre sí estrechas relaciones de continuidad y de conflicto y hasta expresan, con frecuencia, momentos evolutivos o facetas en la labor de los mismos autores. Con todas sus complejas variantes configuran el esquema conceptual y metodológico predominante en la Ciencia Política actual, si bien ya afectado por la crisis de paradigma a que se enfrentan las ciencias sociales en los últimos años, y que a nuestro entender alcanza a todos los enfoques conocidos.
Aún así, en medio de muchos problemas no resueltos, quedan en pié sus innegables virtudes: flexibilidad, elevada abstracción, capacidad para operar con fenómenos micro, meso, macro y mega-políticos, además de capacidad para incorporar explicaciones provenientes de otros enfoques teóricos, etc.
#### El behaviorismo {-}
Este vocablo es de orígen anglosajón:"behavior" = comportamiento. Es una corriente o escuela científica, originada en los EE.UU. y luego relativamente difundida en Europa y en el resto del mundo. Postula el estudio rigurosamente empírico del hombre, mediante la observación directa de su comportamiento, entendido -al decir de Skinner^[B. F. Skinner: SCIENCE AND HUMAN BEHAVIOR, New York, Free Press, 1953.]- como "una característica primaria de las cosas vivas" que actúa como "variable dependiente" respecto de las "condiciones externas, de las cuales el comportamiento es una función".
Estas "relaciones causa-efecto en el comportamiento son las leyes de una ciencia...expresadas en términos cuantitativos", dice Skinner. La máxima aspiración del behaviorismo es equiparar a las ciencias del hombre con las ciencias de la naturaleza, en las que el sujeto y el objeto de la investigación no se confunden entre sí.
En la aparición del behaviorismo en la Ciencia Política puede reconocerse la influencia de psicólogos como E.L. Thorndike y J.P. Watson. Sus manifestaciones explícitas más tempranas pueden hallarse en Charles Merriam y su "Escuela de Chicago", de la que surgieron, antes de la segunda guerra mundial, algunos científicos políticos sobresalientes como Gabriel Almond, Harold Lasswell, Herbert Simon y David Truman.
Charles Merriam (1874-1953) nació en Iowa. Se doctoró en Columbia, y luego en Leyes por la Universidad de Colorado. Fue profesor de Ciencia Política en la Universidad de Chicago desde 1911. Entre sus numerosos libros cabe citar: "The American Party System" (1922); "News Aspects of Politics" (1925); "The Making of Citizens" (1931); "Political Power" (1934); "What is Democracy" (1941) y "Systematic Politics" (1945).
El enfoque behaviorista apareció como una propuesta renovadora frente a la por entonces predominante escuela legalista o institucionalista, que ya era cuestionada por muchos investigadores debido a su desinterés o falta de capacidad para explicar los numerosísimos fenómenos políticos no-institucionalizados pero de innegable interés y trascendencia.
Quizás el principal hito de esta transición pueda ubicarse en un trabajo de Charles Merriam titulado "The Present State of the Study of Politics" (1921), que marca el pasaje desde el punto de vista institucional, de raigambre jurídica, hacia el punto de vista comportamental, de raigambre socio-psicológica, en el estudio de la política: el objeto a estudiar sería, en adelante, "el comportamiento de individuos y grupos que actúan políticamente". En forma congruente se produjo, en el plano metodológico, el pasaje desde el uso casi exclusivo de documentos de archivo, históricos, hacia el empleo de la observación, mediante técnicas psico-sociológicas como el sondeo, la encuesta o la entrevista.
El concepto central del behaviorismo es, desde luego, el de "conducta política". Apareció por primera vez en el título de un libro en 1928^[F. Kent: POLITICAL BEHAVIOR, THE HERETOFORE UNWRITTEN LAWS, CUSTOMS AND PRINCIPLES OF POLITICS AND PRACTICE IN THE UNITES STATES (1928).]. Un factor promocional del behaviorismo fueron los nuevos problemas prácticos que tuvo que encarar la administración federal de los EE.UU. para su propia racionalización y para llevar adelante los programas de ayuda técnica y económica característicos del "new deal".
El predominio del behaviorismo en la Ciencia Política norteamericana se alcanzó en la inmediata posguerra de la segunda guerra mundial. En 1945 se creó el "Commitee on Political Behavior" en el seno del "Social Science Research Council". En 1950, un behaviorista, Peter Odegard, alcanzó la presidencia de la "American Political Science Association". En la década de los sesenta, siete de los diez politólogos americanos más famosos eran declaradamente behavioristas: V.O. Key, D. Truman, R. Dahl, H. Lasswell, H. Simon, G. Almond y D. Easton.
En la práctica, "behaviorismo" es un nombre genérico para una gran cantidad de enfoques bastante heterogéneos. Una expresión humorística lo compara con un paraguas bien grande, que ofrece cobijo temporal a un grupo dispar, cuyo único punto en común es su descontento respecto de la Ciencia Política tradicional...No obstante, tienen una cantidad de rasgos y creeencias similares^[Klaus von Beyme, op. cit., pg. 137 y ss.]: - que la Ciencia Política puede ofrecer explicaciones y predicciones en forma semejante a las ciencias naturales (aunque más bien del tipo "biología" que del tipo "físico-química"); y ofrecer también análisis sistemáticos elaborados en base a teorías a experimentar; - que el límite del estudio científico de la política está en los fenómenos observables; - que las instituciones son "conductas sociales estancadas" y que el efecto político de las instituciones no puede analizarse por el estudio de la conducta en las instituciones; - que los datos deben ser cuantificados al máximo posible; - que en la opción investigación pura-investigación aplicada se debe elegir decididamente ésta última, apuntando a la solución de problemas políticos concretos y a la innovación de los programas de acción política; - que la valoración no debe ser considerada como parte de la actividad científica: no se puede demostrar científicamente la veracidad o falsedad de los valores; - que la Ciencia Política debe ser interdisciplinaria. Algunos teóricos han llevado esta posición al extremo de negar su carácter de ciencia autónoma y tienden a subsumirla en la Sociología.
El behaviorismo politológico originario utilizaba un paradigma proveniente de la Psicología: S-R (estímulo-respuesta). Al combinarse el behaviorismo con la Teoría de los Sistemas, como por ejemplo ocurrió en la obra de David Easton, se adoptó un paradigma más complejo: S-O-R (estímulo-organismo-respuesta) y se empezaron a tomar en consideración aspectos subjetivos tales como sentimientos y motivaciones, y finalmente la cultura.
El behaviorismo, desde sus orígenes, evolucionó en muchos aspectos, y si bien los primeros estudios partían del individuo como unidad de análisis, los posteriores (sin descuidar al individuo) emplean también conceptos como rol, grupo, institución, organización, cultura, sistema.
El behaviorismo ha sido criticado, sobre todo, por algunas excesivas pretensiones suyas respecto del alcance de sus esquemas explicativos, pero conserva siempre su valor como método descriptivo, en especial en todo lo referente a las interacciones que el sujeto en estudio mantiene con el medio que lo rodea. Las evoluciones posteriores a su aparición lo vincularon con el gestaltismo y con el enfoque sistémico; o configuraron un "neo-behaviorismo" como el de E. Tolman, al que nos referiremos ahora porque es un enfoque de raíz psicológica que tiene mucho interés para la Ciencia Política.
Edward C. Tolman, en su obra "Purposive behavior in animals and men" (1934) planteó un concepto de ORGANISMO como ente que persigue fines y procura evitar consecuencias negativas para sí o para sus propios fines. Su behaviorismo finalista ("purposive behaviorism") afirma que los organismos tienen la capacidad de trazar "mapas cognitivos" que resumen su experiencia y que pueden ser usados para perseguir o eludir algunos objetivos.
El organismo, según Tolman, interpreta sus percepciones en forma de un complejo total ("Gestalt") de experiencia, que incluye sus recuerdos y que produce un conjunto de espectativas sobre los medios a usar para conseguir determinados fines. Estas ideas fueron trasladadas desde el ámbito psicológico individual al ámbito social y político y usados en la explicación de los procesos teleológicos del aprendizaje político.
### El Estructuralismo y el funcionalismo {-}
El Estructuralismo es una compleja corriente de pensamiento, de orígen europeo, a cuya génesis se suele asociar los nombres de Alfred Reginald Radcliffe-Brown (1881-1955) y de Claude Lévi-Strauss (n. 1908 ). En términos muy generales, lo primero que cabe decir es que el estructuralismo no se reduce a la utilización de la noción de ESTRUCTURA, harto difundida en las ciencias sociales por parte de todos los enfoques teóricos.
Radcliffe-Brown fue un sociólogo y etnólogo inglés, profesor en Chicago y en Oxford, que investigó con un método comparativo los "principios estructurales" de las relaciones humanas. También se lo asocia con los orígenes del Funcionalismo, por lo que luego lo volveremos a nombrar. En tiempos recientes se le ha criticado por encontrar en sus desarrollos cierta confusión entre modelo y realidad, así como por cierta reducción de la noción de estructura a una mera articulación de elementos empíricos.
Claude Lévi-Strauss, antropólogo francés (en realidad, de orígen belga), profesor del "College de France", es autor, entre muchas otras obras, de "Anthropologie Structurelle", cuya lección vamos a seguir para tratar de aclarar qué es el estructuralismo.
Según Lévi-Strauss, el orígen del análisis estructural está en la "revolución lingüística" (Saussure-Troubetskoy), que más allá de una transferencia de métodos de investigación desde el campo del lenguaje hacia el campo de la sociedad, llegó a afirmar que todos los fenómenos sociales -incluso los políticos, por supuesto- son "también" fenómenos lingüísticos.
En el enfoque de Lévi-Strauss, no se trata de aplicar una hermenéutica que devele "el sentido oculto del texto explícito" sino de ver a los "fenómenos de sentido" como manifestaciones de un juego estructural cuya explicación hay que buscar en un nivel distinto del empíricamente percibido. En palabras más simples, no es cuestión de buscar un código que "traduzca" lo que un elemento significa y explique cuál es su sentido más allá de su apariencia externa, sino de comprender que ese sentido es conferido por un "juego estructural", vale decir, por las relaciones del elemento con otros en el interior de una estructura, y por los factores definidores de tales relaciones.
Dice Lévi-Strauss que "la revolución fonológica consiste en el descubrimiento de que el sentido resulta siempre de la combinación de elementos que no son de por sí significantes. En mi perspectiva, el sentido no es nunca un fenómeno primario". En definitiva, el orden estructural, productor de sentido, es una "sintaxis". En principio nosotros la conocemos sólo por sus productos, sus efectos; y la definimos luego por las relaciones que vinculan entre sí a los elementos y les confieren un "valor de posición" similar al que adquieren los fonemas de la Lingüística en el contexto de una frase.
Esos elementos y sus relaciones -dice Althusser en "Pour Marx"- determinan "los lugares y las funciones desempeñadas por los seres y los objetos reales. Los verdaderos sujetos de la investigación no son, entonces, los ocupantes de esos lugares o los funcionarios de tales funciones, sino los definidores y distribuidores de esos lugares y funciones". Esas relaciones, por ser tales, "no se pueden pensar como sujetos" y son "irreductibles a toda intersubjetividad antropológica".
Esta visión tiene profundas consecuencias en cuanto al modo de investigar lo social y particularmente lo político, ya que pone el acento en el caracter significante y productor de sentido de los vínculos relacionales y de sus valores posicionales emergentes, orientando en definitiva la investigación hacia los factores "definidores y distribuidores" de tales relaciones, superando así el clásico enfoque centrado en las designaciones y roles formales de los entes institucionales, o en los desempeños personales.
El estructuralismo -tal como Lévi-Strauss lo entiende- no acepta que pueda realizarse una integración totalizadora de los diversos niveles estructurales de una realidad compleja, ni procediendo por homología estructural ni definiendo una estructura como causa y a las otras como efecto. En ésto el estructuralismo difiere notablemente del marxismo clásico. Dice Lévi-Strauss, por ejemplo, que "toda cultura puede ser considerada como un conjunto de sistemas simbólicos...pero los diferentes sistemas de símbolos cuyo conjunto constituye la cultura son irreductibles entre sí".
En las ciencias sociales, el concepto de estructura puede ser entendido de dos modos diferentes pero complementarios. En un sentido amplio, una estructura es el sistema abarcativo que contiene a los casos particulares; es la "regla de variabilidad" de esa pluralidad de conjuntos que surgen como variantes de su combinatoria. En un sentido estricto, las estructuras no pertenecen al orden de la realidad empírica: son pautas "inventadas" a partir de ella para cumplir, como los modelos, la función de hacerla inteligible.
En sentido estricto, el estructuralismo define, pues, a la estructura como una construcción racional del pensamiento, y reprocha por consiguiente al funcionalismo su concepción "realista" de la función y su idea de que toda la sociedad converge en ella. Lévi-Strauss consideraba que el funcionalismo es "una forma primaria del estructuralismo" y agregaba: "decir que una sociedad funciona es una perogrullada, pero decir que todo, en una sociedad, funciona es un absurdo"...
El Funcionalismo es una corriente de pensamiento cuyo orígen es europeo y cuyo desarrollo tuvo lugar principalmente en los EE.UU. Su hipótesis fundamental puede resumirse en el siguiente enunciado: Las actividades parciales de los elementos contribuyen a la actividad total del sistema del que forman parte.
A los comienzos del funcionalismo suele asociarse, en forma implícita, el nombre de Emile Durkheim, y en forma ya explícita, el de Bronislaw Malinowski. Emile Durkheim (1858-1917) es considerado "el padre de la Sociología francesa". Es autor de numerosas obras, entre las que cabe citar: "De la División del Trabajo Social", "El Suicidio", "Las Formas Elementales de la Vida Religiosa" y "Las Reglas del Método Sociológico"^[E. Durkheim: DE LA DIVISION DEL TRABAJO SOCIAL Bs. As., Schapire, 1967.
EL SUICIDIO Bs. As., Schapire, 1965.
LAS FORMAS ELEMENTALES DE LA VIDA RELIGIOSA Bs. As., Schapire, 1968.].
La actitud metodológica de Durkheim partía de una exigencia de objetividad, expresada en el tratamiento de los hechos sociales "como cosas" (no en el sentido de cosificarlos sino de "observarlos desde afuera"). Durkheim consideraba que una comprensión de los fenómenos sólo podía derivar de su tratamiento objetivo. A tal fin, el sociólogo debe investigar en primer lugar la CAUSA del fenómeno y en segundo lugar su FUNCION, pero Durkheim aclaraba muy bien que "hacer ver para qué es útil un hecho no es explicar cómo ha nacido ni cómo es lo que es", con lo que formulaba una acertada crítica anticipada al futuro funcionalismo.
Durkheim nunca separó sus inquietudes teóricas de sus intenciones reformadoras respecto de la sociedad, para atender las cuales propugnaba un diagnóstico que discrimine lo normal y lo patológico en los fenómenos sociales, vale decir, que permita al sociólogo reconocer los males sociales y decir cómo sanarlos.
La obra de Durkheim, aparte de su proto-funcionalismo, tiene mucho interés para la Ciencia Política, en la que se detectan muchas trazas de su influencia. Ya en su primera obra, "De la División del Trabajo Social" (1893), planteaba una original tipología de las sociedades, distinguiendo entre las "sociedades de solidaridad mecánica" (cuya cohesión interna se basa en la fuerza de la conciencia colectiva, en la participación intensa de los individuos en una misma sacralidad social) y las "sociedades de solidaridad orgánica" (en las que los hombres, por obra de la división del trabajo social se constituyen en individualidades diferenciadas, que cumplen tareas específicas en las que realizan su vocación personal).
En estas sociedades, a diferencia de las anteriores, tienen mucha importancia las diferencias individuales; en ellas la cohesión interna es producto de la complementación de funciones y de un nuevo tipo de representaciones y creencias desarrolladas en torno al concepto de "persona humana".La transición desde un tipo de sociedad mecánica a un tipo de sociedad orgánica se produce por causas del tipo "tamaño y complejidad" : aumento del volúmen de la sociedad, aumento de la densidad material y aumento de la "densidad moral", o sea de la intensidad de los intercambios y de las comunicaciones.
En esta obra de Durkheim que estamos comentando, quizás la parte más pertinente a la Ciencia Política sea su desarrollo del concepto de ANOMIA, entendida como incapacidad social de integración de los individuos a causa de un debilitamiento de la conciencia colectiva. Se trata, en principio, del mal que sufre una sociedad en su conjunto por la carencia o falta de vigencia real de una normativa moral y jurídica que le permita organizar su dinámica interna; es una ruptura de la solidaridad social, una crisis de la sociedad tomada como totalidad. Estas reflexiones de Durkheim continúan en su obra sobre "El Suicidio", en la que el concepto de anomia interviene en la definición de una tipología de los suicidas, cuando Durkheim distingue el suicidio altruísta, el egoísta y el anómico. En esta última obra, Durkheim desarrolla otro aspecto de la anomia: la relación del individuo con las normas de su sociedad. Durkheim hace notar el carácter infinito, vertiginoso y angustiante del deseo del hombre librado a sí mismo, cuando se rompe la relación entre el actor social y el orden simbólico de su sociedad. Esa angustia desaparece cuando la sociedad tiene fuerza suficiente para someterlo a sus normas, pero reaparece cuando disminuye la fuerza de esos instrumentos integradores de la sociedad. Esa es la anomia. Durkheim trató sobre todo de establecer una relación entre la anomia y el modo de organización de la sociedad, planteando el problema de la relación entre los sistemas de valores y las estructuras socio-económicas, en función del ritmo de cambio de estas últimas. Desde el punto de vista politológico es evidente la importancia de estos fenómenos, en relación con la creación de condiciones de orden social y consenso cívico, así como en lo referente a la captación de voluntades individuales para el logro de metas colectivas y la asignación autorizada de valores.
Finalmente, otro trabajo de Durkheim digno de mención desde el punto de vista politológico, y que ha motivados muchos análisis, comentarios críticos y hasta polémicas, es su estudio sobre "Las Formas Elementales de la Vida Religiosa", que ha influído mucho en análisis posteriores sobre las relaciones entre Política y Religión, tema que tiene en verdad gran importancia y sobre el que hay pocas investigaciones profundas.
En esta obra, Durkheim sostiene que "bajo la apariencia de lo sagrado, lo que los hombres adoran, sin saberlo, es la Sociedad...", y describe a continuación los procesos mediante los cuales los grupos producen, en épocas de gran exaltación social, los dioses que necesitan; y cómo los transfiguran luego. Como ejemplo paradigmático de este proceso, Durkheim menciona lo ocurrido en los primeros años de la Revolución Francesa, momento en el que "...bajo el influjo del entusiasmo general, unas cosas puramente laicas por naturaleza fueron transformadas por la opinión pública en cosas sagradas, como la Patria, la Libertad, la Razón. Una religión que tenía su dogma, sus símbolos, sus altares y sus fiestas tendió a establecerse por sí sola. El culto a la Razón y al Ser Supremo intentó aportar una especie de satisfacción oficial a estas aspiraciones espontáneas".
Bronislaw Malinowski (1884-1942) fue un sociólogo y etnólogo, polaco de nacimiento, que realizó la mayor parte de su labor intelectual en Inglaterra. Fue profesor en la "London School of Economics and Political Science" y autor de numerosas obras, entre las que cabe citar "Crimen y Costumbre en la Sociedad Salvaje", "Moeurs et Coutumes des Melanesiens" y sobre todo "A Scientific Theory of Culture"^[Bronislaw Malinowski: A SCIENTIFIC THEORY OF CULTURE, New Caroline University Press, 1944.], donde está resumida su "teoría funcionalista radical".
Malinowski solía apodarse a sí mismo "el jefe del funcionalismo". Utilizaba el término FUNCION con dos significados diferentes (lo que originó no pocas confusiones posteriores): - como conexión permanente entre los elementos integrantes de una realidad social dada, con carácter regulador y dador de significado; - como relación positiva entre las necesidades primarias de los hombres y los sistemas sociales.
Esta segunda acepción entraña un cierto reduccionismo de la cultura a la necesidad, que es bastante recurrente en el pensamiento de Malinowski y que le ha sido muy criticado posteriormente.
Malinowski partió en sus investigaciones de la consideración de las necesidades fundamentales o básicas de la naturaleza humana, y estudió las diversas formas en que se manifiestan y satisfacen en las diversas culturas. Según Malinowski, la vida social es producto de la urgencia que sienten los individuos de cubrir ciertas "necesidades fundamentales", tales como alimentación, seguridad, vinculación, etc. Su "análisis funcional" parte del supuesto de que cada costumbre, cada idea, etc., cumple una función vital para los individuos, en cuanto a la satisfacción de sus necesidades, en el particular contexto cultural de cada uno.
Esa vida social-cultural tiende a expresarse en "instituciones sociales". Para Malinowski, cada institución tiene su "mapa" , vinculado a las representaciones y creencias del grupo social. Ese mapa abarca la definición, estructura y finalidad del grupo institucionalizado, y las reglas que el grupo debe obedecer. Toda institución tiene, pues, normas, actividades propias , personal y aparato material. Entraña, por otra parte, una "función", porque está destinada en última instancia, a satisfacer una necesidad.
La difusión del enfoque funcionalista, después de la segunda guerra mundial, fue el más notable cambio de orientación conceptual en la historia reciente de las ciencias del hombre. Especialmente en la década de los cincuenta se produjo una gran eclosión de obras funcionalistas, primero en Sociología y Antropología, luego en Psicología (particularmente en vinculación con la llamada "dinámica de grupos") y finalmente en Ciencia Política. En la década de los sesenta, el funcionalismo era el modo de investigación predominante en Ciencia Política, considerado por muchos como "el mejor enfoque posible para el desarrollo de la teoría"^[Eugène J. Meehan: PENSAMIENTO POLITICO CONTEMPORANEO, Madrid, Revista de Occidente, 1973.].
Funcionalismo y función son en realidad términos bastante ambiguos. Según Ernest Nagel^[Ernest Nagel: THE STRUCTURE OF SCIENCE: PROBLEMS IN THE LO- GIC OF SCIENTIFIC EXPLANATION, Harcourt,Brace and World Inc., 1961.], FUNCION tiene por lo menos seis significados distintos, cada uno de los cuales tiene implicaciones específicas para la investigación: 1) Enunciado de la interdependencia de dos variables; 2) Conjunto de procesos dentro de un sistema; 3) Uso corriente de un objeto; 4) Procesos internos de mantenimiento vital de los organismos; 5) Consecuencias que un elemento de un sistema tiene para el sis- tema como totalidad; 6) Contribución de un elemento de un sistema para el mantenimien- to de éste en un estado determinado.
Esta sexta acepción es la que con más frecuencia utilizan los funcionalistas en el campo de las ciencias sociales. Conviene aclarar que es un error usar el término función como sinónimo de "efecto". Por otra parte, no hay una definición "correcta" de función. Hay que especificar en cada caso qué acepción se está utilizando, para no invalidar el razonamiento u oscurecer el contexto de la discusión.
La forma típica de una explicación funcionalista es el establecimiento de la relación existente entre un fenómeno dado (generalmente,una forma reiterada de comportamiento social) y el sistema dentro del cual se produce dicho fenómeno. Como mínimo, una explicación funcional requiere la existencia de un fenómeno a investigar, un sistema dentro del cual se produce el fenómeno, y la determinación de las consecuencias del fenómeno para el sistema. En este esquema se ve claramente la relación que, a poco andar, se estableció entre el enfoque funcionalista y el sistémico.
Las explicaciones funcionales tienen habitualmente forma causal o factorial. Muy rara vez se ha logrado por esta vía una explicación "completa", que incluya todas las consecuencias del fenómeno para el sistema. Por otra parte, es imprescindible definir cuidadosamente el sistema que va a ser analizado. Ahora bien, en general los sistemas (especialmente en ciencias sociales) se definen en forma analítica, no empírica. Esto quiere decir que los sistemas no vienen "dados por la naturaleza" sino que son delimitados en función de los propósitos del investigador. Esto, como es obvio, abre las puertas a un riesgo muy grande de forzar los hechos para que se amolden a las intenciones. Hay un límite a la arbitrariedad en la construcción de sistemas conceptuales: hay que conservar correspondencias claras entre el modelo y los aspectos concretos de la realidad en estudio, pero no hay reglas fijas y uniformes para no cruzar esa frontera.
Dentro del funcionalismo hay una gran variedad de criterios sobre aspectos básicos del enfoque: elección de fenómenos, amplitud de sistemas de base, precisión en la definición de relaciones. Algunos enfoques son predominantemente sociológicos; otros, psicológicos; algunos son teleológicos y otros no. También hay diferencias muy importantes acerca del modo de construir teorías y del papel de la teoría en la explicación de fenómenos específicos. Esto se aprecia claramente, como veremos enseguida, al comparar las obras de Robert Merton y de Talcott Parsons.
Inicialmente, el funcionalismo derivó de una analogía orgánica. El enfoque organicista es muy evidente en la obra de Malinowski y de Radcliffe-Brown, y aún hoy nutre la obra de muchos sociólogos funcionalistas. Malinowski, como ya vimos, se inclina a definir las funciones en términos de necesidades fundamentales de todos los seres humanos, necesidades que, en última instancia, tienen una raíz orgánica. Ahora bien, la unidad fundamental de análisis sociológico en Malinowski es la noción de "institución social", mientras que Radcliffe-Brown está más interesado en las "funciones vitales" de la sociedad, y toma como norma la "vida social ordenada", norma que sólo puede mantenerse si todos los miembros de la sociedad comparten ciertos sentimientos básicos comunes.
Para expresar esa idea, Radcliffe-Brown empleaba el término "consensus",de larga trayectoria posterior en Ciencia Política, como expresión de un acuerdo o afinidad entre los miembros de una sociedad, acuerdo referido a valores culturales, a normas y a la desiderabilidad de las metas sociales así como a las reglas básicas del juego para obtenerlas. Se trata, en definitiva, de un vínculo de solidaridad social que reduce la necesidad de recurrir a la fuerza para resolver conflictos y crear orden y aumenta la eficiencia global del sistema al no desviar hacia conflictos internos energías que pueden aplicarse a los fines propios del sistema.
Radcliffe-Brown, que fue también un precursor del enfoque comparatista en las ciencias sociales, se interesó mucho por los mecanismos y procesos de transmisión entre las generaciones de los sentimientos sintetizados en el "consensus": los llamados procesos de socialización, o, en lenguaje antropológico, endoculturación. Esta preocupación ocupó también un lugar central en la obra de Talcott Parsons, y es cada vez más frecuente en el pensamiento político contemporáneo, especialmente desde el reciente auge de los enfoques "culturalistas".
Aunque el estructuralismo y el funcionalismo tuvieron orígenes distintos y mantuvieron en sus comienzos polémicas teóricas,terminaron por converger en su desarrollo posterior, vinculándose estrechamente también con el enfoque sistémico, a tal punto que hoy, cuando se habla de "funcionalismo en sentido amplio" se está haciendo alusión a un enfoque de síntesis: estructural-funcionalista-sistémico. Esta convergencia ya se advierte claramente en la obra de Talcott Parsons.
La actitud metodológica típica del estructuralismo consiste en preguntarse cómo es el objeto estudiado, analizando de qué manera están dispuestas las diferentes partes del conjunto. Analíticamente, una ESTRUCTURA es una representación mental de la disposición de las partes de un todo. La actitud metodológica típica del funcionalismo consiste en preguntarse qué hace el objeto, o sea cuál es la función que cumple para el sistema del que forma parte.
Fácilmente puede entenderse que estructuralismo y funcionalismo son dos caras de la misma moneda, ya que el estudio de la estructura lleva a considerar las funciones de los diferentes elementos, y el estudio de las funciones (lo que cada una de las partes hace con respecto al todo) no puede dejar de considerar la estructura. Por otro lado, ese todo es visto como un sistema, del que los elementos considerados son subsistemas. Ellos pueden ser tomados, a su vez, como sistemas de otros subsistemas menores, según el nivel de resolución analítica que se adopte. Así puede entenderse, pensamos, esa confluencia de enfoques en la síntesis estructural-funcionalista-sistémica que fue mencionada párrafos atrás.
### El enfoque sistémico {-}
Antes de describir en forma sintética la obra de autores que pueden ser considerados paradigmáticos de los enfoques aquí mencionados, vamos a hacer una serie de consideraciones generales sobre el enfoque sistémico, en el que parecen converger o complementarse el estructuralismo y el funcionalismo desde hace varias décadas.
No es un secreto para nadie que el concepto de SISTEMA ha invadido todos los campos de la ciencia y penetrado en el pensamiento, los medios de comunicación de masas y hasta en el habla popular. Aparece como un aporte nuevo frente a fenómenos que hasta ahora habían sido estudiados como "mecanismos" (por el estructuralismo) o como "cajas negras" (por el funcionalismo).Este nuevo enfoque irrumpe con fuerza no solo en el campo tecnológico y físico-biológico sino también en el ámbito psico-social, e inclusive, por cierto, en su dimensión política^[Ludwig von Bertalanffy: TEORIA GENERAL DE LOS SISTEMAS, México, FCE, 1981.].
Qué hay que entender por SISTEMA? Digamos de entrada que no es algo simple, evidente o trivial. Por una parte hay realidades (una galaxia, un animal, una célula, un átomo) que son sistemas reales: entidades que la observación percibe, o que se pueden inferir a partir de ella y que existen por sí mismas, con independencia de cualquier observador. Por otra parte, hay sistemas puramente conceptuales, como los que habitan el campo de la Lógica y de las Matemáticas, sistemas que pueden ser considerados como "construcciones puramente formales" o simbólicas. Finalmente, están también los llamados "sistemas abstraídos", que constituyen el grueso del cuerpo de todas las ciencias naturales y humanas que trabajan con sistemas. Son sistemas conceptuales correspondientes a hechos reales. Un ecosistema, un sistema social, un sistema político, corresponden a hechos reales, pero evidentemente no se trata de objetos de percepción directa sino de construcciones conceptuales, de abstracciones (de modelos, en definitiva) que son elaborados y tienen valor y utilidad en la medida en que guardan correspondencia con aspectos o hechos de la realidad que a cada ciencia interesan, aunque sea, desde luego, en forma abstracta y simplificada.
En el campo de la Ciencia Política, por ejemplo, el concepto de SISTEMA POLITICO fue elaborado como un modelo teórico, es decir, como una abstracción de la realidad política que se quiere explicar, para lo cual se la simplifica, reduciéndola a sus rasgos considerados fundamentales (elementos básicos y relaciones entre esos elementos) con el fin de hacerla inteligible.Por otra parte,no es el único modelo posible. Dentro del panorama teórico global, está ubicado en uno de los tipos de modelos existentes, denominado "modelos de integración y de orden", en contraposición a los denominados "modelos de conflicto". Esto no sólo tiene implicaciones teóricas sino también ideológicas y cosmovisionales, como veremos más adelante al estudiar el tema con mayor detalle^[Ver al respecto los Cap. 6 y 7 de este libro.].
El enfoque sistémico se ha trasladado al campo de las ciencias del hombre desde otros campos del conocimiento, como la Biología y la Ingeniería. No es, en realidad, un enfoque absolutamente nuevo y original. Ya en la obra de antiguos pensadores, desde Nicolás de Cusa, Paracelso, Hobbes, Leibniz hasta Marx y Engels, encontramos ocasionales referencias a la existencia de "sistemas", en los que existe interdependencia entre los elementos componentes. Ya vimos también los antecedentes más directos contenidos en la obra de Durkheim y de Malinowski. Pero la sistematización teórica más amplia y rigurosa del enfoque sistémico, de la que derivan todas las aplicaciones modernas conocidas en nuestro campo, es la desarrollada en la década de los años treinta por Ludwig von Bertalanffy, bajo el nombre de "Teoría General de los Sistemas", formulación hecha con pretensiones de validez general, omnicientífica^[Ludwig von Bertalanffy: TEORIA GENERAL DE LOS SISTEMAS, México, FCE, 1981.].
La Teoría General de los Sistemas eligió el término SISTEMA para identificar un concepto propio, con el que expresa toda una concepción del mundo, súmamente ambiciosa. "Su objeto central es la formulación y derivación de aquellos principios que son válidos para todo sistema en general" -dice von Bertalanffy- y añade "...la elaboración de la teoría sistémica general probará ser un paso fundamental para la unificación de la ciencia...". Se trata, en definitiva, de una concepción científica con fuerte vocación holística, cuyo concepto central (sistema) es considerado también por algunos críticos como vago, difuso y metafísico.
Para von Bertalanffy, a partir de su planteo la Ciencia queda dividida en dos grandes parcelas: - Las ciencias que se ocupan de los hechos causales, regidos por el segundo principio de la Termodinámica, cuya lógica válida es la teoría de las probabilidades; - Las ciencias que se ocupan de los todos organizados o sistemas, en los que existe entropía negativa y cuya lógica válida es la Teoría General de los Sistemas.
Von Bertalanffy anota que el concepto de SISTEMA se utiliza corrientemente con diversos significados, que básicamente pueden resumirse en tres: 1) En algunas ocasiones es un término vacío, equivalente a "forma", ambiguo y casi sin contenido. Aporta sólo una vaga idea de organización, a veces simplemente reiterativa porque ya está contenida en los términos que lo acompañan, como cuando se dice "sistema de gobierno" que equivale a "gobierno" o "sistema de partidos" que equivale a "partidos".
2) En otras ocasiones expresa una relación entre variables y contiene por lo tanto una idea de estructura, asi sea mínima.
3) Finalmente, la palabra "sistema" es también empleada con intenciones teóricas, como concepto definido y preciso, dentro de un marco lógico claramente estructurado. En el marco de su teoría sistémica general, von Bertalanffy define al sistema como "un conjunto de elementos en interacción".
Como ejemplos de la difusión del enfoque sistémico en distintos ámbitos científicos, podemos mencionar los siguientes: 1) TEORIA DE LOS SISTEMAS VIVOS: Desarrollada en Biología para dar explicación al fenómeno de la vida orgánica, y dentro de ella, en particular, de la vida animal.
2) TEORIA SISTEMICA GENERAL: Nació inspirada principalmente en la anterior. Trata de superar las limitaciones tradicionales de la ciencia, especialmente su falta de unidad, su dispersión y sus trabas comunicacionales, mediante conceptos propios, de validez general, y de proposiciones aplicables a cualquier campo científico.
3) TEORIAS SISTEMICAS ESPECIALES: En cada caso es la adaptación de la teoría general a las distintas ciencias particulares en las que se aplica.
4) ANALISIS DE SISTEMAS: Denominación que se utiliza para las aplicaciones de la Teoría General de los Sistemas en el campo de la Ingeniería.
5) ENFOQUE SISTEMICO EN CIENCIA POLITICA: Es más adecuado usar este nombre de "enfoque" (o de "aproximación teórica", para conservar el sentido dinámico de la expresión inglesa "approach") porque más que una teoría totalmente estructurada y de aceptación general es un esquema o referencia teórica con el cual poder aproximarse a la realidad política para investigarla^[Eugène J. Meehan, op. cit.].
La teoría sistémica trae consigo una importante novedad, que es la incorporación de una nueva dimensión: el tiempo. Esta dimensión temporal está implícita en el concepto mismo de sistema, que es un auténtico "acumulador de tiempo", que permite plantear en nuevos términos la relación entre los estudios científicos diacrónicos y sincrónicos.
Si aceptamos el concepto de SISTEMA, en sentido amplio, como "un todo cuyas partes están interrelacionadas",veremos que dichos sistemas -quizás con otros nombres- han sido estudiados por el hombre desde hace mucho tiempo. El hombre, en su afán de conocer, trató siempre de abordar la naturaleza y la sociedad con una idea de totalidad. Esa actitud holística, en realidad fue abandonada recién en el siglo XVIII.
La contínua acumulación de conocimientos científicos puso al conjunto creciente de nociones fuera del alcance de la mente individual y obligó a organizar el conocimiento de forma cada vez más fragmentaria y especializada. Esto permitió la profundización y la aceleración del proceso científico, pero a la vez significó una notable pérdida de visión totalizadora: ambos resultados fueron la ambigua consecuencia de la especialización.
Ya en nuestro siglo, y más específicamente desde la década de los cuarenta, se plantearon muchos esfuerzos de investigación orientados al estudio de fenómenos que sólo pueden explicarse si el objeto que se investiga es tomado como totalidad. La época indicada es la que en realidad marca, tras los trabajos precursores (y preparatorios) de von Bertalanffy, el comienzo de la "era de los sistemas", mientras que la etapa precedente del desarrollo científico más bien merece el título de "era de la máquina", con algunas excepciones precursoras en el ámbito de la Biología.
En efecto, ya desde la década de los '20, el término 'sistema' había comenzado a usarse con una significación científica precisa, en publicaciones biológicas. Los biólogos enfrentaban por entonces un grave problema: explicar el fenómeno de la vida, que excede el marco positivista-mecanicista imperante por entonces, pero sin recurrir a apelaciones metafísicas para establecer claros límites y diferenciaciones entre el mundo de los seres vivos y el de la materia inerte. Luego de muchos estudios y propuestas, la Teoría de los Sistemas Vivos aportó una nueva solución al problema de explicar la animación de los seres vivos. Fueron revisados entonces los principios cuantitativos de la lógica mecanicista, evidenciándose la necesidad de tratar a los seres vivos como unidades y no como agregados.
La noción de UNIDAD tuvo y tiene una grandísima importancia en la consolidación del enfoque sistémico. Las características que diferencian a las unidades de los simples agregados son las siguientes: 1) Una unidad posee límites claramente distinguibles, que la separan del ambiente exterior, y eventualmente la vinculan selectivamente con él. Las fuerzas y procesos internos quedan separados por esa frontera de sus homólogos externos.
2) Como mínimo, una de las dimensiones de la unidad es distinta de la agregación de las dimensiones homólogas de las partes.
3) La descripción de la unidad no consiste meramente en la sumatoria de las descripciones de sus elementos componentes.
4) Cada uno de sus elementos está en relación con todos y cada uno de los demás y con la unidad misma. La unidad está a su vez en relación con el medio ambiente en el que está inmersa.
Respecto de este último punto, conviene precisar que hay varias clases de relaciones en una unidad: 1) Relaciones de los elementos componentes entre sí.
2) Relaciones entre los elementos y la unidad como un todo.
3) Relaciones de la unidad con su medio ambiente: a) Insumos y exumos: la unidad toma insumos del ambiente y le devuelve exumos.
b) Procesos de adaptación al stress: toda alteración en el me- dio ambiente es una amenaza, que es fuente de stress, al que el sistema debe adaptarse para sobrevivir.
c) Procesos de mantenimiento de los límites.
Según algunos autores, como Karl Deutsch por ejemplo, lo que "circula" en todos esos procesos y relaciones no es en el fondo otra cosa que información, vale decir, relaciones pautadas entre eventos, tengan o no contenido material o energético.
La vital necesidad de adaptación al stress nos muestra que todo sistema tiende a la homeostasis, concepto vinculado al mantenimiento dinámico del equilibrio. De allí surge el concepto de REGULADOR: el equilibrio es mantenido por medio de ajustes contínuos de la trayectoria de los procesos, siempre propensos a salirse de control. El mecanismo básico en general opera así: ante una alteración en el ambiente, los reguladores envían señales a centros receptores-efectores, que activan mecanismos aliviadores (como el termostato, o la válvula de Watt). Un regulador es un centro transformador encargado de recoger información incomprensible para el organismo ("ruido") y de convertirla en información, esto es, en pautas reconocibles y comprensibles, que permitan encarar cursos de acción adaptativa.
La vida, como todos los demás procesos del Universo, tiende a un estado de máxima entropía (desorden) según el segundo principio de la Termodinámica. Esa entropía se produce tanto en los sistemas cerrados (conjuntos de cosas inanimadas) como en los sistemas abiertos (sistemas biológicos, psicológicos y sociales) pero en estos últimos la entropía tiende a disminuir e incluso a hacerse momentáneamente negativa por la posibilidad de mantener intercambios metabólicos con el medio, vale decir, de importar materiales y energía del exterior para transformarlos en la propia sustancia, y de eliminar hacia el ambiente los desechos de la propia actividad. Por ese motivo, los seres vivos y los grupos sociales tienen fuertes tendencias "neguentrópicas" (de entropía negativa, o sea que tienden hacia estados de complejidad y orden crecientes), posibilidad de la que carecen las cosas inanimadas.
Un sistema abierto se caracteriza, pues, por sus fuertes tendencias anti-entrópicas y porque sus partes actúan en forma intensamente interdependiente. La unidad mantiene relaciones metabólicas con su medio y, a lo largo del tiempo, su existencia atraviesa una serie de estados, cuyo conjunto se denomina "actuación" del sistema. Un aspecto de singular importancia de los sistemas abiertos es que, más allá de plano puramente biológico de la vida orgánica, cuando entramos en el terreno de lo psicológico y lo social, no puede hablarse con propiedad de una "tendencia hacia la homeóstasis", hacia el equilibrio, sino, como von Bertalanffy lo señala con agudeza, más bien de una tendencia al "mantenimiento de desequilibrios" : la homeóstasis no explica las sublimes creaciones ni las execrables violencias de los hombres, y el modelo de "organismo reactivo" explica mal los comportamientos humanos, para los que es más adecuado un modelo de "organismo activo" que "...en un sentido muy concreto, crea su universo", dice von Bertalanffy^[Ludwig von Bertalanffy: TEORIA GENERAL DE LOS SISTEMAS, México, FCE, 1981.].
La existencia de un sistema abierto implica la presencia de información ordenadora y de energías que trabajan en contra del segundo principio de la Termodinámica. La Teoría Sistémica General estudia con especial interés tales fuerzas. Los ejemplos típicos de sistemas abiertos son los seres vivos, las estructuras psicológicas y los sistemas sociales, uno de los cuales es el sistema político.
Los criterios básicos de trabajo del enfoque sistémico para el estudio del sistema político son los siguientes: 1) La teoría sistémica trabaja únicamente con leyes estadísticas macroscópicas, que son perceptibles sólo cuando se observan todos los elementos del sistema simultáneamente.
2) Los grupos humanos más abarcativos (sociedades o sistemas sociales globales) no tienen funciones específicas, fuera de su propio mantenimiento y consolidación.
3) Vistos desde cierto nivel de abstracción, sociedad y sistema político son homomórficos (forma similar) pero no homofílicos (similar origen). Dentro del enfoque sistémico, en diversos autores hay variedad de posturas sobre la ubicación del sistema político respecto del sistema social, pero en general la lectura de textos sistémicos muestra una concepción de la vida política como fenómeno ordenador, dotado por tanto de cierta primacía.
La teoría sistémica ha experimentado algunas adaptaciones en su aplicación al campo de la Ciencia Política. En ella, el concepto de SISTEMA opera como una estructura mental heurística para intentar la explicación de dos tipos fundamentales de fenómenos: los que se relacionan con el mantenimiento de los sistemas políticos en un estado determinado; y los que se relacionan con los cambios que se producen en ellos, ya sean adaptativos (cambios en el sistema) o disruptivos (cambios de sistema).
Hay dos características que distinguen al sistema político de todo otro sistema social: su universalidad y su condición de árbitro final de la vida social. La primera se refiere a que sólo el sistema político abarca a todos los individuos que forman la sociedad; otras organizaciones, como las religiosas, laborales, culturales, etc., abarcan solamente a una parte del total de la población. La segunda característica se refiere a que el sistema político posee una condición de árbitro final de los conflictos sociales (por su monopolio del poder coercitivo legítimo). Debido a que ocupa el nivel más alto en la jerarquía de las autoridades, tiene la potestad de fijar límites a la coacción que pueden ejercer sobre sus integrantes los sistemas que están por debajo de él. Tiene sobre todo la potestad de imponer la vigencia de una regla política fundamental: la resolución pacífica de los conflictos, con posibilidad de mediar en ellos, aún por medio del empleo legítimo de la fuerza pública, en caso contrario.
La fuente de legitimidad del sistema político como autoridad final es su aceptación explícita como tal por parte de quienes componen la sociedad. Los hombres son seres muy sociables, y generan o aceptan la existencia de grupos o asociaciones con finalidades variadas y específicas, pero su compromiso con el sistema político es más amplio y profundo, y le conceden mayor poder coercitivo en sus vidas. Por el mismo motivo, la ruptura de vínculos y la rebelión al sistema político es más radicalizada y generalmente no se expresa en el alejamiento, como en otros casos, sino en diversas formas de confrontación abierta.
### Síntesis de obras teóricas principales de estas corrientes {-}
Hay dos formas básicas de análisis funcional^[Esta expresión, tomada de E. Meehan, en su sentido amplio alude al enfoque de convergencia estructural-funcional-sistémico.], que se distinguen por sus objetivos y sus estrategias. Vamos a verlas primero en la investigación sociológica general y luego en el campo de la Ciencia Política. Una de esas formas, cuyo paradigma sociológico es la obra de Robert Merton, se concentra en fenómenos específicos y busca explicaciones limitadas en su alcance, estrechamente relacionadas con los hechos concretos de la vida social. Busca formular lo que el mismo Merton denomina "teorías de alcance medio". La otra forma básica intenta el desarrollo de una "teoría general de la sociedad", o sea de un conjunto omnicomprensivo de categorías que puedan usarse para explicar cualquier conjunto de fenómenos dentro del campo abarcado por la Sociología. El ejemplo clásico de ese funcionalismo generalista^[Idem nota anterior.] es la obra de Talcott Parsons. Parsons es un constructor de sistemas, un gran teórico, mientras que Merton tiene una aguda conciencia de la necesidad de mantenerse en estrecho contacto con los hechos.
En la comparación de la obra de estos dos hombres se ve claramente una disyuntiva de validez muy amplia, dentro del campo de las teorías empírico-analíticas: o se construye un sistema teórico general, muy abarcativo pero, por eso mismo, de tán elevado nivel de abstracción que se tiende a perder contacto con los hechos empíricos, o se mantiene la proximidad con los hechos pero perdiendo área de cobertura teórica y visión de conjunto del campo abarcado.
Merton utiliza el funcionalismo como un instrumento de explicación, o sea como un recurso metodológico para explicar los hechos; Parsons procura sobre todo desarrollar categorías y relaciones utilizables para clasificar y ordenar datos generales y armar modelos descriptivos de amplios conjuntos.
### Robert King Merton {-}
Robert K. Merton (n. 1910 ),es un sociólogo norteamericano, animador del "Bureau of Applied Social Research" de la Universidad de Columbia. Su funcionalismo presenta rasgos peculiares y no es reductible al de Malinowski. Para Merton, "la orientación central del funcionalismo se expresa en la práctica de interpretar los datos mediante la determinación de las consecuencias que los mismos tienen para las estructuras más amplias de las que proceden" . Entre sus principales obras cabe citar a "Teoría social y Estructura Social", de donde se ha extraído la cita precedente, "Elementos de teoría y de método sociológico", "La Sociología hoy: problemas y perspectivas" y "Selección de Lecturas sobre la Burocracia"^[Robert Merton: SOCIAL THEORY AND SOCIAL STRUCTURE, Free Press, 1949.
Hay versión en español: TEORIA Y ESTRUCTURA SOCIALES, México, FCE, 1964.
Robert Merton: ELEMENTS DE THEORIE ET DE METHODE SOCIOLOGI- QUE, Paris, Plon, 1965.
Robert Merton et al.: SOCIOLOGY TODAY, PROBLEMS AND PROSPECTS New York, Basic Books, 1960.
Robert Merton et al.: READER IN BUREAUCRACY New York, The Free Press, 1952.] Merton parte de una analogía orgánica y se apoya mucho en principios biológicos, pero le añade gran número de conceptos esenciales para el desarrollo amplio de las posibilidades del método funcionalista. Muchos de sus aportes constituyen una respuesta superadora de las críticas que se formularon a los planteos iniciales del funcionalismo absoluto.
Merton distingue claramente entre los elementos funcionales y disfuncionales de un sistema y reconoce la posible existencia de elementos redundantes. Refiere la función social a consecuencias objetivas observables y no a actitudes subjetivas. Distingue entre las funciones manifiestas, que son consecuencias objetivas que contribuyen al ajuste del sistema y son reconocidas y queridas por los miembros integrantes del mismo, y las funciones latentes, que los miembros del sistema no reconocen ni quieren como propias. Evita y aclara la confusión entre motivación consciente y consecuencias objetivas de los hechos, y presta especial atención a los efectos laterales de las acciones. Afirma el principio del "balance positivo" de las consecuencias funcionales de las formas culturales persistentes; y el principio de las "alternativas funcionales": cualquier función puede ser cumplida por varias vías alternativas. Finalmente, por razones empíricas rechaza algunos postulados originarios del funcionalismo, referidos a la unidad funcional, el funcionalismo universal y la imprescindibilidad funcional.
El enfoque que Merton hace del análisis funcional fue expuesto por él en un "paradigma" de once puntos. Es una especie de guía metodológica-pedagógica, que preparó para sus alumnos y que presenta un gran interés para la investigación en ciencias sociales, incluída la Ciencia Política, por su orientación fuertemente empírica y su preocupación por la precisión: 1) Elementos a los que se atribuyen funciones: - Descripción pura.
- Alternativas desechadas.
- Sentido de la actividad para los miembros del grupo.
- Motivos de los actores.
- Regularidades de comportamiento.
2) Diferenciación entre los motivos de los participantes y las actitudes y creencias.
3) Consecuencias objetivas de los fenómenos: - Consecuencias funcionales. | Manifiestas - Consecuencias disfuncionales. | o - Consecuencias no funcionales. | Latentes.
- Balance favorable del conjunto de consecuencias.
4) Los sistemas sociales son plurales: a qué unidad sirve la función.
5) Exigencias funcionales: Condiciones esenciales para el mante- nimiento o estabilidad del sistema.
6) Mecanismos de realización de las funciones.
7) Alternativas o equivalentes funcionales.
8) Contexto estructural: estrecha relación entre estructura y función.
9) Dinámica y principios de cambio.
10) Problemas de verificación.
11) Implicaciones ideológicas del análisis: esclarecer la propia parcialidad.
En este paradigma del análisis funcional cabe destacar algunas características principales: la importancia asignada al trabajo de campo y a la investigación concreta; la conceptualización estrechamente ligada a la observación, y la oposición a los intentos de formular teorías generales. Es una guía metodológica que intenta guiar hacia la formulación de planteos claros y de fácil comprobación empírica. En realidad, más que una "teoría funcional", lo que ofrece es un método de investigación riguroso, exigente, que no promete nada de antemano ni tiene los atractivos que suelen ofrecer las visiones sinópticas y las grandes síntesis totalizadoras, lindantes con el ensayismo filosófico. Quizás por ello ha tenido pocos seguidores, especialmente en el campo de la Ciencia Política. Por nuestra parte, queremos destacar el grandísimo interés de los planteos metodológicos de Merton, no sólo como guía para la investigación política empírica sobre fenómenos políticos circunscriptos y concretos, sino también como inspiración para los trabajos profesionales de análisis político, especialmente en el sector de los "análisis de situaciones".
Para concluir esta semblanza sobre la obra de Robert Merton, vamos a mencionar algunos conceptos suyos de especial interés politológico: Los trabajos de Merton sobre el hiperconformismo que engendra la disciplina burocrática, paralelos a los trabajos de Mayo sobre el factor humano en las empresas, pusieron en evidencia los límites del modelo burocrático racionalista y la importancia de las disfunciones que aparecen en él. En general, actualmente se considera que las trabas burocráticas son disfuncionales, al menos desde el punto de vista de sus "clientes", aunque, como bien lo hace notar Michel Crozier^[Michel Crozier: LE PHENOMENE BUREAUCRATIQUE Paris, Seuil, 1964.], las prácticas burocráticas, aunque no sean funcionales para sus usuarios, sí lo son para sus miembros, ya que los sustraen de la arbitrariedad y de la inseguridad. Desde el punto de vista del sistema político, también puede verse cierta funcionalidad en dichas trabas, que operan como "portillos sistémicos" reguladores del flujo de las demandas sociales dirigidas al sistema político, evitando el exceso que provocaría el "stress" del sistema, sin negar explícitamente el derecho a formular demandas.
Al analizar la relación del individuo con los valores de su sociedad y con los medios de que dispone para realizarlos, Merton muestra que el conflicto o contradicción entre valores y medios es fuente de desviaciones de las conductas individuales. Por ejemplo, la sociedad norteamericana exalta el éxito económico como una virtud, pero no resuelve claramente el caso en que los medios empleados para enriquecerse no responden al mismo sistema de valores.
Por último, citaremos una reflexión de Merton sobre la relación entre el comportamiento individual y los valores sociales. Merton dice que "...debido precisamente a que el comportamiento de los individuos está modelado por los valores fundamentales de la sociedad, se puede hablar de una masa de hombres como de una sociedad. Sin un fondo de valores que sean comunes a un grupo de individuos (la conciencia colectiva de Durkheim?) puede haber relaciones sociales, intercambios desordenados entre los hombres, pero no sociedad".
### Talcott Parsons {-}
Talcott Parsons (n. 1902 ) sociólogo norteamericano, profesor titular de Sociología en Harvard desde 1944. Entre sus **obras principales cabe citar los siguientes libros**: "The Structure of Social Action" (1937), "Essays in Sociological Theory" (1949), "The Social System" (1951), "Structure and Process in modern societies (1960), "Sociological Theory and Modern Society" (1967), y "American Society: Perspectives, Problems, Methods" (1968)^[Talcott Parsons: EL SISTEMA SOCIAL, Madrid, Rev. de Occidente, 1976.
ENSAYOS DE TEORIA SOCIOLOGICA Bs. As., Paidos, 1970.
EL SISTEMA DE LAS SOCIEDADES MODERNAS México, Trillas, 1974.].
Parsons es una figura muy polémica dentro del campo del pensamiento social. Se discute mucho el sentido de varios aspectos de su obra. No se expresa con claridad; a decir verdad, es enredado y confuso; su sistema no está empíricamente fundamentado (aunque pretende estar referido al mundo empírico) y no está, por lo tanto, realmente abierto a la convalidación por otros investigadores. El **paradigma de Parsons** es un sistema inacabado, aún abierto a continuas revisiones^[David Easton: THE POLITICAL SYSTEM New York, Alfred A. Knopf, Inc.; 1953 A FRAMEWORK FOR POLITICAL ANALYSIS Prentice-Hall, Inc., 1965 A SYSTEMS ANALYSIS OF POLITICAL LIFE John Wiley and Sons, Inc., 1965 (Hay versión en castellano: ESQUEMA PARA EL ANALISIS POLITICO Bs. As., Amorrortu, 1969) VARIETIES OF POLITICAL THEORY New Jersey, Prentice Hall, 1966 (Hay versión en castellano: ENFOQUES SOBRE TEORIA POLITICA Bs. As., Amorrortu, 1969) CHILDREN IN THE POLITICAL SYSTEM New York, Mc Graw-Hill, 1969.].
Para dar una primera idea, podemos decir que Parsons ha hecho aportes polémicos pero valiosos a la teoría sociológica, desde un punto de vista estructural-funcionalista, privilegiando los aspectos estáticos de la realidad social respecto de los aspectos dinámicos, de cambio y de conflicto. En una visión más profunda, el pensamiento de Parsons es complejo, nada fácil de aferrar en una síntesis. Cabe recordar en su descargo que la realidad a la que refiere sus trabajos es en sí misma súmamente compleja.
Puede decirse, por ejemplo, que Parsons intenta combinar el positivismo decimonónico de Wilfredo Pareto, la perspectiva histórica de Max Weber y el subjetivismo e idealismo filosóficos de los historiadores y sociólogos alemanes de los siglos XIX y XX, para crear un modelo o "tipo ideal" de sociedad humana, que sirva de base a un sistema explicativo general, de carácter axiomático o deductivo. En ésto, Parsons se muestra inmune a la influencia de los modernos planteos epistemológicos, según los cuales su objetivo es inalcanzable.
Es claramente reconocible en la **obra de Parsons** la influencia de su temprana afición a la mecánica newtoniana, de la que tomó muchas analogías, metáforas y ejemplos. En nuestros tiempos, la mecánica newtoniana ya no es considerada como una forma ideal y ni siquiera adecuada de explicación científica, pero Parsons persiste en ese camino en muchos aspectos de su obra.
En los libros de sociología de Parsons es perceptible la influencia de Hegel, en el que se inspira para solucionar el problema que plantea en la dinámica sociológica la libertad individual. En el dilema determinismo-voluntarismo opta por este último, pero luego lo vacía prácticamente de contenido al definir a la libertad como "conducta acorde con las necesidades colectivas". En el planteo hegeliano, la libertad se logra por interiorización de las normas orientadas hacia las exigencias de la colectividad. Esa síntesis hegeliana concuerda con la noción parsoniana de "acto social".
Parsons también tiene una gran deuda con Hobbes. El sistema parsoniano está fuertemente orientado hacia el orden y la estabilidad. Parsons supone que los instrumentos primarios para mantener el orden son las estructuras normativas interiorizadas, producidas por la sociedad y asimiladas por los individuos. Está obligado, pues, a aceptar que todo cambio, todo conflicto, es perturbador y disfuncional. En ello se basa la acusación de mantener una velada colusión con la ideología conservadora, que con frecuencia se ha hecho a su sistema científico.
Parsons procura ubicar cuáles son los elementos de la sociedad que contribuyen al mantenimiento del orden, y concentra su atención en ellos. Hay en esta actitud una evidente parcialidad, cuya consecuencia es la disolución del individuo en un conjunto de "relaciones con otros". Aquí resulta claramente visible el paralelismo entre Parsons y Hobbes.
Parsons ha evidenciado siempre gran interés por el estudio de la Economía, de la que provienen muchos de sus paralelismos conceptuales. El "acto social" de Parsons presenta gran similitud con una transacción económica: el "actor" recuerda fuertemente al conjunto de demandas de una unidad económica en un mercado libre...Parsons concibe a la interacción humana como un calco de la interacción económica, y la estabilidad social es prácticamente una trasposición al plano general de la sociedad de la estabilidad económica.
La parte principal de la estructura conceptual de Parsons proviene de Pareto y de Weber. Su originalidad no reside en los conceptos sino en la manera de seleccionarlos y de combinarlos. De Weber tomó, entre otros, el concepto de "Verstehen", entendido como "definición de la situación según la percepción subjetiva del actor"; y la idea de "conducta social" como "orientación recíproca de los individuos y los grupos". Estos elementos, tomados en el contexto del indeterminismo weberiano, proporcionaron a Parsons la definición de un concepto clave: el de "acción social significativa": una interacción entre dos o más personas, que incluye la motivación o intención de todas las partes intervinientes y no es una simple acción refleja.
Parsons tomó también, como ya dijimos, muchos conceptos de Pareto, en primer lugar, la noción central de "sistema" entendido como "conjunto de elementos funcionalmente interdependientes". También proviene de Pareto la noción de sociedad como "instrumento de adaptación social" y la finalidad que le asigna a la investigación social: "la construcción de una teoría funcional general que explique la estabilidad del sistema social".
La "deuda" de Parsons con Pareto abarca también varios otros conceptos: - Los "requisitos funcionales", o sea las condiciones necesarias para que el funcionamiento social tenga continuidad; - los "residuos", o sea las fuerzas subyacentes a la conducta; esos "sentimientos interiorizados de valoración" que son la base de la explicación de la estabilidad; - el interés prioritario por la acción irracional antes que por la racional; - la diferenciación entre utilidad individual y utilidad social; - la precupación marcadamente prioritaria por el orden y la estabilidad, considerados como emergentes de una combinación de mecanismos sociales y de sentimientos interiorizados por los individuos; - la atención preferente que se le dedica al proceso de socialización, ubicado principalmente en la familia.^[Eugène J. Meehan: PENSAMIENTO POLITICO CONTEMPORANEO Madrid, Rev. de Occidente, 1973.] Parsons afirma haber sido muy influído por Freud, pero de la lectura de sus textos surge la impresión de que la interpretación parsoniana de Freud es muy forzada, y más afín con los desarrollos de la Psicología del Ego realizados, tras la muerte de Freud, por psicólogos como Anna Freud y Erik Erikson. Conceptualmente, Parsons está más cerca de Karen Horney y de Harry Stack Sullivan que de Freud. Parsons utiliza mucha terminología freudiana, pero la ubica en un contexto significativo diferente del que Freud utilizaba.
El objetivo original de Parsons era, como ya vimos, la formulación de una "teoría general de la sociedad". Luego de su adscripción al Funcionalismo, y en un lapso de diez años, Parsons planteó dos intentos de formulación de su teoría, diferentes pero al mismo tiempo muy relacionados entre sí.
Su primera formulación parte del individuo, del "actor individual", ubicado en una situación concreta e interactuando con los elementos que la integran. Su libro "Toward a General Theory of Action" (1951) fue fruto de este primer planteo, que resultó poco satisfactorio para la crítica especializada y hasta para él mismo. En esta obra se perciben claramente los condicionantes, sobre el intento de labor científica, de los trasfondos cosmovisionales e ideológicos de la cultura y del ambiente social en el que opera un investigador.
De hecho, en su segunda formulación invirtió el enfoque y definió a los elementos del sistema social en función de la estructura global de la sociedad. Redujo notablemente la importancia que le asignaba antes a los factores psicológicos individuales e incrementó la gravitación de los factores estructurales y funcionales. Prestó menos atención a los "valores internalizados" y más a los "valores institucionalizados". Esta nueva construcción fue esbozada por primera vez en "Working Papers in the Theory of Action" (1953), y se completó luego en obras como "Family, Socialization and Interaction Process" (1955) y "Economy and Society" (1956).^[David Easton: THE POLITICAL SYSTEM New York, Alfred A. Knopf, Inc.; 1953 A FRAMEWORK FOR POLITICAL ANALYSIS Prentice-Hall, Inc., 1965 A SYSTEMS ANALYSIS OF POLITICAL LIFE John Wiley and Sons, Inc., 1965 (Hay versión en castellano: ESQUEMA PARA EL ANALISIS POLITICO Bs. As., Amorrortu, 1969) VARIETIES OF POLITICAL THEORY New Jersey, Prentice Hall, 1966 (Hay versión en castellano: ENFOQUES SOBRE TEORIA POLITICA Bs. As., Amorrortu, 1969) CHILDREN IN THE POLITICAL SYSTEM New York, Mc Graw-Hill, 1969.] En el campo de la Ciencia Política ha tenido mucha más influencia esta segunda formulación, por lo que la vamos a ver con un poco más de detalle. Desde nuestro punto de vista, son especialmente interesantes sus ideas sobre las estratificaciones sociales. Como todas las teorías funcionalistas, la de Parsons considera que las estratificaciones sociales responden a necesidades sociales. Son sistemas jerárquicos fundados sobre los valores máximos de cada sociedad. Esos valores están relacionados con la "acción social", vale decir, con la "actividad intencional que despliegan los individuos dentro del marco de las instituciones". En síntesis, Parsons define a la estratificación social como "la clasificación diferencial de los individuos que componen un sistema social dado, y su calificación de superiores o inferiores los unos en relación con los otros, según valores importantes para la sociedad".
Al definirla como "clasificación diferencial de los individuos .. según valores importantes", Parsons parece suponer que es siempre la posesión por los individuos de determinados valores socialmente estimados lo que los ubica en determinadas posiciones en la estratificación social. Descuida, a nuestro criterio, el rol de las organizaciones intermedias de la sociedad, desde la familia hasta diversos grupos, partidos y corporaciones, que pueden llegar a tener poder suficiente como para ubicar a sus integrantes en determinadas posiciones sociales aunque individualmente no posean los valores correspondientes, e incluso sin que posean ningún valor relevante...
En la óptica de Parsons, la estratificación social es consecuencia directa de la acción social y al mismo tiempo, su medio de manifestación. Dice Parsons que la división del trabajo social produce una diversificación de actividades; no todas son juzgadas igualmente importantes: en función de su sistema de valores, cada sociedad determina para sí una jerarquía de actividades. Nuevamente aquí encontramos algo que señalar: ésto puede haber sido correcto en antiguos tiempos, de relativo aislamiento de las comunidades sociales, pero en la medida en que se intensifica la interacción internacional, se incrementa el rol del "efecto-demostración" de unas sociedades sobre otras; y también el de la "influencia" de las sociedades más poderosas sobre las más débiles, por las interacciones asimétricas que se establecen, hasta llegar a los extremos de la a-culturación y la dependencia cultural.
Según Parsons, los criterios de evaluación que conducen en definitiva a una determinada estratificación social, se basan en tres elementos: las cualidades, las realizaciones y lo adquirido: - las cualidades son posesiones personales de cada individuo, que están ubicadas fuera de toda circunstancia especial externa (por ejemplo, inteligencia, nobleza, talento, etc.); - las realizaciones son producto de la actividad del individuo en relación con los demás (por ejemplo, el prestigio, el ascendiente, etc.); - lo adquirido es la posesión de objetos o bienes (como la fortuna material, las propiedades, etc.) o de certificaciones de talentos o aptitudes (diplomas, reconocimientos, premios).
Estos criterios de evaluación se aplican según las indicaciones del sistema de valores de cada sociedad. Parsons sostiene que dicho sistema está integrado por cuatro tipos de valores, todos necesarios para el buen funcionamiento de la sociedad, aunque cada sociedad arma su propio esquema de prioridades para estos valores: 1) Universalismo: Se trata de la capacidad de adaptación, que corresponde a la necesidad de toda sociedad de ajustarse a sus condiciones objetivas de existencia. Se relaciona con la racionalidad (en sentido weberiano) y con la eficiencia técnica, o sea con el uso de medios adecuados para alcanzar determinados fines, a costos adecuados.
2) Definición de objetivos: Toda sociedad se propone alcanzar ciertas metas colectivas, y trata de que esas metas prevalezcan sobre los intereses individuales o sectoriales. La definición de esos objetivos es la configuración de la finalidad social, y eventualmente la satisfacción del objetivo logrado. Se relaciona, por lo tanto, con las normas de realización.
3) Integración: La solidaridad social es un valor primordial. Las acciones sociales son evaluadas según la medida en que favorezcan o impidan la integración de los individuos en la sociedad, y su mutua solidaridad.
4) Mantenimiento del modelo: Cada sociedad tiene un modelo cultural propio, con sus propias estructuras y normas, y tiende a conservarlo. En este aspecto, el valor supremo es el tradicionalismo.
Parsons no explica porqué una sociedad tiene una determinada jerarquía de estratos sociales, o porqué en una sociedad predomina un tipo de valores y no otro. Sólo invita a constatarlo, lo que se hace...observando cómo es la jerarquía social establecida, que es precisamente lo que se quería explicar...
Si bien el modelo básico de Parsons es de equilibrio, y por consiguiente estático y hasta de inspiración conservadora, hay que reconocer que Parsons relativizó este enfoque al afirmar taxativamente que el "estado de equilibrio" es un estado teórico: ningún sistema social real está verdaderamente en equilibrio estático, salvo como "estado hacia el cual tiende". Se trata, pues, de un concepto-límite, que marca el sentido final de las oscilaciones re-equilibradoras de los sistemas sociales, cuyo equilibrio verdadero sería entonces dinámico.
Para Parsons, el principal elemento equilibrante,o re-equilibrante del sistema social es el CONTROL SOCIAL, o sea el conjunto de los procesos por medio de los cuales una sociedad impone su dominio sobre los individuos y mantiene su cohesión. Lo opuesto al control social es la DESVIACION, que es la transgresión a las normas del grupo.
La ACCION SOCIAL, en el sistema parsoniano, queda definida por cinco dimensiones o formas de la sociabilidad: - especificidad o generalidad; - afectividad o neutralidad afectiva; - universalismo o particularismo; - cualitatividad; - orientación hacia el individuo o hacia la colectividad.
Sobre la acción social gravitan los VALORES que la gobiernan, el STATUS SOCIAL de sus actores u sus ROLES SOCIALES.
En conclusión, el sistema social concebido por la óptica estructural-funcionalista de Parsons es un conjunto abstracto, simplificado y coherente, que no toma en cuenta la presencia de instituciones o usos sociales capaces de producir consecuencias contradictorias con el modelo vigente. En este sentido es una concepción que puede ser tildada de irreal, ya que no explica satisfactoriamente la presencia evidente de contradicciones internas en los sistemas sociales reales.
Por otra parte, y en forma coherente con lo anterior, el estructural-funcionalismo de Parsons descuida el estudio del dinamismo social. No tiene en cuenta, por ejemplo, los efectos de las estratificaciones sociales sobre el devenir de las sociedades. En este sentido se contenta, bastante superficialmente, con encontrar una relación de armonía o correspondencia entre la estratificación social y las estructuras del sistema social, lo que en la práctica equivale a legitimarlas en cualquiera de sus formas, minimizando las consecuencias de los conflictos que producen los desequilibrios sociales crecientes y la acentuada desigualdad en la posesión y disfrute de los bienes sociales, especialmente cuando no están respaldados por contraprestaciones individuales y grupales de valor equivalente. En alguna forma, las concepciones básicas de Parsons recuerdan al "optimismo metafísico" de filósofos como Leibniz y otros racionalistas del siglo XVIII, que llegaron a pensar que vivimos en el mejor de los mundos...posibles.
Es bastante evidente que el estructural-funcionalismo parsoniano ofrece una visión de la sociedad más "racional" que las ofrecidas por las teorías basadas en modelos de conflicto, pero a un precio muy alto en cuanto a la correspondencia entre el modelo teórico y la realidad presuntamente representada; quizás por eso mismo no explica satisfactoriamente cómo funcionan esas sociedades cuando sus procesos históricos tienden a desbordar los marcos "racionales" en que las teorías pretenden encerrarlas...Aún aceptando que todas las teorías, en última instancia, son incompletas e insatisfactorias, creemos que con justa razón se ha dicho que el estructural-funcionalismo parsoniano explica bien cómo las sociedades perduran, pero no explica cómo cambian...
Esta y las anteriores críticas a Parsons no deben ser interpretadas como intentos de negar todo valor a una teoría que, como bien dice Helio Jaguaribe^[Helio Jaguaribe: SOCIEDAD, CAMBIO Y SISTEMA POLITICO Bs. As., Paidos, 1972.], es "el intento más amplio que se hizo hasta ahora, para ubicar a la sociedad en un marco analítico general de realidad". A nuestro criterio, el principal valor de la obra de Parsons no se encuentra en sus concepciones de detalle, siempre susceptibles de crítica y de polémica, sino en su intento de construir una visión general (indudablemente perfectible) de una realidad muy compleja; y especialmente en "su reconocimiento de la necesidad de entender a la sociedad como un todo estructurado, que presenta relaciones típicas con su medio extrasocial", reconocimiento que lo llevó a "superar el esquema weberiano de acción social, orientado a la comprensión de los fenómenos intrasocietales pero no a la ubicación de la sociedad en un marco general de realidad".^[Helio Jaguaribe: SOCIEDAD, CAMBIO Y SISTEMA POLITICO Bs. As., Paidos, 1972.] A ésto responde el esquema propuesto por Parsons, que considera tres planos de la realidad: el transhumano (la deidad o el lugar analítico de las preocupaciones esenciales del hombre); el humano (compuesto por cuatro sistemas analíticamente distintos: cultural, social, de personalidad y de organismo humano) y el infrahumano, que es el ambiente físico-orgánico del hombre. Los cuatro sistemas del plano humano cumplen las cuatro funciones que todo sistema social debe atender para sobrevivir: mantenimiento de pautas, integración, logro de objetivos y adaptación, que es como decir la institucionalización cultural, la comunidad societal, la función política y la función económica.
Los cuatro subsistemas del sistema social mantienen entre sí constantes intercambios de sus productos -objetos de valor tales como creencias-símbolos, actores-roles-status, órdenes y mercancías- intercambios regidos por un principio de congruencia, en el que cada subistema recibe de los demás algunos de los elementos que necesita para su propio funcionamiento. Ese modelo general ha tenido y tiene indiscutible valor e influencia en el campo de las ciencias sociales, pese a las objeciones de detalle que pueden hacérsele A fin de mostrar qué tipos de estructuras conceptuales pueden construirse dentro de las posibilidades del enfoque estructural-funcionalista-sistémico, en el campo de la Ciencia Política, vamos a exponer a continuación tres ejemplos representativos de esta línea de pensamiento, de indudable repercusión en la teoría política contemporánea. Dos de ellos reconocen una fuerte filiación intelectual proveniente de Parsons y su teoría sociológica: - la teoría del sistema político de David Easton; - el esquema llamado "de las siete variables", de Gabriel Almond.
El tercero está más bien enrolado en la corriente de Robert Merton y su enfoque sobre las "teorías de alcance medio": - el "análisis funcional" de los problemas internacionales, de Morton Kaplan.
### David Easton y su teoría del sistema político {-}
En el campo de la Ciencia Política, el planteo teórico estructural-funcionalista más coherente y sistemático es el de David Easton. La obra de Easton guarda notables similitudes con la de Talcott Parsons, que harían pensar en una filiación intelectual directa, pero no se debe olvidar que una parte de sus fuentes son otras: se trata de la ya mencionada Teoría General de los Sistemas, desarrollada en la Universidad de Michigan con gran influencia de la Biología y de las Matemáticas, y a la que está directamente vinculado el nombre de Ludwig von Bertalanffy.
En forma similar a la de Parsons, Easton busca construir una "teoría general" o al menos un esquema general unificado que permita un análisis uniforme y comparable de la vida política en sus múltiples manifestaciones. Easton, al igual que Parsons, se interesa principalmente por la estabilidad y el orden, por los mecanismos que posibilitan la "persistencia" de los sistemas políticos en un mundo de cambios y tensiones. Easton tiene una idea muy similar a la de Parsons en lo que se refiere al concepto y función de la teoría. Las principales diferencias son más bien formales y literarias: Parsons es oscuro y de difícil lectura; Easton tiene un estilo claro, directo, fácil de comprender y, por lo tanto, de criticar...^[Eugène J. Meehan, op. cit.] En 1953, Easton publicó "The Political System", obra en la que hace una revisión crítica del "estado de la teoría" politológica e intenta desarrollar un enfoque funcional integral del estudio de la política. Prácticamente todas sus ideas básicas están contenidas (si bien en forma introductoria) en esa obra, que causó un fuerte impacto en el ambiente científico de la especialidad. Easton continuó desarrollando sus ideas en sus obras posteriores, entre las que cabe mencionar "A framework for Political Analysis" (1965), "A Systems Analysis of Political Life" (1965), "Varieties of Political Theory" (1966), "Children in the Political System" (1969), entre otras.^[David Easton: THE POLITICAL SYSTEM New York, Alfred A. Knopf, Inc.; 1953 A FRAMEWORK FOR POLITICAL ANALYSIS Prentice-Hall, Inc., 1965 A SYSTEMS ANALYSIS OF POLITICAL LIFE John Wiley and Sons, Inc., 1965 (Hay versión en castellano: ESQUEMA PARA EL ANALISIS POLITICO Bs. As., Amorrortu, 1969) VARIETIES OF POLITICAL THEORY New Jersey, Prentice Hall, 1966 (Hay versión en castellano: ENFOQUES SOBRE TEORIA POLITICA Bs. As., Amorrortu, 1969) CHILDREN IN THE POLITICAL SYSTEM New York, Mc Graw-Hill, 1969.] En su primera obra, "The Political System", dejando a un lado los capítulos históricos y de repaso del "estado de la teoría", Easton centra su atención en dos aspectos principales: - la búsqueda de una definición de POLITICA que distinga analíticamente de una manera efectiva la actividad política de la que no lo es; - la búsqueda de un modo de combinar el concepto de equilibrio con el de sistema.
La definición de POLITICA se presta a muchas polémicas. Para Easton, POLITICA es todo lo que se refiere a "la distribución autoritaria de valores", definición en la que la palabra "autoritaria" significa que los miembros de la sociedad aceptan que esa distribución de valores es vinculante. Por otra parte, hay que tener en cuenta que la palabra española "autoritario" no traduce exactamente el sentido que en inglés tiene la voz "authoritative" , que significa tanto "autoritario" como "autorizado". De todos modos, es una definición bastante decepcionante, que no permite diferenciar claramente el accionar de un Gobierno del de la Comisión Directiva de un club de fútbol. Por su parte, el tratamiento de los conceptos de SISTEMA y de EQUILIBRIO es muy breve en esta primera obra, en la que es bien notorio que los conceptos planteados provienen de la Ciencia Económica. Esboza allí algunas consideraciones sobre los principios de interdependencia y de unidad funcional,pero sin llegar a desarrollar plenamente la estructura del análisis de sistemas.^[Eugène J. Meehan, op. cit.] En las obras posteriores ya mencionadas se fue completando el cuadro de su vasto planteo teórico pero sin ir, en general, más allá de una fase introductoria. De todos modos, y con todas sus carencias, Easton ha producido uno de los pocos intentos serios y sistemáticos de fundamentar el empleo del Análisis de Sistemas en el campo de la Ciencia Política, y de proporcionar por esa vía una teoría general de la política.
El objetivo general de su trabajo es ambicioso: "...desarrollar un conjunto lógicamente integrado de categorías, con acusada trascendencia empírica, que haga posible el análisis de la vida política como sistema de comportamiento", dice Easton, quien se interesa particularmente por un aspecto del sistema de comportamiento:"...los procesos básicos mediante los que el sistema político...puede persistir y mantenerse, tanto en un mundo estable como en un mundo en cambio". Este enfoque, que prioriza la estabilidad, lo emparenta notoriamente con Parsons.
Los elementos básicos de la estructura teórica de Easton son simples, y sus relaciones son pocas y directas. Es muy probable que esta economía o simplicidad de su modelo contribuya a su atractivo teórico. Hay un sistema (el SISTEMA POLITICO) que opera en un ENTORNO (el ambiente intra y extrasocietal); hay insumos ( las DEMANDAS y los APOYOS) y exumos (las DECISIONES y ACCIONES de las autoridades); hay una REALIMENTACION (o "feedback") que mantiene informado al sistema de los resultados de su accionar, y hay un LAZO (o "loop") que conecta a las autoridades del sistema político con los miembros del sistema social.
La unidad básica del análisis es la INTERACCION, que surge de la conducta de los miembros del sistema cuando actúan como tales. El SISTEMA es definido por el investigador de acuerdo con sus objetivos. Easton no acepta la idea de que existan "sistemas naturales": para él, un sistema es un recurso metodológico, pese a lo cual considera a la vida política como "un conjunto de interacciones que mantiene su propia frontera y está inserto y rodeado por otros sistemas sociales a cuya influencia está expuesto de modo constante". Aquí se hace muy evidente la similitud biológica de su modelo y es difícil aceptar que no se refiere a un "sistema natural".^[Eugène J. Meehan, op. cit.] El sistema político de Easton trabaja y se mueve según el modelo "insumo-conversión-exumo-retroalimentación", que en su formulación general originaria proviene de la Teoría General de los Sistemas, sostiene Domenico Fisichella^[Domenico Fisichella: LINEAMENTI DI SCIENZA POLITICA CONCETTI, PROBLEMI, TEORIE Roma, NIS, 1990.]."Por "insumo" se entiende la fase en la cual el sistema es sometido a estímulos; por "conversión" se entiende el conjunto de los procesos internos durante y mediante los cuales el sistema elabora las respuestas; por "exumo" se entiende la fase de emisión de las respuestas hacia el ambiente, y finalmente por "retroalimentación" se entiende el conjunto de los efectos de retorno, y por lo tanto de las modificaciones, que las respuestas del sistema producen sobre los estímulos a los cuales él está a su vez sometido".
Si bien los insumos en general se originan en el ambiente, como producto de las múltiples y variadas pulsiones que en él operan (espectativas, intereses, preferencias, ideologías, etc. que hacen plantear necesidades configuradas de determinada forma) también hay, según sostiene Easton, una categoría de influencias que surgen en el interior del mismo sistema político, como consecuencia de la acción de unos actores del sistema político sobre otros: las denomina intra-inmisiones ("withinputs"). Easton considera que deben ser analizadas según la mecánica general de los insumos, y aunque este autor no desarrolla en forma completa esta noción, es notorio que su importancia no puede ser pasada por alto en la comprensión de la dinámica del sistema político, y en particular en el análisis de los procesos de toma de decisiones.
Con las demandas se solicita a las instituciones políticas del sistema para que actúen realizando "asignaciones autoritarias de valores" cuando tal asignación no ha podido lograrse por medio de acuerdos privados; por medio de los apoyos se otorga confianza y consenso a esas instituciones. Según Easton, ese apoyo puede aplicarse a diversos niveles: la comunidad política, el régimen político, las autoridades.
Ante esos insumos, el sistema político tiene que realizar una "conversión": debe impedir que la sobrecarga de demandas insatisfechas cree tensiones insolubles y que el apoyo se desilusione de una manera insanable. El sistema debe producir exumos "que estén en condiciones de satisfacer las demandas de al menos una parte de los miembros y de mantener el apoyo de la mayor parte de ellos", dice Easton. Esos exumos repercuten sobre el comportamiento posterior del sistema.
En este aspecto, nos parece muy importante mencionar una observación del prof. Fisichella^[Domenico Fisichella: LINEAMENTI DI SCIENZA POLITICA CONCETTI, PROBLEMI, TEORIE Roma, NIS, 1990.] quien hace notar que el flujo de insumos y exumos políticos no es pasivo, como el de una instalación hidráulica, ya que "un sistema político es un sistema que se asigna previamente fines...está constituído por sujetos capaces de anticipar, juzgar y actuar...estos sujetos pueden tratar de corregir aquellos disturbios que podrían presumiblemente causar tensiones", por lo cual "las demandas y el apoyo pueden ser modelados según los objetivos y deseos de los miembros del sistema, en los límites de los conocimientos, de los recursos y de las preferencias disponibles".
Easton reconoce que las "distribuciones autoritarias de valores" ocurren un poco en todas partes, en todo tipo de organizaciones, y que hace falta otro criterio más satisfactorio para definir lo político. En su terminología más reciente habla de "sistemas parapolíticos", que son sólo sistemas menores, mientras que el "sistema político societario" (expresión que verosímilmente puede interpretarse como una manera de aludir al Estado sin nombrarlo) abarca un ámbito más grande, tiene mayores poderes y evidencia una capacidad especial para movilizar recursos y apoyos. Desde entonces, el concepto "sistema político" queda reservado para las interacciones importantes, que se refieren a las asignaciones autoritarias de valores dentro de la sociedad tomada en su totalidad. De allí a decir que el sistema político es el Estado hay un solo paso, y en tal caso, el planteo no resulta novedoso. De hecho, tras varias décadas de virtual exclusión del vocabulario politológico, el concepto de Estado ha vuelto a ingresar recientemente en el uso corriente de los politólogos, como el mismo Easton tuvo la honestidad intelectual de reconocerlo.
En este aspecto, un aporte interesante es la propuesta de Domenico Fisichella^[Domenico Fisichella: LINEAMENTI DI SCIENZA POLITICA CONCETTI, PROBLEMI, TEORIE Roma, NIS, 1990.], quien sugiere considerar al Estado, con sus tres poderes, más la burocracia y otras instituciones públicas, como un subsistema del sistema político, que interactúa con los otros subsistemas: partidario, sindical. etc.
Todo intento de crear un esquema teórico con pretensiones omniabarcativas plantea arduos problemas conceptuales. Easton los enfrenta, si bien con poco éxito a nuestro entender. Por ejemplo,adoptando primero una perspectiva parsoniana, define al "sistema" como "un conjunto de interacciones", pero luego sus textos muestran expresiones tales como "...los miembros de un sistema tienen oportunidad de..."o "..un sistema político ha logrado mantenerse...", expresiones en las que parece referirse a conjuntos de personas y no a "conjuntos de interacciones".
Asímismo, es frecuente encontrar en sus obras definiciones relacionadas en forma circular, que vuelven al punto de partida. Por ejemplo, define a la POLITICA como distribución autoritaria de valores para una sociedad. Luego define a la PERSISTENCIA de la política como el mantenimiento de esa capacidad distribuidora, y a las TENSIONES como actividades que amenzan dicha capacidad. Esas tensiones son encuadradas por Easton en términos de ciertas "variables esenciales" que finalmente resultan ser...la capacidad de una sociedad para distribuir valores entre los miembros de una sociedad y asegurar la aceptación de éstos! En realidad, para Easton como para Parsons, una teoría es más un esquema conceptual general que una explicación de relaciones empíricas. De ello resulta una estructura abstracta, bastante cuestionable desde el punto de vista lógico-formal y poco útil para la investigación empírica, pero, por otra parte, muy valiosa como visualización por medio de un modelo simplificado del conjunto complejo de la vida política y sobre todo de las relaciones entre sistema político y sociedad, o si se quiere, entre Estado y Sociedad. En un gráfico muy simple se lo puede representar así: Entorno ------------------ (Insumos)Demandas | | Decisiones o (Exumos) -------------> Sistema | Políticas Apoyos ---------------> -------------> Político | | (Conversión) | | | ------------------ | Entorno | (Retroalimentación) | Entorno -------------------------- Por otra parte, Easton también formula observaciones de gran interés cuando se aparta de su esquema teórico y analiza la política occidental.
### Gabriel A. Almond y su Teoría Funcional de la Comunidad Politica, tambien llamada "de las siete variables" {-}
Probablemente sea Gabriel Almond y su escuela quienes han profundizado más el estudio de la política según los esquemas del estructural-funcionalismo, hasta desembocar, como veremos luego, en la perspectiva de la política comparada. Los serios y sistematicos esfuerzos de Almond apuntaron en primer lugar a formular una "teoría funcional de la comunidad política" que especifique sus elementos constitutivos básicos y permita lograr "formulaciones estadísticas y quizás matemáticas".^[Morton A.Kaplan: SYSTEM AND PROCESS IN INTERNATIONAL POLITICS New York, Wiley, 1957.] Lo que en realidad obtuvo fue un modelo general, un esquema clasificatorio muy interesante, que puede usarse para ordenar y hacer comparables las observaciones de fenómenos políticos de diferentes sistemas: de allí su valor para los desarrollos de la Política Comparada, aunque sea al precio de tener que usar categorías amplias y abstractas, un tanto lejanas del nivel empírico de los fenómenos.
El otro gran aporte de Almond y su escuela fue la inclusión del concepto de CULTURA en estudios originariamente behaviorísticos puros (no debemos olvidar que Gabriel Almond proviene de la "Escuela de Chicago" de Charles Merriam), hecho que tuvo un gran impacto en la evolución de la Ciencia Política americana y europea occidental, a tal punto que muchos estudiosos del tema hablan de un antes y un después de la publicación de CIVIC CULTURE (1963). En la nota^[Eugène J. Meehan, op. cit.] damos una lista de las principales obras de Gabriel Almond.
Yendo ya al tema específico de este apartado, diremos que para Almond el sistema político es "...aquel sistema de interacciones, existente en todas las sociedades independientes, que realiza las funciones de integración y de adaptación (tanto internamente como en relación con otras sociedades) mediante el empleo, o la amenaza de empleo, de una coacción física más o menos legítima". En esta ecléctica definición, Almond combina, como puede verse, la definición de Estado de Weber, las ideas de Easton sobre la distribución autoritaria de valores y el criterio de Parsons sobre la función social del subsistema político.^[Véase, por ejemplo, Domenico Fisichella: LINEAMENTI DI SCIENZA POLITICA - CONCETTI, PROBLEMI, TEORIE, Roma, NIS, 1990.] Ese sistema es considerado por Almond como característico de las "sociedades independientes", oscura expresión que, al parecer, en función del contexto, se refiere a las naciones-estado.
Una de las ventajas que presenta el enfoque estructural-funcionalista-sistémico es que puede trabajar en diversos niveles de análisis. Así, en un primer nivel muy general, Almond considera el funcionamiento del sistema político como "unidad" dentro de su ambiente. En ese nivel, se habla de CAPACIDAD del sistema para describir "la prestación global del sistema en su ambiente", dato importante para establecer la viabilidad del sistema y sus posibilidades de cambio y desarrollo.
Almond considera la existencia de cinco "capacidades": -CAPACIDAD EXTRACTIVA: es la capacidad de procurarse recursos materiales y humanos del ambiente nacional e internacional; -CAPACIDAD REGULATORIA: es el ejercicio del control sobre el comportamiento de los individuos y los grupos, mediante la coerción legítima; -CAPACIDAD DISTRIBUTIVA: es la asignación de bienes, servicios, honores, posiciones y oportunidades de varios tipos, a individuos y a grupos; -CAPACIDAD SIMBOLICA: consiste en la producción de exumos simbólicos eficaces dirigidos al sistema social y al ambiente internacional (afirmaciones de valor, declaraciones de programas o intenciones, ostentaciones de banderas, paradas militares, etc.) -CAPACIDAD RECEPTIVA: es la sensibilidad a los estímulos externos, que permite responder a conjuntos de presiones, internas y/o externas.
En un segundo nivel de análisis encontramos un conjunto de funciones o variables, que son desempeñadas por todos los sistemas políticos (más específicamente por sus estructuras internas) pero no del mismo modo. Son siete en total; cuatro están vinculadas a los insumos y tres a los exumos. De allí viene el nombre de "teoría de las siete variables" con que se conocen estos desarrollos. Almond afirma haber determinado esas funciones "formulando una serie de preguntas basadas en las actividades claramente políticas que existen en los complejos sistemas occidentales": Funciones del insumo: 1. SOCIALIZACION Y RECLUTAMIENTO POLITICO: es el proceso de asimilación por los individuos de las pautas de su cultura política; el proceso por el cual las culturas políticas son conservadas o cambiadas; y el proceso por medio del cual los roles de los sistemas políticos son cubiertos.
2. ARTICULACION DE LOS INTERESES: es el proceso a través del cual los individuos y los grupos formulan demandas a las estructuras decisionales políticas. En esta función actúan cuatro tipos de estructuras: - grupos de intereses institucionalizados (particulares); - grupos no asociacionales (étnicos, religiosos, etc.); - grupos de intereses anónimos (masas); - grupos asociacionales de intereses (sindicatos).
El estilo de actuación de estos grupos puede ser específico o difuso, general o particular, instrumental o afectivo. La estructura y estilo de la articulación de intereses tiene la función de definir los límites entre el sistema político y la sociedad 3. AGREGACION DE LOS INTERESES: es la función de conversión de las demandas en opciones políticas alternativas, mediante la elaboración de plataformas y organizaciones políticas. La agregación de intereses puede lograrse mediante la formulación de propuestas generales que combinen los intereses y mediante el reclutamiento de personas comprometidas en una orientación política determinada. La agregación de intereses puede ser realizada por cualquier institución social, pero su instrumento principal y específico son los partidos políticos.
4. COMUNICACION: es la función mediante la cual se trasmiten mensajes e informaciones; es el medio por el cual se realizan las demás funciones, tanto en el sistema político como en la sociedad.
Funciones del exumo: 1. ELABORACION DE NORMAS 2. APLICACION DE NORMAS 3. ADMINISTRACION JUDICIAL DE NORMAS En estos tres casos, es claramente visible la equivalencia de estas "funciones del exumo" del sistema político con la "división tripartita de poderes" de la teoría constitucionalista clásica.
No podemos dejar este comentario sobre la obra de Almond y su escuela sin hacer alguna referencia a sus aportes al estudio de la cultura política, que complementan magníficamente sus trabajos teóricos sobre los sistemas políticos. Su contribución a la Política Comparada será tratada por separado (ver pg.116). Almond y Powell definen a la cultura política como "el conjunto de actitudes y orientaciones de los miembros de un sistema político en relación con la política", incluyendo en ella "la percepción que los miembros del sistema tienen de los otros individuos y de sí mismos en cuanto actores políticos...".
Almond, en "Civic Culture", distingue tres variedades fundamentales: parroquial o comunal, de súbditos, y de participantes. "Cada tipo de cultura política tiene una estructura política que le es afín: la congruencia máxima se encuentra entre una estructura política tradicional y una cultura política parroquial; una estructura política centralizada autoritaria y una cultura de súbditos; una estructura política democrática y una cultura participante".^[Ludwig von Bertalanffy: TEORIA GENERAL DE LOS SISTEMAS- FUNDAMENTOS, DESARROLLO, APLICACIONES, México, FCE, 1981.] La cultura política interesa mucho al estudio de los sistemas políticos, sobre todo por tres aspectos principales: el problema de la legitimidad y de las reglas del juego político; el problema de la estabilidad política; y el problema del estilo de la toma de decisiones.
Si bien puede decirse que Gabriel Almond no ha producido una verdadera teoría, en el sentido formal del término, sí ha producido un esquema ordenador de mucho valor y utilidad, que por otra parte ejemplifica bien dos tendencias básicas de la Ciencia Política actual: - la búsqueda de un esquema teórico general ordenador, más que de explicaciones aisladas sobre hechos individuales; - el interés por los estudios de política comparada.-^[Morton A.Kaplan: SYSTEM AND PROCESS IN INTERNATIONAL POLITICS New York, Wiley, 1957.] Gabriel Almond y J. Coleman: THE POLITICS OF THE DEVELOPING AREAS Princeton University Press, 1960^[Eugène J. Meehan, op. cit.] Gabriel Almond y G. Powell: COMPARATIVE POLITICS.
A DEVELOPMENTAL APPROACH Boston,Little Brown and Co., 1966 Hay versión en castellano: POLITICA COMPARADA Bs. As., Paidos, 1972 Gabriel Almond y S. Verba: CIVIC CULTURE Princeton University Press, 1963 THE CIVIC CULTURE REVISITED Boston, Little Brown, 1980 Gabriel Almond: POLITICAL DEVELOPMENT.
ESSAYS IN HEURISTIC THEORY Boston, Little Brown and Co., 1970 Gabriel Almond, Flanagan y Mundt: CRISIS, CHOISE AND CHANGE Boston, Little Brown, 1973^[Véase, por ejemplo, Domenico Fisichella: LINEAMENTI DI SCIENZA POLITICA - CONCETTI, PROBLEMI, TEORIE, Roma, NIS, 1990.] Eugène J. Meehan: PENSAMIENTO POLITICO CONTEMPORANEO Madrid, Revista de Occidente, 1973^[Ludwig von Bertalanffy: TEORIA GENERAL DE LOS SISTEMAS- FUNDAMENTOS, DESARROLLO, APLICACIONES, México, FCE, 1981.] Domenico Fisichella: LINEAMENTI DI SCIENZA POLITICA CONCETTI, PROBLEMI, TEORIE Roma, NIS, 1990 Morton Kaplan y su teoría funcionalista de las relaciones internacionales.
David Easton está teóricamente ubicado muy cerca de Talcott Parsons aunque difiera en su lenguaje y en algunos conceptos. Almond está en rasgos generales en la misma línea, pero no es un funcionalista ortodoxo. Ambos son más organicistas que mecanicistas. El autor cuya obra vamos a comentar ahora es muy diferente. Los trabajos de Morton Kaplan sobre Relaciones Internacionales^[Morton A.Kaplan: SYSTEM AND PROCESS IN INTERNATIONAL POLITICS New York, Wiley, 1957.] evidencian un planteo funcionalista mecanicista, muy formal y preciso, con influencias provenientes del campo de la Ingeniería. Su objetivo es realizar un análisis factorial y construir modelos rigurosos, rehuyendo el enunciado de amplias generalizaciones, lo que lo acerca mucho a Robert Merton y sus ideas sobre "las teorías de alcance medio".
En Ingeniería de Sistemas, un SISTEMA es definido como "un conjunto de variables que puede ser considerado como una entidad definida, destacada sobre un trasfondo dado". Kaplan usa ese concepto en su definición: "SISTEMA es un conjunto de variables relacionadas de tal modo que, en contraste con su entorno, las relaciones internas de las variables entre sí y las relaciones externas del conjunto con combinaciones de variables exteriores están caracterizadas por regularidades de comportamiento que pueden ser descriptas".
Los sistemas son descriptos por Kaplan en términos de "estados". Un "estado" es una especificación completa (o lo más completa posible) de los valores de las variables del sistema. El comportamiento del sistema se establece con referencia a cambios en las variables (exumos). Los cambios en el entorno que influyen en el sistema son insumos. Los insumos que producen cambios fundamentales en el sistema son denominados "funciones de escalón".
El exumo ("output") de un sistema puede servir de insumo("input") a otro. El flujo de emparejamiento puede ser unidireccional o bidireccional. En este último caso hay una realimentación, positiva o negativa.
Los dos "estados del sistema" más importantes son el equilibrio y la estabilidad. Un sistema está en equilibrio cuando las variables se mantienen dentro de ciertos límites de variación, durante un período determinado, pese a los cambios que se operen en los exumos. Una observación importante de Kaplan es que un sistema puede ser equilibrado pero inestable o estable pero desequilibrado. El equilibrio, a su vez, puede ser dinámico o estático.
Como es obvio, los sistemas políticos son dinámicos. Kaplan sostiene que en el caso de los sistemas políticos lo importante es saber si los cambios que se producen son reversibles o no. El efecto que los cambios de equilibrio tienen sobre diversas especies de sistemas está gobernado por algunos principios generales: 1) Un sistema equilibrado permanecerá así a menos que se lo perturbe; 2) Un sistema estable pasará a un nuevo estado de equilibrio o desaparecerá por completo si es perturbado con suficiente fuerza; 3) Si la perturbación desaparece y el sistema es incapaz de retornar a su anterior estado, se ha operado un "cambio de sistema".
Para el estudio sistémico de las relaciones internacionales, Kaplan sugiere utilizar cinco variables: 1) Las reglas esenciales del sistema: las relaciones entre sus elementos y las funciones de los mismos; 2) Las reglas de transformación: la relación de las reglas esenciales con valores paramétricos determinados; 3) Variables clasificatorias de los actores: características estructurales de los actores o elementos del sistema; 4) Variables de capacidad: referidas, por ejemplo, a la capacidad de un actor dado para realizar determinadas acciones en situaciones específicas; 5) Variables de información: estimaciones sobre la capacidad de los actores y sus aspiraciones.
La impresión de simplicidad que da este corto listado de cinco variables es engañosa: cada una es en realidad una macrovariable que resume muchas variables propias de los subsistemas.
La definición que da Kaplan del sistema político se basa en el concepto de SOBERANIA. "El sistema político moderno se caracteriza por el hecho de que sus reglas especifican el ámbito de jurisdicción de todas las restantes unidades de decisión y establecen métodos para resolver los conflictos de jurisdicción". Kaplan considera que la existencia de un gobierno es un síntoma empírico inequívoco de la existencia de un sistema político. Para Kaplan, la POLITICA es la competencia para asumir papeles con funciones de decisión, para escoger entre objetos políticos alternativos o para cambiar las reglas esenciales de los sistemas políticos.
Kaplan establece una distinción muy interesante entre los sistemas políticos "a dominancia de sistema" (o sea con predominio del gobierno central) y los sistemas "a dominancia de subsistemas" (o sea con predominio de las autonomías regionales).
Por último, Kaplan intenta formular un conjunto de reglas básicas para que los actores decidan entre alternativas, en el transcurso de la interacción, para tratar de alcanzar lo que en la Teoría de los Juegos se denomina "una estrategia victoriosa": 1) Actuar para incrementar la capacidad propia, pero preferir la negociación a la lucha; 2) Luchar antes que dejar escapar una oportunidad para incrementar la capacidad propia; 3) Dejar de luchar antes que eliminar a un actor principal, un actor necesario para mantener el equilibrio de poder; 4) Actuar para oponerse a una coalición o a un actor singular que tiendan a asumir una situación de predominio frente al resto del sistema; 5) Actuar para obligar a los actores a que acepten principios organizativos supranacionales; 6) Permitir que los actores nacionales esenciales que han sido vencidos o forzados en algun sentido vuelvan a entrar en el sistema como interlocutores válidos; o actuar a fin de que se incorporen a la categoría de actores esenciales otros que no tenían ese rango. Tratar a todos los actores esenciales como interlocutores válidos^[Eugène J. Meehan, op. cit.].
### Evaluación crítica de la teoría sistémica política {-}
En el enfoque sistémico convergen todos los esfuerzos intelectuales que configuran las corrientes teóricas que hemos venido describiendo. Al evaluarlo críticamente, pues, en cierto modo evaluamos a todo el grupo.
Si bien la teoría sistémica política no se reduce solamente al trabajo de David Easton, puesto que otros investigadores importantes, como S. Beer, M. Kaplan, H. Spiro, K. Deutsch, G. Almond, etc., también hicieron valiosas aportaciones, es innegable que Easton ha sido el más influyente, el más conocido y, probablemente, el más representativo del grupo, razones por las que vamos a tomarlo como ejemplo paradigmático para esta evaluación.
Quizás esté de más aclarar que de ninguna manera pretendemos erigirnos en jueces de tan importantes y originales estudiosos. Criticar aquí no significa considerarse por encima de ellos, ni tan siquiera a su altura, sino simplemente tomar nota de lo que el tiempo y la evolución posterior de la ciencia mostraron, sin negar el valor de originalidad, de innovación y hasta de audacia intelectual que cada uno de ellos en su momento significó. Pero, como herederos de esos aportes, también tenemos que preguntarnos sobre la utilidad y limitaciones actuales de esas teorías, que son nuestras herramientas para trabajar la dura roca de la realidad...hasta que logremos fabricarnos otras mejores...
D. Easton permanece, en lo fundamental, muy cerca de la Teoría Sistémica General. A pesar de que su motivación principal es "posibilitar la investigación politológica empírica", uno de los puntos más débiles de su teoría se relaciona justamente con este punto: su difícil, y a veces imposible, operacionalización.
Dos deficiencias recurrentes pueden encontrarse en este aspecto en todo su trabajo: 1) Las aplicaciones empíricas de su marco teórico son dejadas por él para ser realizadas en el futuro y, según se infiere, por terceros ajenos a él, que se animen a hacerlo ante las posibilidades que dicho marco teórico ofrece; 2) Formula muchas definiciones, pero ninguna de ellas resulta plenamente operativa. Easton no indica cómo hacerlas operativas en el momento de realizar una investigación empírica.
Hasta ahora nadie ha logrado hacer una verdadera "investigación científica empírica sistémica" de orientación cuantitativa, en el campo político. Esto es debido a que son muchos los impedimentos que deben enfrentar estos intentos, entre los que cabe mencionar: 1) Es prácticamente imposible "medir" toda la información, el ruido y la información errónea existentes, no sólo en el sistema en sí sino también en su medio ambiente y en las complejas interacciones entre ambos; 2) La estrategia habitual de todo investigador empírico consiste en orientar su trabajo de investigación sobre un sector de la realidad bien definido y concreto, aislando para su análisis unas pocas variables. La teoría sistémica política pretende abarcar y tomar en consideración todos los aspectos involucrados, lo que evidencia una aspiración holística muy sana como ideal teórico, pero en el plano concreto de la investigación empírica ésto complica mucho las cosas; 3) Si se toman algunos casos concretos, cómo podemos, por ejemplo, investigar empíricamente y con espíritu cuantitativo un insumo? Es un insumo lo que cualquiera desea del Gobierno? Easton contesta que insumos son sólo aquellos deseos que son demandas, es decir, que pueden ejercer cierta presión sobre el Gobierno. Conceptualmente ésto está muy bien, pero qué es esa presión? Cuál es su umbral? Tomando otro caso, se sabe que algunos insumos no proceden del "entorno societario" sino del interior del sistema político mismo, como consecuencia de la actuación de algunos subsistemas o actores sobre otros. En cierto sentido, no serían insumos pero actúan como tales en cuanto presionan para conseguir la producción de algún exumo. Easton habla de "intra-inmisiones" ("withinputs"), concepto muy importante, que plantea pero que no desarrolla, sobre todo en el aspecto de la relación de esas intra-inmisiones con los insumos societarios propiamente dichos; 4) En el caso de los exumos, el camino de la investigación empírica tampoco queda claro en la teoría de Easton. Por ejemplo, cuando el sistema político produce una ley (supongamos, educación para todos, o derecho a una vivienda digna) pero no hay dinero para ponerla en ejecución, o el dinero que hay es malgastado o malversado, es ésto un exumo o no? Desde el punto de vista de la efectivización material de una política, desde luego que no lo es, pero desde el punto de vista de la generación de espectativas (para ganar tiempo) y de su posterior eventual frustración, sí lo es. Recién en los últimos años, el desarrollo de ese nuevo campo de estudios politológicos que se denomina "análisis de las políticas públicas" ha iluminado el tema del estudio de los exumos del sistema político como productos de complejas interacciones entre actores societales y estatales.
5) En el caso de la "sobrecarga del sistema", la teoría sistémica nos dice que la sobrecarga depende de la capacidad del sistema para convertir los insumos en exumos, y que sólo cuando dicha capacidad es superada puede hablarse de sobrecarga. Esto es muy lógico como modelo teórico, pero no nos permite saberlo antes que se produzca. Lo podríamos saber a posteriori, cuando (en términos de política práctica) ya es demasiado tarde. En realidad, ni siquiera en el momento del hundimiento de un régimen político tendríamos la seguridad de que el fenómeno se debe a una sobrecarga, porque podría deberse a otras causas.
6) Con respecto al apoyo y a la falta de apoyo, el enfoque sistémico acertadamente reconoce la necesidad de apoyo para todo régimen político, aunque sea autoritario, pero si se quiere hacer una investigación empírica de orientación cuantitativa (que es la aspiración del enfoque teórico que estamos comentando) surgen algunas preguntas: Cómo establecer la cantidad de apoyo que necesita un régimen político? Cómo determinar el punto crítico en la provisión de apoyo? Cómo diferenciar el apoyo espontáneo de la sociedad del promovido desde el régimen? Cómo cuantificar factores como el consenso, los hábitos de obediencia, la coacción o la amenaza de emplearla? 7) Con respecto al "stress" y a su resolución, la teoría dice que un sistema reduce el stress mediante cambios. Según la intensidad del stress el cambio puede ser adaptativo (modificaciones dentro del mismo sistema) o disruptivo (disolución del sistema). Es la cantidad de stress en relación con la capacidad del sistema lo que determina qué tipo de cambio se va a producir. Esto implica la existencia de un punto crítico de ruptura del sistema. Cómo determinarlo cuantitativamente? Como ese punto depende de la capacidad del sistema, nuevamente aparece el problema que ya vimos anteriormente: sólo se lo puede determinar a posteriori, o sea cuando ya es demasiado tarde...
8) Con respecto a los procesos de cambio, cuya consideración protagónica es un grande y novedoso aporte del enfoque sistémico respecto de sus antecesores estructural-funcionalistas, Easton afirma la existencia de dos tipos de cambio sistémico no disruptivo: el "cambio en un sistema" (que implica cambios adaptativos en el sistema, o sea respuestas adaptativas ante estímulos corrientes del ambiente); y el "cambio de sistema" (que designa transformaciones profundas, cambios estructurales, de desarrollo o involución permanentes). Por otra parte, según Easton, el "cambio disruptivo", provoca "la disolución del sistema, con caída de su neguentropía a cero".
El tema del cambio, adaptativo o disruptivo, ha sido uno de los aspectos de la teoría sistémica más atractivos para los politólogos americanos y europeos posteriores, y ha suscitado también varios interrogantes. Hasta qué punto puede hablarse del cambio de sistema como un cambio no disruptivo? Se puede, por ejemplo, cambiar de régimen político pero no de sistema? Detrás de estas preguntas está latente el interrogante sobre el verdadero "nivel de profundidad" de los cambios políticos, especialmente de las reformas (que pueden ser casi-cosméticas pero también pueden llevar por acumulación a modificaciones estructurales políticamente profundas, como ocurrió, por ejemplo, en Suecia) y de las revoluciones (que son definidas tradicionalmente como "cambios rápidos, violentos y profundos", pero que en general no son tán profundos como para modificar aspectos centrales de la identidad nacional de los pueblos que las viven: los franceses siguieron siendo franceses y los rusos, rusos, después de sus revoluciones, e incluso retomaron posteriormente aspectos momentáneamente dejados de lado).
Las lecciones recientes de la historia parecieran indicar que hay niveles culturales de mayor nivel de profundidad que los cambios políticos estructurales, lo que replantea, entre otras cosas, el tema de la primacía de la política.
Los puntos expuestos intentan mostrar el conjunto de dificultades que ha enfrentado la investigación empírica sistémica^[Eugéne J. Meehan, PENSAMIENTO POLITICO CONTEMPORANEO, Madrid, Revista de Occidente, 1973.]. Todos los enfoques sistémicos o sistémico-funcionales presentan similares características, porque son construcciones abstractas muy elaboradas de la realidad política, alejadas del plano empírico, indudablemente útiles para visualizar estructuras globales en su funcionamiento general, pero no tanto para acercarse empíricamente a la explicación de fenómenos puntuales.
Quizás el principal error inicial de estos teóricos fue mantener la impostación cuantitativista que caracterizaba la investigación empírica desde el behaviorismo, mientras que el desarrollo científico posterior mostró la conveniencia de afinar primero el instrumental de los conceptos y los sistemas de conceptos (el uso representacional del lenguaje) antes de intentar un tratamiento cuantitativo de las variables y sus relaciones^[Giovanni Sartori: LA POLITICA - LOGICA Y METODO EN LAS CIENCIAS SOCIALES, México, FCE, 1984.]. De hecho, hoy en día, por obra de muchos autores americanos y europeos, el enfoque sistémico ofrece un elaboradísimo arsenal conceptual, que conserva los grandes esquemas de la teoría pero permite aproximarse mucho más a los fenómenos puntuales, que caracterizan al grueso de la investigación empírica^[Véase, por ejemplo, Domenico Fisichella: LINEAMENTI DI SCIENZA POLITICA - CONCETTI, PROBLEMI, TEORIE, Roma, NIS, 1990.].
En general, el análisis sistémico parece poner énfasis, bajo una nueva forma, en la necesidad del equilibrio. Tiende a concentrarse más en la explicación de los mecanismos de autorregulación y de preservación de los sistemas políticos que en los procesos de conflicto interno, de contradicciones y de choque de fuerzas contrapuestas internas y externas, que originan el dinamismo de tales sistemas. Tienden a destacar la estabilidad y la permanencia como valores subyacentes al quehacer teórico, a diferencia de otros enfoques que, por el contrario, prefieren describir los conflictos que todo sistema social (y particularmente el sistema político) presenta dentro de su estructura y en su entorno ambiental. En nuestra opinión son dos lecturas indudablemente complementarias pero que en la polémica teórica se presentan como contrapuestas.
Creemos que en este énfasis puesto en el orden, el equilibrio, la autorregulación y la preservación de estados (que está tán cerca de la ideología del statu-quo y del "optimismo metafísico" que hace creer que vivimos en el mejor de los mundos...posibles) hay una manifestación de ese fenómeno al que ya hemos aludido varias veces: el condicionamiento de la labor teórica por los marcos cosmovisionales e ideológicos de los autores y de su momento-lugar históricos. En este caso, el fenómeno es particularmente visible porque los ha llevado con frecuencia a pasar por alto algunas posibilidades abiertas por su propio marco teórico general, o sea la Teoría General de los Sistemas. Veamos ésto con mayor detalle.
El enfoque sistémico político parece basarse en que todo sistema perdura por obra de un equilibrio dinámico y por un proceso homeostático. Este concepto proviene de la Teoría General de los Sistemas pero no es válido en todos los casos, y mucho menos en los que trascienden lo puramente biológico, como es el plano psicológico y el social. En realidad, según la teoría del "organismo como sistema abierto" (von Bertalanffy), su actuación no es "un mantenimiento o restauración del equilibrio" sino, por el contrario, "un mantenimiento de desequilibrios".^[Ludwig von Bertalanffy: TEORIA GENERAL DE LOS SISTEMAS- FUNDAMENTOS, DESARROLLO, APLICACIONES, México, FCE, 1981.] El esquema homeostático es especialmente inapropiado como principio explicativo para las actividades humanas que van más allá de la satisfacción de las necesidades primarias de la sobrevivencia, desde el desarrollo de las técnicas hasta el arte, la filosofía y la religión. Qué tienen que ver con el ajuste homeostático o la sobrevivencia, la evolución de la escultura griega, la pintura italiana del Renacimiento o la música barroca alemana? se pregunta von Bertalanffy.
Para describir, explicar y comprender las manifestaciones de la vida humana que trascienden las necesidades primarias (y que en realidad abarcan la mayor parte del quehacer propiamente humano) hay que adoptar, como dice von Bertalanffy, "un nuevo modelo o imágen del hombre": es el modelo del hombre como "sistema activo de personalidad", que hace hincapié en el lado creador de los seres humanos, en la importancia de las diferencias individuales y en el valor de la solidaridad consciente, o sea en aspectos que no son meramente utilitarios y están más allá de los valores biológicos de subsistencia y superviviencia, comprensibles en términos de homeostasis y de equilibrio elemental.
En contraste con el modelo del organismo reactivo -prosigue von Bertalanffy- expresado por el esquema estímulo-respuesta, es preferible (y más próximo a la realidad) considerar al organismo psico-físico como un sistema primariamente activo. Es acaso "homeostático" el hombre de negocios que lleva adelante su frenética actividad? La Humanidad, inventando superbombas, intenta satisfacer acaso necesidades biológicas? se pregunta nuestro autor. Por nuestra parte diremos que, a veces, hemos tenido la impresión de que autores que dicen basarse en la Teoría General de los Sistemas se han saltado la lectura del capítulo que habla sobre los sistemas abiertos...
Las dificultades presentadas aquí no invalidan, desde luego, el enfoque sistémico, y sus posibilidades están muy lejos de estar agotadas, pero es bueno tener conciencia de sus limitaciones para intentar superarlas, como viene haciéndose en las últimas décadas con cierto éxito, especialmente al tener en cuenta dos aspectos: por una parte, que el sistema político de las sociedades y el comportamiento político de los hombres están estrechamente relacionados con el sistema de valores sociales fundamentales; y por otra, que la investigación empírica no sólo requiere macromodelos que tracen en grandes rasgos "visiones de conjunto" del mundo político sino también conceptos capaces de aferrar aspectos particulares de la realidad. La crisis de paradigma del enfoque estructural-funcionalista-sistémico viene superándose, a nuestro entender con bastante éxito, por medio de la adición de planteos culturalistas y del desarrollo de conceptos y sistemas de conceptos de corto y medio alcance, que hacen más asequible el estudio empírico de fenómenos específicos y los estudios de política comparada.
### El enfoque comparatista, o de la política comparada {-}
Vamos a comenzar el tratamiento de este tema diciendo que, en lo esencial, este enfoque no es ninguna novedad. En Ciencia Política siempre se hicieron comparaciones, desde Aristóteles e incluso antes. Siempre la comparación ha sido fuente de conocimientos y ratificación de juicios y evaluaciones.
Esa tradición remota ha llegado hasta nuestros días y se ha ampliado y consolidado. Es notoria en muchas obras clásicas de la teoría política normativa, desde Santo Tomás a Maquiavelo y a Montesquieu. En las primeras décadas de nuestro siglo también abundaron las obras comparativas de instituciones políticas y jurídicas.
Fue en la década de los cincuenta cuando se produjo una verdadera revolución intelectual en el campo de la Política Comparada. A ella vamos a referirnos con mayor detalle porque allí se origina lo que hoy entendemos por enfoque comparatista.
En la década de los cincuenta, la Política Comparada anterior a la segunda guerra mundial fue objeto de muchas críticas^[G.A. Almond y G.B. Powell: POLITICA COMPARADA, Bs. As., Paidós, 1972.]: Se la acusó de parroquialismo, porque sus estudios se limitaban al mundo anglosajón y europeo continental. Se sostuvo que su enfoque era meramente configurativo y formalista, por cuanto centraba su interés en el estudio comparado de las instituciones y las normas legales. Finalmente, se la acusó de falta de interés por los regímenes que no responden al modelo democrático occidental, al punto de llegar a sostener el carácter "patológico" de los regímenes totalitarios.
Según Almond y Powell^[G.A. Almond y G.B. Powell: POLITICA COMPARADA, Bs. As., Paidós, 1972.], en la década de los cuarenta ocurrieron tres procesos que precipitaron la revolución de la Política Comparada: 1) La explosión nacionalista, expresada en la emergencia de nuevos estados en Medio Oriente, Africa y Asia; 2) La ampliación del poder internacional de los EE.UU. en las áreas ex-coloniales y semi-coloniales anteriormente dependientes de potencias europeas; 3) La aparición del comunismo y de los regímenes del "socialismo real" como competidores por la hegemonía mundial.
El nuevo panorama internacional creó nuevas necesidades para la Ciencia Política norteamericana. En Europa, por motivos algo diferentes, ocurrió lo mismo.
H. Eckstein y D. Apter^[H. Eckstein y D. Apter: COMPARATIVE POLITICS. A READER, New York, 1963.] hicieron un aporte complementario muy interesante. Ellos mencionaron como factor detonante externo, el advenimiento a la escena internacional de países con estructura política atípica respecto del modelo constitucional-pluralista de los países occidentales.
También mencionaron la existencia de factores internos a la disciplina: como consecuencia del enfoque etnocéntrico y formalista vigente hasta ese momento se encontraron con que debían afrontar las nuevas necesidades explicativas munidos sólo de conceptos eurocéntricos y de fachada jurídico-institucional; incapaces, por lo tanto, de penetrar la realidad política informal, que suele ser la verdaderamente significativa, y de captar la realidad de sistemas construídos sobre otras bases culturales.
Otro factor que señalan, bastante paradojal, es el exceso de datos informativos, provocado por la expansión de la misma investigación empírica, que aumenta la necesidad de contar con esquemas clasificatorios adecuados, so pena de que junto con la información aumente la confusión.
La "revolución intelectual" de la Política Comparada en los años cincuenta se propuso como objetivos^[G.A. Almond y G.B. Powell: POLITICA COMPARADA, Bs. As., Paidós, 1972.]: 1) Adoptar un plan de trabajo más amplio, que escape del parroquialismo y del etnocentrismo; 2) Asumir un mayor realismo, abandonando el formalismo legalista y analizando prioritariamente las estructuras y procesos involucrados en el quehacer político concreto; 3) Buscar una mayor precisión, por la vía del empleo de estadísticas, análisis de factores y correlaciones, encuestas, análisis cuantitativos y modelos matemáticos; 4) Construir un nuevo orden intelectual, estructurado con nuevos conceptos y relaciones "capaces de viajar" entre sistemas nacionales diferentes.
Estos objetivos se relacionan, a su vez, con una nueva visión de la comunidad mundial de estados nacionales, a la que ya no se ve como un conjunto de entidades aisladas en un contexto de anarquía parcialmente neutralizada por tenues relaciones inter-partes, sino como un sistema en sí misma, con intensas interacciones entre todos sus elementos componentes. También se relacionan con una apreciación más clara de la influencia y el impacto que ese sistema internacional tiene en la estructura y procesos de la política interna de cada estado nacional.
La propuesta de Almond y Powell es denominada por ellos "enfoque funcional de la política comparada"^[G.A. Almond y G.B. Powell: POLITICA COMPARADA, Bs. As., Paidós, 1972.] y plantea un conjunto de relaciones intra e intersistémicas, relaciones de interdepedencia (no necesariamente de armonía, aclaran). Estas relaciones se expresan en funciones, según un esquema que parte de la antigua teoría de la división de poderes, del siglo XVIII, pero actualizada y puesta al día según un esquema que presentaremos a continuación. Se supone que dicho esquema puede ser utilizado en estudios comparativos entre sistemas diferentes, a partir de una idea básica: que estas funciones siempre se realizan, aunque varíe la forma de realizarlas por los diversos sistemas: FUNCIONES | MANTENIMIENTO DEL SISTEMA | | ADAPTACION | SOCIALIZACION | | RECLUTAMIENTO | | CONVERSION | ARTICULACION DE INTERESES | | COMBINACION DE INTERESES | | COMUNICACION | | LEGISLACION | | APLICACION | | ADJUDICACION | | INTERACCION CON EL CONTEXTO | INTERNO | | INTERNACIONAL | CAPACIDAD DEL SISTEMA Este "enfoque funcional" se completa con una propuesta de clasificación de los sistemas políticos (según su grado de diferenciación estructural y de secularización cultural) de acuerdo al siguiente esquema^[G.A. Almond y G.B. Powell: POLITICA COMPARADA, Bs. As., Paidós, 1972.]: I. SISTEMAS PRIMITIVOS (estructuras políticas intermitentes) A. Bandas primitivas (bergdama) B. Sistemas segmentarios (nuer) C. Sistemas piramidales (ashanti) II. SISTEMAS TRADICIONALES (estructuras políticas diferenciadas) A. Sistemas patrimoniales (uagadugu) B. Burocracias centralizadas (Incas, Etiopía) C. Sistemas políticos feudales (Francia siglo XII) III. SISTEMAS MODERNOS (infraestructuras políticas diferenciadas) A. Ciudades-estado secularizadas (Atenas) Diferenciación limitada B. Sistemas modernos movilizados Elevada diferenciación y secularización 1. Sistemas democráticos Autonomía de los subsistemas-cultura de participación a) Elevada autonomía de los subsistemas (Gran Bretaña) b) Limitada autonomía de los subsistemas(IV Rep.Fcesa) c) Escasa autonomía de los subsistemas (México) 2. Sistemas autoritarios Control de los subsistemas-cultura de súbdito a) Totalitarismo radical (URSS) b) Totalitarismo conservador (Alemania nazi) c) Autoritarismo conservador (España franquista) d) Autoritarismo modernizante (Brasil) C. Sistemas modernos premovilizados Limitada diferenciación y secularización 1. Autoritarismo premovilizado (Ghana) 2. Democracia premovilizada (Nigeria) La obra citada termina con un esbozo de una teoría del desarrollo político, construída en base a tres variables interrelacionadas: la diferenciación estructural, la autonomía de los subsistemas y la secularización (ver Cap. 10).
Desde la aparición de los trabajos de Almond y Powell sobre la materia, el enfoque de Política Comparada^[Ver el artículo "Política Comparada" de G. Urbani, en el DICCIONARIO DE POLITICA, de Bobbio y Matteucci (comp.), México, Siglo XXI, 1986.] puede ser considerado bajo dos aspectos complementarios: como campo y como método. En alguna medida, se trata de responder a dos preguntas clásicas: qué cosa comparar? y cómo comparar? El enfoque comparativo como campo es el conjunto de las observaciones y estudios realizados por los politólogos sobre fenómenos similares en muchos países (o por extensión, en diferentes regiones de un mismo país). Abarca desde la simple compilación de "inventarios paralelos" de datos relativos a dos o más países, hasta el establecimiento de ámbitos de validez de las generalizaciones referidas a conjuntos de fenómenos políticos, sobre la base de efectuar comparaciones entre países o entre regiones de los mismos con diferencias de régimen político.
La comparación como campo puede significar: 1) Una investigación no viciada por prejuicios etnocéntricos; 2) Una confrontación analítica de las instituciones políticas de diversos países o regiones, y especialmente de sus estructuras constitucionales; 3) Una comparación de las funciones desempeñadas por las distintas estructuras políticas en los distintos países. Este es el sentido más cercano a los planteos de Almond y Powell.
El enfoque comparativo como método significa la utilización de un método de control -la comparación- en la verificación o falsación empíricas de las hipótesis, generalizaciones o teorías. Se trata, en definitiva, de un procedimiento de confrontación empírica de los conceptos.
La comparación como método es, pues, un aporte a la controlabilidad empírica de los fenómenos políticos. En ciencias sociales hay cuatro procedimientos básicos de control: experimental, estadístico, comparativo e histórico. El método comparativo es el procedimiento al que la Ciencia Política puede más fácilmente recurrir.
La experimentación sería lo ideal pero no es casi nunca posible, y no sólo por motivos éticos: solo podría darse en muy pocos casos, en los que las variables resulten manipulables y las condiciones generales estén bajo control. El procedimiento estadístico también es poco aplicable, por la frecuente falta de cuantificación de las variables y la escasez de casos analizables. El método histórico, finalmente, es congruente con la investigación politológica en su momento "nomotético" o de generalización, pero no lo es en su momento "idiográfico" o de restauración de la individualidad del hecho. El procedimiento comparativo queda, pues, como el más adecuado, en la mayoría de los casos, para la Ciencia Política.
La importancia del enfoque comparativo en Ciencia Política está ampliamente reconocida en la literatura sobre la materia. Ya en 1954, S.E. Finner^[S.E. Finner: "Metodo, Ambito e Fini dello Studio Comparato dei Sistemi Politici", en STUDI POLITICI, 1, III, 1954.] decía: "La Ciencia Política debiera ser sobre todo comparada, mientras los otros tipos de análisis debieran tener un rol secundario...".
En 1967, Giovanni Sartori^[Giovanni Sartori: "La Scienza Politica" en IL POLITICO, 4, XXXII, 1967.] afirmaba que "...la esencia de la Ciencia Política parece reconducirnos a la política comparada..." y más adelante agregaba "...podemos ser acusados...de insistir mucho sobre la comparación, sobre el método comparado..." En un libro reciente^[L. Morlino (comp.): GUIDE AGLI STUDI DI SCIENZE SOCIALI IN ITALIA - SCIENZA POLITICA, Torino, Edizioni della Fondazione Giovanni Agnelli, 1989.] compilado por L. Morlino, el citado autor se pregunta el porqué de esta insistencia en la comparación, y responde: "...porque la comparación parece el modo más coherente de hacer Ciencia Política según los cánones prefijados: - proceder por hipótesis y verificación; de donde la gran importancia de la elaboración teórica, pero también la del control empírico; - aprovechar la mejor oportunidad, si no la única, de explicación por la existencia de varios casos; - aprovechar la mejor oportunidad de mostrar la aplicabilidad del análisis en Ciencia Política".
Y más adelante, agrega: "Como he sugerido recién, y ahora insisto explícitamente, la comparación (o sea el conocimiento del fenómeno estudiado en países diversos, o de muchos fenómenos similares en el mismo país) es, habitualmente, un modo particularmente útil e importante de alcanzar una mejor comprensión-explicación del fenómeno mismo: entiendo, aún del fenómeno singular en su especificidad".
Pero también aclara y limita el alcance de su juicio: "...de esta afirmación a aquella otra, extrema, para la cual 'no hay Ciencia Política si no es comparada' hay una notable distancia, que yo no estaría dispuesto a recorrer completamente. De todos modos, existe una importante cantidad de investigaciones sobre fenómenos políticos aislados, que no pueden ser ignorados ni descartados demasiado fácilmente".
En el ámbito de los estudios políticos comparados se presentan con cierta frecuencia algunos inconvenientes metodológicos, casi siempre vinculados con el problema de querer "comparar lo incomparable", consciente o inconscientemente. G. Urbani^[G. Urbani: LA POLITICA COMPARATA, Bolonia, 1972.] ennumera algunas pautas de procedimiento para allanar esos inconvenientes: - comenzar con una buena clasificación, para asegurar el orden y la homogeneidad de los fenómenos; -usar conceptos "capaces de viajar" (aplicables en distintos países) y a la vez buenos colectores de hechos. Se trata de lograr un buen equilibrio entre requerimientos opuestos: generalidad y relevancia empírica. Se trata de evitar conceptos tán amplios que sean inespecíficos, o tán específicos que impidan comparar países diferentes; - tomar muy en cuenta la incidencia de los contextos socio-políticos de los países sobre los fenómenos comparados; - usar del modo más racional y productivo todas las técnicas de investigación conocidas.
Las posibilidades de aplicación y las perspectivas futuras de la Política Comparada son muy grandes: es un enfoque que aumenta el grado de validez de los conocimientos y la oferta de nuevas hipótesis significativas. Por otra parte, es un modo de pensar que aumenta las posibilidades de aprender de los demás, y disminuye los riesgos de experimentar a ciegas.
Prácticamente todos los campos especializados de la Ciencia Política son susceptibles de tratamiento comparativo: sistema político, partidos y sistemas de partidos, grupos de presión, técnicas decisionales, parlamentos, procesos judiciales, cultura política, socialización política, etc.
Por supuesto, es un enfoque que no está exento de objeciones^[R.T. Holt y E. Turner: THE METHODOLOGY OF COMPARATIVE RESEARCH, Nerw York, 1970.], que van desde la inmadurez metodológica, que no puede negarse pero que sólo se puede superar por medio de la aplicación, hasta el consabido argumento de que toda comparación es vana porque los fenómenos son irrepetibles.
A ésto puede contestarse que la "unicidad" de un fenómeno sólo puede comprobarse de manera seria...por comparación, y que ésta, las más de las veces, revela la existencia en el fenómeno de aspectos irreductiblemente propios (que efectivamente no son comparables) y de aspectos comunes, respecto de los cuales la comparación hace posible un mejor conocimiento y ubicación en relación con otros fenómenos similares.
## Tercera parte {-}
### Las explicaciones de base psicológica individual {-}
Con frecuencia, el modo de pensar occidental moderno presenta un condicionamiento ideológico-cultural que le hace sentir un interés predominante (y hasta excluyente) por las raíces y facetas psicológicas individuales de la conducta social. En consecuencia, abundan las descripciones y explicaciones de base psicológica individual respecto de hechos económicos, sociales y políticos, tanto en el lenguaje de la conversación corriente como en los lenguajes científico y filosófico.
Ese rasgo ideológico suele denominarse "individualismo". Tiende a ver a la sociedad como simple suma de entidades individuales atomizadas, y atribuye importancia dominante a la iniciativa individual como fuente del dinamismo social, y a las relaciones interpersonales. Aportan también a ese contexto ideológico-cultural el racionalismo, el empirismo, el materialismo, el biologicismo y el mecanicismo.
En esa óptica, parecería imposible estudiar la sociedad o la política sin apelar a la Psicología, e indudablemente es verdad que ésta es una fuente insoslayable de conocimientos para comprender lo social. En ese sentido, el aporte de la Psicología a la Ciencia Política es muy interesante y valioso, pero no excluyente ni suficiente por sí mismo. La interacción social produce "algo más" que la simple suma de las entidades psicológicas actuantes, de modo que la Psicología (y en particular, sus enfoques "individualistas") no basta. Esto no significa negar su importancia, indudablemente grande aún en una valoración crítica.
Sin embargo, observamos un hecho curioso: los científicos sociales hacen poco uso de las teorías psicológicas sistematizadas y apelan con frecuencia a nociones psicológicas "de sentido común", parcializadas, simplificadas, a veces ingenuas e incluso ambiguas. Es innegable, por otra parte, que el panorama de la teoría psicológica está muy lejos de ser claro. Existen no menos de cinco corrientes teóricas (doce, según algunos autores) y son poco compatibles y hasta contradictorias entre sí.
De todos modos, en el campo de la Ciencia Política, entendida en sentido amplio, es frecuente que se tomen conceptos o enfoques psicológicos (muchas veces separados de su contexto originario) para explicar fenómenos políticos. Esto es particularmente frecuente en la llamada "corriente de la crítica social".
Las teorías psicológicas más conocidas y usadas en estudios políticos son: - la Psicología del Estímulo-Respuesta; - la Psicología de la Gestalt; - la Teoría del Campo ("Field Theory"); - el Freudismo ortodoxo; - el Neofreudismo (versión sociologizada del psicoanálisis).
Estos enfoques no aparecen hoy como "tipos puros". La Psicología -como otras ciencias de nuestro tiempo- tiende a combinar elementos de diverso orígen y a hacerse más ecléctica.^[Eugène J. Meehan: PENSAMIENTO POLITICO CONTEMPORANEO, Madrid, Revista de Occidente, 1973.]
### La Psicología del Estímulo-Respuesta {-}
Dentro de la gran corriente del conductismo, que invoca la tradición empírico-asociacionista, de raíz cultural anglosajona, a la que puede vincularse los nombres de J. Stuart Mill y Ernst Mach, la Psicología del Estímulo-Respuesta comienza con los estudios sobre condicionamiento de Iván Petrovich Pavlov (1849-1936), a partir de 1901, que culminan con su "teoría del reflejo condicionado". En esos primeros años del siglo también se dedicó mucha atención a la naturaleza de la memoria y a los procesos de aprendizaje, tanto en animales como en seres humanos, como por ejemplo los trabajos de E.L. Thorndike (1874-1949) y Robert M. Yerkes (nacido en 1876). Pero la obra de este enfoque que alcanzó mayor importancia e influencia en el ámbito de las ciencias humanas fue la de John Watson.
John Watson (1878-1958) fue un psicólogo experimental norteamericano, profesor en Chicago y luego en Baltimore, fundador del behaviorismo, conductismo o psicología del comportamiento, corriente surgida como una reacción contra el uso de la introspección, habitual en la psicología experimental tradicional, y como un intento de liberar a la Psicología de las limitaciones del mentalismo y del instintivismo.
Watson consideraba que una investigación científica sólo puede fundarse en el estudio de hechos observables: un estímulo que produce una respuesta. Los hechos de conciencia, en su opinión, no pueden ser objeto de un estudio científico objetivo.
El conductismo es radicalmente empírico, orientado al experimento y la cuantificación, eminentemente práctico en su finalidad última y vinculado al proceso educativo, al punto de plantear toda una teoría del aprendizaje. Su objetivo es explicar la conducta del organismo en términos de un estímulo observable (S) y de una respuesta observable (R). Busca establecer la frecuencia con que S y R se relacionan en la experiencia del organismo, y el lapso de tiempo que transcurre entre S y R. No niega la subjetividad pero la ignora a los fines de la investigación científica. Por otra parte, postula un cierto reduccionismo fisiológico.
La relación S-R es insuficiente para explicar la compleja conducta del organismo. Pronto se le añadieron otras nociones, como la de IMPULSO ("Drive"), que es un ímpetu innato, muy parecido a la vieja noción de instinto. También se introdujo el concepto de RETRIBUCION, que es el efecto que tiene sobre el organismo que realiza la acción su propia conducta.
El conductismo, pues, conceptualiza la conducta sobre la base de la idea de que existe un organismo sujeto a estímulos y capaz de dar respuestas. El organismo en sí no es objeto de ningún postulado, y toda conducta es considerada como efecto de algún condicionamiento externo.
Algunos investigadores posteriores consideraron necesario postular, al menos, algunas capacidades interiores del organismo, evolucionando desde el simple esquema originario S-R a un esquema S-O-R (estímulo-organismo-respuesta) que caracteriza al neoconductismo.
En realidad, la Psicología conductista tiene poco que decir sobre las relaciones sociales, pese a que la conducta humana es indudablemente social, aprendida y no innata. Los conductistas se han centrado, un tanto artificiosamente, en el estudio del acto de aprendizaje aislado, del individuo aislado. Con esas limitaciones, no es extraño que las aplicaciones en el campo de las ciencias sociales, incluída la Ciencia Política, sean escasas. Citaremos algunos ejemplos: Clark Hull había anticipado su intención de escribir un libro sobre las interacciones entre organismos, pero falleció antes de poder terminarlo. En su obra "A Behavior System"^[ Clark L. Hull:A BEHAVIOR SYSTEM, Yale University Press, 1952.], estructurada de un modo rígidamente deductivo, en base a 17 postulados de los que deduce 133 teoremas, muchos a su vez con corolarios, solo uno de esos teoremas se refiere a la interacción social, y su utilidad en el campo de la Ciencia Política es por lo menos discutible: "Para ser repetida de modo sostenido, toda interacción social voluntaria ha de producir un refuerzo sustancial de la actividad de cada una de las partes".
Edward C. Tolman planteó un modelo psicológico afín con el enfoque estructural-funcionalista de Talcott Parsons, referente a la teoría social^[Edward C. Tolman: "A Psychological Model" en Talcott Parsons y Edward Shils (eds.): TOWARD A GENERAL THEORY OF ACTION, Harvard University Press, 1962.]. Presenta cierto interés pero se trata de un modelo más heurístico que explicativo.
Algunos psicólogos sociales han intentado adoptar un enfoque puramente conductista, con resultados en general decepcionantes. Tal es el caso, por ejemplo, de John Dollard y Neal E. Miller, autores de una teoría de las relaciones interpersonales basada en postular que el individuo posee una mínima capacidad para aprender y retener nociones relacionales, claves-guía de la conducta motivada por estímulos externos. En su formulación, la conducta es motivada por estímulos, orientada por claves relacionales y produce respuestas retributivas que reducen el impulso y reconducen al equilibrio u homeóstasis^[John Dollard y Neal E. Miller: PERSONALITY AND PSYCHOTHERAPY: AN ANALISYS IN TERMS OF LEARNING, THINKING AND CULTURE, McGraw-Hill Book Co., 1950.]. Esta teoría ha sido muy criticada por su notoria insuficiencia para explicar la conducta humana.
Distinto es el caso de la obra de Carl I. Hovland y su equipo de investigadores de Yale, que constituye la más sistemática exposición de conocimientos sobre técnicas inductoras de cambios de actitud, tema de obvio interés politológico^{Ver entre otros, Carl I. Hovland et al.: COMMUNICATION AND PERSUASION: PSYCHOLOGICAL STUDIES OF OPINION CHANGE, Yale University Press, 1953.}.
También presenta cierto interés politológico la obra de George C. Homans^[George C. Homans: SOCIAL BEHAVIOR: ITS ELEMENTARY FORMS, Harcourt, Brace and World Inc., 1961.] sobre los comportamientos grupales, que aparecen vinculados con: - retribuciones en el pasado; - frecuencia de las retribuciones; - calidad de las retribuciones; - satisfacción con el tratamiento social; - beneficios decrecientes de las relaciones interpersonales.
Uno de los pocos estudios políticos que se basan explícitamente en la psicología conductista es "Political Participation" de Lester W. Milbrath^[Lester W. Milbrath: POLITICAL PARTICIPATION, Rand Mc Nally and Co., 1965.].
Milbrath estudia la participación o implicación en la política, definida operacionalmente por medio de acciones tales como votar, discutir de política, portar emblemas, hacer peticiones, hacer propaganda, aportar dinero a fondos electorales, buscar cargos políticos, etc.
Usa el concepto de PREDISPOSICIONES (quizás, otro modo de designar al "impulso"). Considera que el REFUERZO (o retribución) es la causa del vigor de las predisposiciones políticas, de las creencias y actitudes que llevan a acciones de participación política. El circuito de una actuación política continuada se monta, pues, según Milbrath, como la consecuencia hedonista de una sucesión de gratificaciones.
Milbrath ignora la posibilidad de que la acción política pueda aparecer sin estímulo externo: por el contrario, considera necesario que la acción política vaya precedida de un estímulo importante. Deja sin explicar algo fundamental: qué es lo que hace que determinado estímulo (S) sea "político", o tenga repercusiones en forma de conductas políticas. Debemos conformarnos con la mención de un factor subjetivo: la actitud individual.
Como crítica general al enfoque metodológico conductista, puede decirse que es muy limitada su aplicación al estudio del hombre. La parte más sustancial de su contenido queda fuera de su rígido esquema S-R. Por otra parte, los hombres viven en un medio muy complejo y resulta casi imposible definir qué S produce determinada R. No toma en cuenta las interacciones entre diversos S y diversos R, y el rol -sin duda relevante- de los condicionamientos culturales y de las espectativas.
Por otra parte, no puede explicar la ACCION CREADORA. Trata de hacerlo apelando a explicaciones basadas en mecanismos de imitación presente y diferida, pero es evidente la existencia de situaciones en las que los hombres actúan de modo tal que es imposible que hayan aprendido su conducta por imitación.
### La Psicología de la Gestalt, la Teoría del Campo y la Dinámica de Grupos {-}
La "Gestaltpsychologie", o Gestaltismo, o Psicología de la Forma, es una teoría psicológica sobre la percepción, que se opone al "asociacionismo" de la psicología clásica, o sea esa doctrina según la cual el principio general del desarrollo de la vida mental es la asociación de ciertos estados de conciencia elementales, lo cual llevaba a plantear la investigación psicológica, por vía del estudio analítico, como un "desmenuzamiento" del psiquismo. Frente a esa concepción "asociacionista", el Gestaltismo plantea un enfoque netamente holístico.
El orígen del Gestaltismo es alemán. En 1891, Ehrenfels hizo las primeras descripciones de inspiración gestáltica. Helmholtz, Mering, Wertheimer, Köhler^[Wolfgang Köhler: PSYCHOLOGIE DE LA FORME, Ed. Gallimard, Col. "Idées".], Koffka y Lewin lo desarrollaron en Alemania y luego en los EE.UU., tras su forzada emigración. Guillaume lo introdujo en Francia. Con el tiempo, alcanzó difusión mundial, y gran influencia en las ciencias sociales, así como en la Estética y en la Crítica del Arte.
Su punto de partida es la experiencia humana consciente, el aspecto interno o subjetivo de la conducta humana. Rechaza al positivismo, por considerarlo inapropiado para el estudio de la conducta humana y recurre a la tradición filosófica fenomenológica: a Kant, Dilthey y sobre todo a Edmund Husserl.
El Gestaltismo se basa, pues, en una reflexión fenomenológica sobre "lo vivido" y afirma que, en la percepción humana, la totalidad es vivida antes que las partes que la forman, y que el valor de cada parte depende de su participación en el conjunto. La "Gestalt" (o "forma") es justamente el modo en que las partes se encuentran dispuestas en el todo.
El Gestaltismo procura desarrollar estudios significativos sobre la conducta humana. Podemos sintetizar sus criterios básicos en los siguientes enunciados: - hay que considerar al hombre como una entidad indivisible; - no hay que descomponer analíticamente la conducta ni el psi- quismo; - la acción del cerebro desarrolla un complejo campo de interre- laciones en contínuo fluir; - el hombre percibe su entorno en forma de unidades complejas e integradas, o sea como "gestalt" o formas totalizadas, con pau- tas estructuradas y organizadas; - la formación de esas estructuras depende de factores tales como - la similitud de los elementos presentes; - la proximidad, contigüidad, etc.; - la dirección: orígen, trayectoria, destino; - la percepción está regida por dos leyes: - la "ley de cierre", según la cual el observador humano tiende a cerrar o "completar" las pautas parciales o fragmentadas; - la "ley de concisión", según la cual el hombre tiende a estructurar sus percepciones según la forma más simple y "mejor"; - el enfoque gestaltista es hedonista y teleológico, y concede mucha importancia a las operaciones de integración y reorgani- zación de la experiencia ("insight"); - hay tres tipos básicos de aprendizaje: - mediante condicionamiento; - mediante ensayo y error; - mediante la reagrupación de la experiencia en una rela- ción de medio a fin ("insight"). Este tercer tipo de a- prendizaje es objeto privilegiado de estudio por parte del gestaltismo.
La Psicología de la Gestalt ha tenido gran influencia en los estudios de Psicología Social; ha sido en cambio poco utilizada por los politólogos. Al final de este apartado analizaremos los casos más conocidos y los enfoque más prometedores.
La TEORIA DEL CAMPO ("Field Theory") es principalmente obra de uno de los creadores de la "Gestaltpsychologie", Kurt Lewin (1890-1947), psicólogo alemán emigrado a los EE.UU. cuando se produjo el advenimiento del nazismo. Fue profesor en Berlin y luego en varias universidades norteamericanas.
Según sus propias palabras, "...difícilmente cabe llamar teoría a la teoría del campo...más exacto es denominarla método...un método para analizar las relaciones causales y erigir construcciones científicas"^[Kurt Lewin: FIELD THEORY IN SOCIAL SCIENCE, Dorwin Cartwrigth (Harper and Bros.), 1951.].
Kurt Lewin parte de un enfoque gestaltista ortodoxo, tomando en consideración la situación total del individuo, su "espacio vital", que es psicológico, cercado por el entorno físico (con el que interactúa) y definido en términos de presente. Para armar su modelo (con un sentido más descriptivo y heurístico que explicativo) toma muchas ideas y elementos del lenguaje de la Geometría Topológica y del Análisis Vectorial, pero no los combina en una estructura matemática formal, sino que los usa libremente, de acuerdo a sus necesidades.
Lewin creó la noción de CAMPO PSICOLOGICO para explicar la interacción de las fuerzas que emanan del sujeto y las influencias sociales. El campo psicológico es una "totalidad dinámica" que manifiesta el estado relacional de una persona con su entorno social en un momento determinado. Incluye percepciones y motivaciones. Cada situación combina influencias que generan estados de tensión, los que provocan nuevos comportamientos, en procura de nuevos estados de equilibrio.
El campo psicológico es, pues, un asiento de fuerzas y tensiones que se forman, se modifican y se reequilibran contínuamente. Un hombre dinámico (por ejemplo, el líder de un grupo) puede, con sus propias fuerzas, reorganizar las influencias sociales de su campo psicológico. Otros hombres, más pasivos, pueden evidenciar tendencias adaptativas a las tensiones, en diversas modalidades (positivas o negativas) tales como el aprendizaje, la adaptación y la frustración.
Otra noción importante de Kurt Lewin (de indudable interés sociológico y politológico) es la noción de NIVEL DE ASPIRACION, o sea la posición futura que un hombre se siente capaz de alcanzar cuando va a emprender una nueva actividad. Resultan muy interesantes sus observaciones sobre las modificaciones que sufren esas aspiraciones sobre la marcha, a medida que se experimentan triunfos y fracasos, según las diversas configuraciones psicológicas.
El espacio vital del hombre está dividido en "regiones", que son áreas situacionales diferenciadas, que van emergiendo al nivel de la conciencia a medida que el hombre se desarrolla. Esas regiones psíquicas están vinculadas y a la vez separadas entre sí por fronteras, que eventualmente pueden convertirse en barreras.
Sobre ese modelo topológico, más bien estático, K. Lewin introduce el dinamismo psicológico por medio de "vectores" que indican los movimientos de aproximación o alejamiento de la persona, de acuerdo a las valencias (positivas o negativas) de esas regiones.
La personalidad, en este modelo, es un "sistema de regiones"; su diferenciación individual se explica en términos de cambios de región, de fuerza de vectores, de situación de fronteras, etc.
El dinamismo psíquico busca el equilibrio, la reducción de tensiones. Las tensiones incitan a abrir vías a través de las regiones, hacia objetivos determinados. El logro de un objetivo produce equilibrio. Si el objetivo no se alcanza, el desequilibrio persiste hasta que aparece otra tensión, que abra otro curso de acción. Esos objetivos pueden ser perseguidos de manera realista o irreal. Los esfuerzos frustrados pueden llevar a las personas a hundirse en la depresión o a huir hacia lo fantástico, en un desplazamiento psíquico "sustitutivo" o "imaginario".
El esquema conceptual de Kurt Lewin es muy complejo, rico y fecundo en sugerencias. Puede ser criticado porque define el campo psicológico en términos de presente, ignorando o pasando por alto la historia del individuo, a diferencia del freudismo y otras corrientes; y porque está pobremente desarrollada su explicación del proceso de aprendizaje, del que Lewin en realidad se ocupó poco. De todos modos, es muy amplio el abanico de sugerencias que ofrece, no solo a la Psicología y a la Psicología Social sino también a la Sociología y a la Ciencia Política. Al final de este apartado, pasaremos revista a algunas aplicaciones.
La DINAMICA DE GRUPOS, en su orígen también está vinculada al nombre de Kurt Lewin, quien fundó, en vísperas de la segunda guerra mundial, el "Research Center for Group Dynamics" en el "Massachusetts Institute of Technology". En un sentido amplio, se designa con ese nombre a un conjunto de trabajos de diversos autores, referidos a los grupos pequeños, considerados como resultantes de la interacción de fuerzas múltiples y cambiantes, a las que se procura identificar, describir y, en lo posible, medir. La dinámica de grupos vincula muy estrechamente la investigación pura y la aplicada.
Lewin considera que el grupo es una totalidad estructurada, cuyas propiedades son diferentes a la suma de las propiedades de las partes. El grupo y el entorno que lo rodea configuran un campo dinámico. Ese dinamismo, su estabilidad y modificaciones, pueden explicarse por el juego de las fuerzas psicosociales, tales como la presión de las normas sociales, la resistencia de las barreras psicológicas, la prosecución de objetivos, etc. Este modelo se presta para una representación gráfica vectorial, susceptible, a su vez, de ser operada matemáticamente.
A partir de la obra pionera de Lewin y su grupo en este terreno, la Dinámica de Grupos ha tendido a hacerse cada vez más ecléctica, y en las obras más recientes sobre el tema, junto al gestaltismo originario pueden discernirse influencias del conductismo, del psicoanálisis y del neofreudismo.
D. Cartwrigth y A. Zander^[Dorwin Cartwrigth y Alvin Zander: GROUP DYNAMICS: RESEARCH AND THEORY, Ed. Harper and Row, 1962.] agrupan en cinco áreas los estudios hechos sobre dinámica de grupos: - cohesión del grupo; - presiones y criterios del grupo; - motivos individuales y finalidades del grupo; - dirección ("leadership") y logros del grupo ("performance"); -propiedades estructurales de los grupos.
Otros temas que aparecen en la bibliografía especializada^[Ver, por ejemplo, Morton Deutsch y Robert M. Krauss: THEORIES IN SOCIAL PSYCHOLOGY, Basic Books, Inc., 1965.] son: - los campos de fuerza ("power fields"); - los conflictos internos del grupo; - las comunicaciones intra e intergrupales.
Muchos estudios sobre este tema tratan de establecer la interrelación de algunos factores y elementos componentes de los grupos, tales como: - estratificación social y cohesión grupal; - dirección autoritaria y uniformidad grupal; - efectos de las interrupciones sobre la actividad del grupo; - posición del dirigente, ambiente grupal y comunicación.
La simple lectura de este temario da una idea clara de sus contenidos y también de las afinidades y sugerencias que presenta para las ciencias sociales en general y para la Ciencia Política en particular. En este último caso, la dinámica de grupos se ha mostrado especialmente útil para el análisis de la estructura y dinámica de los comités y otros grupos decisorios, vale decir, en estudios de micropolítica, más que en estudios de nivel macropolítico.
Ahora vamos a pasar revista a algunas aplicaciones politológicas de estos enfoques (Gestalt, Teoría del Campo y Dinámica de Grupos) y a algunas sugerencias que provienen de ellos, y que a nuestro entender son muy fecundas.
De las experiencias de K. Lewin, una de las más importantes (y también de las más citadas) es la referente al ambiente psicológico, o sea el clima afectivo y normativo que impera en un grupo humano, y que influye fuertemente en el comportamiento de los integrantes del grupo y en los logros o fracasos del mismo.
En la experiencia en cuestión, Lewin, Lippitt y White sometieron a diversos grupos de jóvenes a tres ambientes psicológicos sucesivos: autoritario (pautas rígidas, objetivos prefijados, jerarquía y órdenes); democrático (pluralismo, confrontación, reglas básicas del juego); y liberal (tipo "laissez-faire").
La mejor integración grupal y los mejores logros se alcanzan en un clima democrático, en el que la interacción humana aumenta la eficacia y el sentido de la responsabilidad de cada uno. El clima autoritario frustra el deseo de libertad y cohíbe la responsabilidad individual. El clima liberal produce malestar por falta de orientaciones y límites. En estos dos últimos casos, paradojalmente se producen a nivel de las conductas individuales los mismos resultados: agresividad e indiferencia hacia los fines grupales.
Otra experiencia importante se refiere a los valores propios del grupo, que operan como factor mediatizante (conjuntamente con las predisposiciones psíquicas) en la percepción de mensajes provenientes de los medios de comunicación de masas u otras fuentes.
Los mensajes llegan a nosotros "tamizados" por los valores colectivos de nuestro grupo de pertenencia. En la medida en que valoramos nuestra pertenencia al grupo, nos sentimos obligados a adoptar sus valores. Todo mensaje acorde con ellos tiene buena acogida, y si es contrario, encuentra una fuerte oposición.
Kurt Lewin solía decir, en ese sentido, que es más fácil hacer cambiar de opinión a un grupo que a un individuo. Ahora bien, al parecer la única técnica adecuada para lograr ésto es la "discusión en grupo", que está en las antípodas de las técnicas de difusión masiva... Con respecto a éstas, un importante corolario que deriva de las experiencias antedichas es que el mensaje difundido por los medios de comunicación de masas tiene por efecto reforzar las opiniones preexistentes, más bien que hacer aceptar nuevas opiniones. Otra consecuencia es que se puede lograr una acción más precisa y eficaz del individuo si se logra clarificar y reforzar su pertenencia al grupo.
Volvamos al tema del cambio de opinión en los grupos, porque allí encontramos otra cuestión de relevante importancia para la Ciencia Política: la modificación de los hábitos colectivos. Sabemos que las tentativas de modificar hábitos sociales arraigados despierta en general grandes resistencias. Esto es un problema fundamental en el cambiante mundo moderno, que muchas veces requiere una flexibilidad mayor de la que, al parecer, están dispuestos a adoptar individualmente los hombres.
Los experimentos de Lewin y su grupo mostraron la superioridad del procedimiento de la discusión en grupo y de las decisiones tomadas en común para lograr cambios de hábitos sociales. La razón de ello estriba en que la discusión libre compromete a los individuos en una interacción social, de tal manera que la inseguridad producida por el cambio es atenuada por el sentimiento de pertenencia al grupo. El cambio individual de actitud es facilitado si se piensa que, en realidad, es el propio grupo el que está cambiando.
Según el enfoque de Lewin, un grupo (antes de que se intente un cambio) puede ser definido como un "estado casi estacionario"; un equilibrio, en definitiva, de fuerzas psicosociales. Para superar la resistencia inicial y producir un cambio, los pasos a dar son: - "descristalizar" los hábitos colectivos mediante la libre discusión; - promover nuevas normas mediante la decisión del grupo; - consolidar esas normas mediante la instauración de una organización adecuada.
De ese modo, las técnicas de la dinámica de grupos facilita el cambio de hábitos sociales de un modo que es políticamente muy importante: por consenso y con mínima coacción.
Otro enfoque muy interesante para los estudios politológicos es la llamada "teoría de la disonancia cognoscitiva" de Leo Festinger^[Leo Festinger: A THEORY OF COGNITIVE DISSONANCE, Row, Peterson and Co., 1957.]. En síntesis, Festinger sostiene que el hombre normal tiene un estado interno que revela un grado elevado de coherencia. Sus ideas, representaciones, creencias y actos son bastante coherentes, homogéneos, equilibrados, consonantes. Si esa equilibración interna se rompe por algún motivo, el hombre experimenta un malestar que lo mueve a actuar en alguna forma para restaurarla.
Un hombre, por ejemplo, puede verse obligado a hacer un acto o una declaración contrarios a sus valores; o percibe una contradicción entre sus ideas y sentimientos personales y la representación que se hace de la opinión predominante en su grupo de pertenencia o en su sociedad, etc. Se crea entonces una "disonancia cognoscitiva" que es fuente de un malestar interior porque lesiona la anterior coherencia. En tales casos, el hombre, para reducir la disonancia, puede modificar su opinión hasta llegar a estar de acuerdo con los demás; o percibir la opinión de los demás como menos contraria a la suya de lo que es en realidad; o rechazar toda información contraria a su opinión; o interpretar esa información de una manera más acorde con su opinión; o disgustarse con la persona que disiente de su criterio, etc. En definitiva, la "disonancia" o incompatibilidad entre cogniciones distintas del individuo lo impulsan a realizar acciones orientadas a reducir la disonancia.
Esta idea (a la que parece exagerado llamar "teoría") contiene sugerencias interesantes para los estudios politológicos, en particular para explicar la difusión y aceptación de contenidos ideológicos, habida cuenta de la escasa consistencia que en general presentan las ideologías desde el punto de vista lógico-formal. La mayoría de las personas busca adaptarse a la opinión consagrada por el grupo, o experimenta diversas distorsiones en su percepción, de modo que un mismo contenido ideológico puede ser aceptado por muy diversas personas en función de sus diferentes representaciones del mismo.
La "teoría del poder social" de John R.P. French^[John R.P. French Jr. : "A Formal Theory of Social Power" en Cartwright y Zander: GROUPS DINAMICS: RESEARCH AND THEORY, ed. Harper and Row, 1962.] es un esfuerzo por aplicar la teoría del campo en Ciencia Política. Es interesante desde un punto de vista heurístico pero adolece de algunas indefiniciones conceptuales y de una limitada operacionalidad. Está desarrollada como una estructura deductiva que abarca: - las relaciones de poder dentro de un grupo; - las formas de comunicación dentro de un grupo; - otras relaciones internas.
Consta de tres axiomas y de algunos teoremas: Axioma 1: En cualquier discrepancia de opiniones entre A y B, la potencia de la fuerza resultante que un inductor A puede ejercer sobre un inducido B para hacerle aceptar la opinión de A es proporcional a la potencia de las bases del poder de A sobre B.
French define el poder como "el máximo de fuerza que A puede ejercer sobre B menos la máxima resistencia que B puede oponer a A. "Base de poder" es la relación duradera entre A y B que permite el surgimiento del poder.
Axioma 2: La potencia de la fuerza que un inductor A ejerce sobre un inducido B para hacerle aceptar la opinión de A es proporcional a la magnitud de la discrepancia entre ambas opiniones.
Axioma 3: En una unidad (que en su lenguaje es el tiempo necesario para que todos los miembros del grupo sometidos a influencia cambien sus opiniones hasta llegar al punto de equilibrio de todas las fuerzas actuantes al comienzo de la unidad) cada una de las personas sometidas a influencia cambiarán su opinión hasta alcanzar el punto de equilibrio en el que la fuerza resultante es cero.
Ejemplos típicos de teoremas son: Teorema 1: En una estructura de poder perfectamente conectada, y para todas las posibles estructuras de opinión inicial, las opiniones de todos los miembros alcanzarán un equilibrio común igual a la media aritmética de las opiniones iniciales de todos los miembros, y esta opinión final se logrará dentro de una unidad.
Teorema 2: En un grupo conectado débilmente, los miembros no lograrán un acuerdo salvo en el caso de que existan condiciones especiales en la distribución de las opiniones iniciales.
Como vemos, es un conjunto de ideas interesantes pero conceptualmente bastante imprecisas pese a su enunciado formal ("potencia de la fuerza", "discrepancia entre opiniones") y muy difíciles de cuantificar, aunque sea estimativamente y, por supuesto, de operacionalizar. No obstante, sin pretender verificar o falsear la exactitud matemática de los enunciados, lo cierto es que son válidos como "enunciados de tendencia" a los fines del análisis de hechos reales: es cierto que el poder es la resultante de una interacción, que la discrepancia debilita el poder, que los miembros del grupo cambian sus opiniones hasta encontrar un nuevo equilibrio, que el vínculo grupal fuerte favorece ese proceso y que uno débil lo perjudica, etc.
La Teoría de la Organización^[Ver Robert Golembiewski: BEHAVIOR AND ORGANIZATION: ORGANIZATION AND METHODS AND THE SMALL GROUP, Rand McNally and Co., 1962. También James G. March y Herbert A. Simon: ORGANIZATIONS, John Wiley and Sons, 1962. Entre las obras más recientes ver, por ejemplo, Stephen Robbins: COMPORTAMIENTO ORGANIZACIONAL, Prentice Hill, México, 1987.] ha sido la principal beneficiaria de los estudios de la Teoría del Campo y de la Dinámica de Grupos. Otros temas sociológicos y politológicos donde suelen aplicarse son las actitudes políticas, los fenómenos de formación y cambio de hábitos y de opiniones sociales y políticas, así como en algunos estudios sobre desarrollo y subdesarrollo.
Sidney Verba^[Sidney Verba: SMALL GROUPS AND POLITICAL BEHAVIOR, Princeton University Press, 1961. También Gabriel Almond y Sidney Verba: THE CIVIC CULTURE, Princeton Univesity Press, 1963.] ha destacado con agudeza la importancia politológica de la llamada "hipótesis de participación", o sea ese principio según el cual la efectividad de los cambios importantes en la conducta de los integrantes de grupos pequeños requiere la participación de los miembros en el proceso de adopción de la decisión de cambio.
En la misma obra, Verba hace un excelente análisis de las posibilidades y limitaciones que tiene la aplicación de las "teorías del pequeño grupo" en Ciencia Política. En síntesis dice que no es una panacea pero que puede resultar muy útil si se la emplea con inteligencia. En especial, hay que ser muy prudente en la extrapolación de conclusiones obtenidas en las condiciones cuasi-experimentales del pequeño grupo, a grandes grupos (sociedades globales, por ejemplo) en un nivel de observación empírica.
### El Freudismo ortodoxo (Psicoanálisis freudiano) {-}
En las ciencias sociales y en los juicios normativos sobre hechos sociales es muy frecuente encontrar explicaciones basadas en la Teoría Psicoanalítica, o mejor, en la obra de Sigmund Freud (1856-1939) psiquíatra austríaco nacido en Freiberg y muerto en Londres, fundador del Psicoanálisis. Tanto este autor como su obra son universalmente conocidos aunque con frecuencia mal comprendidos. El freudismo es, con el marxismo, uno de las dos corrientes intelectuales surgidas en los siglos XIX y XX que han alcanzado máxima difusión e influencia, y motivado también las más grandes controversias.
El impacto del freudismo sobre el pensamiento contemporáneo es muy grande. En su momento, Freud revolucionó la Psicología, pero hoy pareciera incluso tener más influencia en las ciencias sociales y en las humanidades que en el propio campo psicológico.
La Teoría Psicoanalítica es el componente principal y hasta cierto punto fundacional de ese conjunto de teorías denominado por Bleuer "psicología de las profundidades" o "psicología profunda". Su objetivo, inspirado en razones teóricas, curativas y existenciales, es traer a la conciencia aquellas partes de la psiquis del ser que le son habitualmente desconocidas. Esa toma de conciencia del inconsciente es esencial en el enfermo para su curación, y en el sano para acceder a la totalidad de su ser. En realidad, INCONSCIENTE es sólo una palabra; no es una entidad, ni una sustancia ni un lugar: es una hipótesis de trabajo (que no tiene las resonancias ideológico-filosófico-religiosas de palabras tales como espíritu o alma) que permite nombrar lo que en la psicología humana no puede ser captado directamente por la conciencia.
En general, el pensamiento de los grandes creadores suele ser presentado en forma desvinculada de sus fuentes, como si fueran grandes torres aisladas. Pero así como no puede entenderse a Marx sin pasar (como mínimo) por Hegel, Feuerbach y David Ricardo, tampoco puede entenderse bien a Freud sin tener alguna idea del trabajo preparatorio que hizo el pensamiento occidental para acceder a esa "psicología de las profundidades", desde las "representaciones inconscientes" de Leibnitz, el "inconsciente" de Herbart, los "sueños" de Carus, hasta la "filosofía del inconsciente" de von Hartmann; y desde los remotos atisbos de Paracelso, pasando por los trabajos de Mesmer sobre "magnetismo animal" (con todas sus tergiversaciones) y P. Janet, hasta la Escuela de la Salpêtrière, con Charcot y la Escuela de Nancy, con Liébault y Bernheim, y sus trabajos sobre hipnotismo y sugestión.
De los tres últimos mencionados, Freud fue discípulo directo. "Allí fue -escribirá más tarde- donde recibí las más fuertes impresiones relativas a la posibilidad de fuertes procesos que, sin embargo, permanecen ocultos a la conciencia de los hombres".
El término PSICOANALISIS fue acuñado por Freud en base a ciertas analogías entre el trabajo del terapeuta y el del químico. Apareció por primera vez en publicaciones del año 1896 y fue definido por Freud desde tres puntos de vista, diferentes pero concatenados: - como procedimiento de investigación de procesos mentales que serían prácticamente inaccesibles de otro modo; - como método para el tratamiento de trastornos neuróticos; - como conjunto de concepciones psicológicas que van formando una nueva disciplina científica.
Saldría completamente fuera de los límites y de la intención de este trabajo una descripción completa del vastísimo campo psicoanalítico. Aquí no va a interesar especialmente una parte del tercer punto de vista: los lineamientos generales del Psicoanálisis como teoría científica de la psicología individual profunda; y sobre todo sus repercusiones en el modo de entender lo social.
Como características generales del Psicoanálisis freudiano podemos mencionar las siguientes: - se basa en una visión del hombre predominantemente biológica (organicista, materialista); - piensa los procesos en términos evolucionistas darwinianos, o más exactamente lamarckianos, ya que Freud creía que los caracteres adquiridos pueden trasmitirse por vía genética; - su enfoque básico es instintual e individualista; - es determinista y considera que en la investigación toda acción humana tiene relevancia y significación: que se debe deducir a partir de lo que se manifiesta en la conciencia lo que hay debajo de su superficie. Afirma, pues, la existencia de una relación determinista entre la acción manifiesta y la motivación inconsciente; - en su teoría, Freud generalizó los resultados de una prolongada introspección, conjuntamente con las observaciones provenientes de una larga tarea clínica, propia y de otros.
Su esquema o modelo básico de la psicología humana se basa en la afirmación de la existencia de una energía impulsora, innata en el hombre, muy semejante al "élan vital" de Bergson, a la que llamó LIBIDO (deseo, apetito, aspiración). Luego de 1923, también la denominó ID, y también EROS^[A partir de 1923, Freud considera la existencia de dos impulsos instintivos: EROS (instinto de vida) y THANATOS (instinto de muerte).].
Todos los procesos mentales (excepto la recepción de estímulos externos) derivan de la interacción de esas fuerzas instintivas, que son de orígen orgánico. Son características de la libido: - está gobernada por el "principio del placer"; -es indiferente a la moralidad; - es indiferente s su propia seguridad; - recibe su placer del acto de la descarga, sin intermediación del ego.
Los INSTINTOS BASICOS (conservación, preservación, etc.) son sistemas de dirección de los impulsos libidinales. Su estructura está superpuesta al id y su función es imprimir direccionalidad y sentido a las energías libidinales,que originariamente no lo tienen.
El EGO se desarrolla en el ser humano aproximadamente a partir de los seis meses de edad. Es una estructura mediadora entre el puro impulso del id y la realidad del entorno externo. Está gobernado por el "principio de realidad".
El SUPEREGO es una instancia de la personalidad, cuya función es equiparable a la de un juez o censor del ego. La conciencia moral, la auto-observación, la formación de ideales, son algunas de sus manifestaciones. Según la ortodoxia freudiana, el superego es heredero del complejo de Edipo, producido por interiorización de las exigencias y prohibiciones familiares.
El CUERPO, en este esquema, puede ser visto como un receptáculo dividido en áreas de diferente valor erógeno, y conectado con el entorno de forma poco precisa. Las "zonas erógenas" (oral, anal y genital) son utilizadas por Freud en su teoría de la personalidad y del desarrollo del carácter.
Esta "visión topográfica" o esquema básico del aparato psíquico puede representarse gráficamente del siguiente modo: ENTORNO ----------------------------------------------------------------- CUERPO ^ GENITAL ANAL ORAL | EGO <---> SUPEREGO placer | ------ v dolor CONSCIENTE ----------------------------------------------------------------- SUBCONSCIENTE ^ ^ ^ INSTINTOS | | | (energía libidinal INCONSCIENTE LIBIDO o ID dirigida) Cómo "funciona" este modelo? Una síntesis de la dinámica freudiana puede presentarse del siguiente modo: Los impulsos del id o libido proporcionan la energía propulsora de todo el sistema. La estructura de los instintos transforma esa energía pura en energía libidinal dirigida. En la ortodoxia freudiana, las cuestiones más importantes surgen de la relación entre el id, el ego y el superego. Los neofreudianos, en cambio, enfatizan más la importancia de las relaciones entre el ego y el entorno.
El id está totalmente inmerso en el inconsciente. Allí se originan todas las tendencias e impulsos. Sólo la interpretación psicoanalítica puede determinar el sentido profundo de la conducta humana, que se origina en este plano. Afirma, por ejemplo, que los sueños siempre tienen un significado: siempre son la satisfacción de un deseo reprimido en la vigilia, pero su contenido real aparece siempre disfrazado y oculto y debe ser interpretado.
Los impulsos o deseos que brotan del id son vitalmente suficientes para el recién nacido, pero el hombre necesita vivir en sociedad, y para ello ha de acomodar su conducta a los deseos ajenos, so pena de ser destruído. Freud reedita así la vieja tesis de Hobbes.
El ego, que funciona de acuerdo con el principio de realidad, es el encargado de reprimir los impulsos. Aunque Freud escribió como si el ego fuera un elemento concreto, es más lógico considerarlo como una función del aparato psíquico. Quizás la más importante contribución de Freud a la psicología fue la identificación de muchas funciones del ego, a las que designó con expresiones que frecuentemente utiliza hoy el pensamiento ilustrado y hasta la conversación corriente: - Represión: es impedir que un impulso entre en la conciencia; - Racionalización: es un intento de explicación coherente, lógica, moral, de un acto o hecho cuyos motivos verdaderos no se perciben; - Proyección: es expulsar de sí y localizar en otro (persona o cosa) algo que no se reconoce o que se rechaza de sí mismo; - Introyección: es hacer pasar, en forma fantasmática, de "afuera" a "adentro" objetos o cualidades propias de los mismos. Se relaciona también con la identificación del yo con otra persona o con alguna de sus cualidades; - Regresión: Dentro de un proceso psíquico, es ir hacia atrás en la secuencia de los estadios del desarrollo psíquico; - Formación reactiva: Es una actitud o hábito de sentido opuesto a un deseo reprimido, constituído como reacción contra éste; - Desplazamiento: Es el traspaso de la actitud de interés, de un objeto a otro.
Otros conceptos también usuales en el lenguaje freudiano y difundidos luego con mayor o menor exactitud en el lenguaje corriente son: sentimiento de culpabilidad, frustración, angustia, mecanismos de defensa, etc.
La teoría freudiana sobre el desarrollo de la personalidad se concentra en el estudio de los primeros cinco años de la vida. En ese período se atraviesan tres estadios, marcados por la principal fuente de placer para el individuo en cada uno de ellos: oral, anal y genital. En el estadio oral, el placer viene principalmente de comer, de "incorporar" cosas al cuerpo, y ese esquema se aplica a toda la relación con el mundo. El dolor y el temor son originados por la ausencia del factor protector primordial y fuente nutricia: la madre. El bebé se comporta enteramente según el "principio del placer", buscando un estado cenestésico. El estadio anal comienza con la educación del control de esfínteres (hacia los dos años de edad) que es también la primera confrontación con el "principio de realidad". Según la forma de educarlo, el niño puede hacerse "expulsivo" (cruel y destructivo); "retentivo" (mezquino y miserable) o productivo y creador (si la madre estimula positivamente sus esfuerzos). El estadio fálico es la fase siguiente de la organización infantil de la libido, caracterizada por la unificación de las pulsiones bajo la primacía de los órganos genitales. Corresponde a la culminación y declinación del complejo de Edipo (atracción sexual hacia el padre de sexo opuesto y odio por el del mismo sexo).
En el varón, el temor a la autoridad paterna y a ser castigado con la castración producen una represión del deseo sexual de la madre y una identificación con el padre. El desarrollo de la niña no es simétrico: ella ama a su padre (complejo de Electra) pero cuando descubre que ella no tiene pene comienza a envidiar a los varones y evoluciona en dirección a una actitud ambivalente hacia su padre, objeto de amor-envidia al mismo tiempo.
Ha sido necesaria esta resumida y seguramente incompleta exposición de las ideas básicas de Freud sobre la psicología individual para entender su pensamiento social. Hemos visto que el hombre, en la concepción de Freud, aparece como un ser aislado y solitario, llevado por pulsiones y deseos heredados hacia actividades muy difícilmente compatibles con una convivencia social estable y organizada. De allí el espíritu "hobbesiano" de sus ideas sobre la vida social y el rol central asignado por él a la represión en la génesis de cualquier orden social productor de cultura.
A partir de 1913, Freud escribió obras importantes sobre temas sociales. En ellas emplea la misma orientación y los mismos conceptos básicos desarrollados en sus obras sobre psicología individual. Presta preferente atención a la génesis de lo social (tabúes, totems, mitos, creencias religiosas). Con frecuencia emplea datos antropológicos que ya eran anticuados en su época, y principios genéticos que hoy resultan francamente insostenibles. La concepción freudiana de la sociedad es aristocrática, autoritaria, pesimista respecto de la naturaleza humana, y sus implicaciones políticas prácticas son radicalmente conservadoras. Como ya dijimos, su pensamiento es de neto corte hobbesiano.
Freud reconoce, por supuesto, que el hombre necesita de la sociedad para sobrevivir, y que esa necesidad lo obliga a aceptar limitaciones a sus deseos, pero destaca que se somete de mala gana, bajo constantes amenazas y presiones. Para Freud, todo individuo es, en el fondo, un enemigo de la civilización. La civilización se construye sobre la represión del hombre: una civilización no represiva es considerada por él como totalmente imposible.
Freud es individualista; manifiesta un gran rechazo por el hombre-masa. Puede encontrarse en él un anticipo de la idea del inconsciente colectivo, que luego desarrolló K.Jung y que es, indudablemente, un elemento importante en la descripción psicoanalítica de la génesis de la conducta de las masas.
En cuestiones internacionales, Freud emplea los mismos enfoques. El hombre está naturalmente impulsado desde sus instintos a agredir y dominar a los demás, y lo mismo ocurre con las naciones. La base de la sociedad y de la vigencia del derecho es la unión de los débiles en contra de los fuertes; en definitiva, la imposición de un poder colectivo sobre todos.
En su idea de la naturaleza o condición humana, Freud difiere completamente de Marx. Por ello siempre nos ha llamado la atención la combinación que importantes corrientes del pensamiento contemporáneo, desde la Escuela de Frankfurt hasta algunos representantes de la Crítica Social, han hecho de la obra de ambos pensadores. Para Freud, por ejemplo, la agresividad humana es anterior al surgimiento de la propiedad privada, de modo que la abolición de ésta no modificará sustancialmente la conducta humana. Los hombres, para Freud, no luchan por un motivo en especial, sino porque tienen que hacerlo; porque está en su naturaleza, como consecuencia de un impulso instintivo. Los actuales grupos y sociedades humanos son manifestaciones contemporáneas del comportamiento de horda. En ellos se ha desarrollado, como en los individuos, un super-ego, que obliga a respetar ciertos límites y mantener una conducta considerada socialmente adecuada.
Según nuestro criterio, son cuatro las principales obras de Freud referentes a lo social: - TOTEM Y TABU ("Totem und Tabu"-1913);^[Sigmund Freud: OBRAS COMPLETAS, Madrid, Ed. Biblioteca Nueva, 1973, tomo II pág. 1745.] - PSICOLOGIA DE LAS MASAS Y ANALISIS DEL YO ("Massenpsychologie und ich-analyse"-1921);^[Sigmund Freud: op. cit., tomo III, pág. 2563.] - EL PORVENIR DE UNA ILUSION ("Die Zurunft einer Illusion"-1927);^[Sigmund Freud: op. cit., tomo III, pág. 2961.] - EL MALESTAR EN LA CULTURA ("Das Unbehagen in der Kultur"-1930);^[ Sigmund Freud: op. cit., tomo III, pág. 3017.].
"Totem y Tabu" es la primera tentativa que hizo Freud para aplicar el punto de vista psicoanalítico a problemas de psicología social. Como él mismo dice, el tema de los tabúes está exhaustivamente tratado en esta obra, mientras que la investigación del totemismo está apenas esbozada. "Se trata de un libro que estudia el orígen de la religión y la moral..." dice Freud en el Prólogo de la edición hebrea. La obra reúne cuatro ensayos que fueron originalmente publicados en forma separada: I - EL HORROR AL INCESTO, II - EL TABU Y LA AMBIVALENCIA DE LOS SENTIMIENTOS, III - ANIMISMO, MAGIA Y OMNIPOTENCIA DE LAS IDEAS, IV - EL RETORNO INFANTIL AL TOTEMISMO.
En "El horror al incesto" describe, en base a un abundante material etnográfico aportado sobre todo por Frazer^[Frazer: TOTEMISM AND EXOGAMY - 1910. También: Andrew Lang: THE SECRET OF THE TOTEM, 1905.], las particularidades del totemismo como modo primitivo de organización de los grupos humanos. Un totem "...es un animal comestible...más raramente una planta o una fuerza natural.." vinculado con el grupo humano de un modo especial: es considerado como el antepasado del clan y también como su espíritu bienhechor y protector. Los integrantes del grupo totémico no pueden matar a dicho animal, ni comerlo, ni aprovecharlo de ninguna otra forma, bajo pena de muerte.
Otra consecuencia es la "consanguinidad totémica" de los integrantes del grupo, de donde deriva una exigencia de exogamia: los miembros del mismo clan totémico no deben casarse entre sí. Ese "horror al incesto", que se presenta como el primer valor de una naciente moral social, va aún más allá: las tribus se dividen en dos "fratrias" (clases matrimoniales) y éstas a su vez en dos o más subclases, todas exogámicas entre sí, de modo que se restringen mucho las posibilidades de elección matrimonial. Esas restricciones van también acompañadas por reglas de trato social que refuerzan el "horror al incesto": prohibición de trato familiar y hasta de dirigir la palabra, a parientes cercanos del otro sexo: madre, hermanas, cuñadas, suegra, etc.
En "El Tabú y la ambivalencia de los sentimientos", Freud sostiene que si se estudia el tabú con óptica psicoanalítica se encuentran muchas similitudes con las "neurosis obsesivas" de los hombres "civilizados", con su característica ambivalencia de deseos y contradeseos. En este ensayo, quizás la parte más interesante para la Teoría Política sean las reflexiones sobre temas tales como: - La conducta para con los enemigos: reconciliación con el enemigo muerto; restricciones a observar; actos de expiación o purificación del matador; prácticas ceremoniales.
- El tabú de los soberanos: el súbdito debe protegerse de ellos porque son portadores de una energía ("maná") que puede ser peligrosa, y a la vez debe amarlos y protegerlos: aquí aparece nuevamente el tema de la ambivalencia, que es clásico en los estudios politológicos sobre el poder.
- El tabú de los muertos: es debido a la contaminación o impureza derivada del contacto con los muertos, de donde deriva, por ejemplo, la prohibición de pronunciar su nombre y la necesidad de celebrar ritos propiciatorios, etc.
El ensayo titulado "Animismo, magia y omnipotencia de las ideas" comienza con una interesante reflexión de Freud sobre cómo veía él sus propios aportes a las ciencias del hombre: "...no aspiran sino a estimular a los especialistas y a sugerirles ideas que puedan utilizar en sus investigaciones...", amplitud de criterio que no siempre es tenida en cuenta por los actuales seguidores del freudismo...
La idea básica de este ensayo es que, en la construcción de sistemas cosmovisionales (animismo, magia, religión) los hombres no se vieron impulsados sólo por "...una pura curiosidad intelectual, por la sóla ansia de saber. La necesidad práctica de someter al mundo debió de participar, indudablemente, en esos esfuerzos".
Las concepciones del mundo, según Freud, evolucionaron a través de fases: animista (la omnipotencia está en el hombre); religiosa (la omnipotencia es transferida a los dioses) y científica (que pretende abandonar la "omnipotencia de las ideas" pero dejando rastros de ella "en nuestra confianza en el poder de la inteligencia humana"); algo comparable (aunque no igual) a la "ley de los tres estados" que según Comte habían atravesado las sociedades occidentales en su evolución histórica: teológico, metafísico y positivo; y que es retomado luego por Erik Kahler en su "Historia Universal del Hombre", cuando plantea las diversas actitudes que puede asumir el ser humano cuando cobra conciencia de su humanidad y se visualiza a sí mismo como un ente "separado" de la Naturaleza: la magia, la religión y la ciencia serían en este caso, las grandes fases de la re-vinculación del ser individual-social con el Todo.^[Erik Kahler: HISTORIA UNIVERSAL DEL HOMBRE, México, FCE.] El cuarto ensayo, titulado "El Retorno Infantil al Totemismo, es un intento de explicar el orígen de la religión como fundamento de la vida social, en base al concepto de totem, aunque Freud aclara que "no puede retraerse a una sola fuente un fenómeno tán complicado como la religión".
Los dos tabúes (o sea, prohibiciones) fundamentales del totemismo "con los cuales se inicia la moral humana" son la muerte del totem y el incesto. Freud esboza aquí su famosa explicación mítico-histórica (basada en algunas observaciones de Darwin) sobre esos orígenes: los hijos, que aman y odian al padre, que los protege pero los excluye del comercio con las mujeres, finalmente se dejan llevar por su odio, lo matan y lo comen, para asimilar mágicamente su fuerza; luego prima nuevamente el amor, experimentan culpa y "lo que el padre había impedido anteriormente...se lo prohibieron luego los hijos a sí mismos...".
"Totem y Tabú" es, tal vez, la obra de Freud donde más claramente se manifiesta su reduccionismo psíquico individual de la vida social, reduccionismo que potencia el rol del psiquismo inconsciente. En esta obra, Freud intenta explicar todas las costumbres primitivas en función de represiones de la libido o de neurosis obsesivas. Desconoce, en este sentido, el rol de la acción social propiamente dicha. Por otra parte, adoptando una clásica postura "eurocéntrica", Freud considera a las sociedades primitivas como "embrionarias", sin reconocerles una estructura autónoma, con funciones y objetivos propios.
En "Psicología de las Masas y Análisis del Yo" (1921) Freud comienza su desarrollo cuestionando la oposición entre psicología individual y psicología social o colectiva, porque "...en la vida anímica individual aparece siempre integrado...el otro", pero reconoce claramente las diferencias que se dan entre los fenómenos "narcisistas" o "autísticos", los fenómenos de interacción social entre dos o pocas personas, y los fenómenos de influencia simultánea de gran número de personas, o sea la psicología de las masas.
Freud parte de las observaciones de Gustave Le Bon^[Gustave Le Bon: (PSYCHOLOGIE DES FOULES, Paris, Alcan, 1921) PSICOLOGIA DE LAS MULTITUDES, Buenos Aires, Albatros, 1978.] sobre la aparición en la multitud de un "alma colectiva" que obra de manera completamente distinta a los individuos que la componen. Se trata de un "ser provisional" en el que emerge "lo inconsciente social" y se borran "las adquisiciones individuales".
Aparece allí "un sentimiento de potencia invencible", que hace más fácil "ceder a los instintos", lo que se ve favorecido por el carácter "anónimo e irresponsable" de la multitud. La supresión de las represiones permite la manifestación, no de caracteres nuevos -sostiene Freud- sino de elementos ya existentes en el inconsciente individual.
En la multitud aparecen fenómenos de gran interés, como el "contagio mental" efecto de la "sugestionabilidad", a veces semejante a la "fascinación del hipnotizado". En la multitud hay una tendencia a pasar inmediatamente a la acción. "La multitud es impulsiva, versátil e irritable"; es omnipotente, influenciable, crédula, extremista. Es autoritaria e intolerante, conservadora y reacia a las novedades, y altamente sensible al poder mágico de las palabras.
Freud recuerda palabras de MacDougall, para quien el fenómeno más importante de la formación de la masa es la exaltación de la emotividad, y considera que "el nivel de la vida psíquica de la multitud" puede ser elevado por medio de una organización adecuada. Freud dice que ésto "...equivale a crear en la masa las facultades características del individuo..." La explicación psicológica de la modificación psíquica ocasionada al individuo por la masa se encuentra para Freud en "la influencia sugestiva de la masa" que es condición necesaria para que se manifieste "el prestigio del caudillo". Detrás de esa sugestión, Freud postula la existencia en la masa de "lazos afectivos", manifestación del Eros "...que mantiene la cohesión de todo lo existente..." No resulta entonces extraño que los regímenes políticos totalitarios, basados en la movilización incesante de las masas, siempre se hayan visualizado a sí mismos como "orgánicos".
La multitud, dice Freud, necesita de un jefe, pero para que éste pueda dominarla "es preciso que el mismo posea ciertas cualidades: una gran convicción, una voluntad potente e imperiosa, prestigio"; cualidades que produzcan "una especie de fascinación".
Este notable trabajo de Freud impresiona como una descripción hecha por anticipado de los fenómenos políticos de movilización de multitudes y emergencia de conductores carismáticos que años después surgirían en Alemania e Italia e implantarían regímenes totalitarios, una de cuyas víctimas ideológicas sería precisamente el movimiento psicoanalítico orientado por Freud... Aún hoy son pertinentes sus aportes para la explicación de los fenómenos políticos movimientistas y de ciertos procesos de sugestión y de construcción de liderazgos cuasi-artificiales, producidos por los modernos medios de comunicación de masas.
En el resto del ensayo, Freud analiza algunos temas especiales. En primer lugar, el caso de la Iglesia y del Ejército, a los que considera "...masas artificiales, esto es, masas sobre las que actúa una coerción exterior encaminada a preservarlas de la disolución y a evitar modificaciones de su estructura". En esas masas artificiales "...el individuo se halla doblemente ligado...al jefe (Cristo o el General) y...a los restantes individuos de la colectividad". También analiza la actuación de las masas con y sin conductor (que en algunos casos puede ser sustituído por una idea o una abstracción); la ausencia en las masas de esa "normal hostilidad que aparece en todo vínculo estrecho, aún amoroso"; el fenómeno de la identificación como vínculo de enlace recíproco entre los integrantes de la masa; el "efecto hipnótico del enamoramiento colectivo" que hace de la masa una experiencia "de carácter místico"; la masa vista como una resurrección moderna de la horda primitiva, etc.
Finalmente, analiza la neurosis como patología que "hace asocial al individuo,extrayéndolo de las formaciones colectivas habituales". La neurosis es para Freud "un factor disgregador de multitudes", e inversamente, sostiene que en una "...enérgica tendencia a la formación colectiva se atenúan las neurosis..." En este libro, pues, Freud parece anticipar, como ya dijimos, las intensas experiencias políticas de masas que sacudirían Europa pocos años después.
"El Porvenir de una Ilusión" (1927) es un libro en el que Freud desarrolla a fondo sus ideas sobre aspectos básicos de la sociedad humana. Considera que cultura y civilización son sinónimos y que muestran dos aspectos básicos de la problemática huamana: el dominio de la naturaleza y la regulación de las relaciones humanas.
La cultura ha de ser defendida contra los individuos, que se rebelan contra ella a causa de los sacrificios que les impone la vida en común, pese a ser conscientes de que la necesitan para sobrevivir. Toda civilización -sostiene Freud- se basa en la coerción y en la renuncia a los instintos. La civilización es algo "impuesto a una mayoría contraria a ella por una minoría que supo apoderarse de los medios de poder y coerción".
Las prohibiciones culturales más antiguas se refieren a deseos instintivos como el incesto, el canibalismo y el homicidio. Sólo el canibalismo está completamente dominado. Los otros deseos aún se hacen sentir "detrás de la prohibición" y el homicidio se practica e incluso se ordena en nombre de altos valores, en determinadas circunstancias.
Freud reconoce, sin embargo, que existe cierto "progreso anímico" de la humanidad, que consiste en "la transformación paulatina de la coerción externa en coerción interna...por la acción del superego", pero también anota que "...una multitud de individuos no obedecen a las prohibiciones...más que bajo la presión de la coerción externa".
Freud considera "comprensible" que cuando la satisfacción de algunas pocas personas tiene por base la opresión de muchas otras (lo cual "sucede en todas las civilizaciones actuales") los oprimidos sean hostiles a la civilización que sostienen con su trabajo pero de la cual no disfrutan.
Cuáles son las compensaciones que pueden obtenerse ante tánta opresión? Una es la participación en los ideales de la propia civilización -ideales forjados como secuela de los primeros logros de ésta- los cuales procuran satisfacciones "de naturaleza narcisista" y generalmente se convierten en "motivos de discordia" entre las naciones. De ese orgullo y satisfacción participan también "las clases ...oprimidas...en cuanto al derecho de despreciar a los que no pertenecen a su civilización", lo cual "les compensa de las limitaciones que la misma les impone a ellos".
Otra compensación es el Arte, de impacto socialmente menos extenso, porque es "inasequible a las masas, absorbidas por el trabajo agotador y poco preparadas por la educación". El Arte ofrece "satisfacciones sustitutivas compensadoras" e "intensifica los sentimientos de identificación" contribuyendo también "a la satisfacción narcisista".
Freud analiza a continuación el orígen y función de lo que llama "el elemento más importante del inventario psíquico de una civilización...sus representaciones religiosas...o, con otras palabras...sus ilusiones". "Ilusión" es, en el lenguaje freudiano, "una creencia cuando aparece engendrada por el impulso a la satisfacción de un deseo" sin prejuzgar si es o no verdad en sí misma. Las creencias religiosas son, según Freud, "realizaciones de los deseos más antiguos, intensos y apremiantes de la Humanidad".
Freud dice que "la función capital de la cultura es defendernos contra la naturaleza", pero todos sabemos que la naturaleza no está totalmente dominada: la tierra que tiembla, el agua que inunda, la tempestad que destruye, las enfermedades, el doloroso enigma de la muerte, provocan angustia y temor. Por otra parte, la imperfecta civilización en la que vivimos nos acarrea también sufrimientos.
La cultura nos defiende, en un primer paso, humanizando a la naturaleza. No convierte a las fuerzas naturales en simples seres humanos sino en dioses paternales, "conforme a un prototipo infantil y filogénico". Esos "dioses" tienen una triple función: - conjurar los terrores que inspira la naturaleza; - conciliar al hombre con el destino y la muerte; - compensar al hombre por las privaciones que la civilización le impone.
Con el tiempo, se acentúa la importancia de esta tercera función: - compensar los daños ocasionados por la civilización; - precaver los sufrimientos que los hombres se causan entre sí; - velar por el cumplimiento de los preceptos culturales.
Surge entonces un acervo de representaciones que protege a los hombres contra la naturaleza, el destino y los daños sociales. La vida en este mundo sirve a un fin más alto; el objetivo de esa superación es la parte espiritual del hombre; lo que sucede en el mundo es conducido (aunque sea difícil de comprender) por una inteligencia superior hacia el bien; la muerte no es un fin sino un tránsito hacia una evolución superior. La Sabiduría, la Bondad y la Justicia son los atributos del "Unico Ser Divino" en el cual "nuestras civilizaciones han condensado el politeísmo de épocas anteriores". Freud hace, evidentemente, un alegato en favor de un fundamento puramente racional de los preceptos culturales, pero se interrumpe por un repentino escrúpulo: "...los motivos puramente racionales pueden aún muy poco contra las pasiones del hombre...", dice.
Finalmente, al analizar si conviene o no al hombre y a la sociedad perder esas "ilusiones", Freud se pronuncia decididamente en favor de su conservación" "No extrañará -dice-...que me declare partidario de la conservación del sistema religioso como base de la educación y de la vida colectiva. Se trata de una cuestión práctica y no del valor de realidad del sistema".
En "El Malestar en la Cultura" (1930) Freud prosigue la línea de pensamiento sobre la vida social iniciada en sus obras anteriores, abordando en este caso problemas morales y religiosos vinculados con el individuo y la sociedad. Su punto de partida es una observación de su amigo Romain Rolland sobre la "sensación de eternidad" o "sentimiento oceánico" que sería la fuente última de la religiosidad. Freud se confiesa ajeno a tales sentimientos, pero aclara que en "El Porvenir de una Ilusión" no pretendió ocuparse de "las fuentes más profundas del sentido religioso" sino de "lo que el hombre común concibe como su religión", con sus explicaciones integrales y su solícita Providencia; en definitiva se ocupó de la vigencia y rol social de la religión.
Se plantea luego la cuestión del objeto que tendría la vida humana ("sólo la religión puede responder al interrogante sobre la finalidad de la vida", dice) y la abandona luego para encarar otra más modesta: Qué esperan los hombres de la vida? Se responde que aspiran a la felicidad, a ser felices: en primer término a experimentar fuertes placeres, pro luego con frecuencia se conforman con no sufrir, con escapar a la desgracia.
Al hombre le resulta muy difícil llegar a ser feliz, por varios motivos: la supremacía amenazante de la naturaleza, la caducidad de nuestro cuerpo y la insuficiencia o precariedad de nuestros métodos para regular las relaciones humanas en la familia, en el Estado y en la sociedad. De estos tres motivos, los dos primeros son más soportables porque son ineluctables, pero el tercer motivo es el más difícil de aceptar: porqué las instituciones creadas por nosotros mismos han dado tán malos resultados? Esa frustración desemboca en una "extraña actitud de hostilidad contra la cultura" pese a ser ella obra nuestra y necesaria para nuestra supervivencia. El hombre -dice Freud- "cae en la neurosis porque no logra soportar el grado de frustración que le impone la sociedad en aras de sus ideales de cultura". Esto se expresa, por ejemplo, en una nostalgia de la vida primitiva, erróneamente visualizada como "simple, modesta y feliz".
Intenta luego Freud hacer un análisis de los factores a los que "debe su orígen la evolución de la cultura, cómo surgió y qué determinó su derrotero ulterior" y sus dificultades. La familia primitiva (originada en la permanencia de la pulsión sexual y en la prolongada indefensión de la prole) evolucionó hacia las "alianzas fraternas" de la vida social posterior, como ya había explicado Freud en "Totem y Tabú". Ahora bien: la vida social es frustrante porque el hombre no es "una criatura tierna y necesitada de amor" sino un ser bastante agresivo, violento y cruel. Esas tendencias agresivas "son el factor que perturba nuestra relación con los semejantes", dice Freud.
"Los comunistas -añade a continuación- creen haber descubierto el camino hacia la redención del mal..": la abolición de la propiedad privada. "No me concierne la crítica económica del sistema comunista...pero...puedo reconocer como vana ilusión su hipótesis psicológica"..."el instinto agresivo no es una consecuencia de la propiedad sino que regía...en épocas primitivas..." cuando la propiedad privada no existía. Señalamos nuevamente la clara disyunción planteada entre freudismo y marxismo, a través de esta crítica a un aspecto básico de la concepción antropológica marxista.
Como ya dijimos, nos llaman mucho la atención las frecuentes combinaciones posteriores entre estas dos concepciones, que si bien tienen algunos elementos en común (materialismo y determinismo, por ejemplo) tienen también muy marcadas diferencias, de las cuales quizás la principal sea la orientación general de una y otra línea de pensamiento: mientras el marxismo es un claro exponente del "encantamiento de la modernidad", el freudismo se anticipó a los tiempos por venir, en su "desencanto de la modernidad", propio de nuestros tiempos post-modernos...
En definitiva, concluye Freud, "...si con toda justificación reprochamos al actual estado de nuestra cultura cuán insuficientemente realiza nuestra pretensión de un sistema de vida que nos haga felices...quizás convenga que nos familiaricemos también con la idea de que existen dificultades inherentes a la esencia misma de la cultura, e inaccesibles a cualquier intento de reforma".
La tendencia agresiva "...constituye el mayor obstáculo con que tropieza la cultura". Esta última procura coartar la agresividad del individuo "...haciéndolo vigilar por una instancia alojada en su interior, como una guarnición militar en una ciudad conquistada". Se trata del super-ego, cuya tensión con el ego produce "el sentimiento de culpabilidad" que se manifiesta como "necesidad de castigo", tema al que le dedica un amplio desarrollo.
"A mi juicio -termina diciendo Freud- el destino de la especie humana será decidido por la circunstancia de si -y hasta qué punto- el desarrollo cultural logrará hacer frente a las perturbaciones de la vida colectiva emanadas del instinto de agresión y de autodestrucción". Y nosotros -más de sesenta años después- podemos terminar este resumen con las mismas palabras con que Freud termina su ensayo: "Mas, quién podría augurar el desenlace final?".
El esquema freudiano no es adecuado para formular explicaciones formalmente rigurosas de los fenómenos políticos y sociales, y de hecho se lo ha utilizado poco, aunque es incuestionable la profundidad y agudeza de muchas de sus observaciones y reflexiones. La muy citada "aplicación" que hizo Harold Lasswell^[Harold D. Lasswell: PSICHOPATOLOGY AND POLITICS, Viking Press Inc., 1962.] es, en realidad, un intento de aplicar el método, no la teoría en su conjunto.
Las críticas a la teoría freudiana ortodoxa son muy conocidas: su carácter de sistema cerrado, su organización de "escuela", con la consiguiente intolerancia teórica, su vaguedad conceptual, su falta de definición empírica, su oscilación incierta entre el uso simbólico y concreto de los vocablos. Pero indudablemente es una poderosa vertiente nutricia del pensamiento contemporáneo, como lo testimonian, por ejemplo, la "Escuela de Frankfurt" y la corriente de "Crítica Social", que veremos luego.
El freudismo tiene valor heurístico, capacidad de sugerencia, de apertura y de ampliación de líneas de investigación. Creemos que al leerlo, todos sentimos la estimulación de un pensamiento poderoso, que se atreve a nombrar a las cosas de modos nuevos, que nos atrae y repele a la vez, que nos presenta al hombre y a la vida bajo aspectos que con frecuencia nos chocan, pero en los que también percibimos duras verdades y ominosos anticipos del drama contemporáneo. Estemos o no de acuerdo con sus teorías, hay en la historia de la ciencia contemporánea un antes y un después de Freud, que a nuestro juicio está marcado por la incorporación sin cuestionamientos de la dimensión psicológica profunda -lo emocional, lo irracional, lo inconsciente- en todos los estudios de lo humano.
### El neo-freudismo (o psicoanálisis socializado) {-}
Una característica a nuestro entender negativa de la "Escuela de Viena", fundada por Freud y sus primeros seguidores, fue justamente su carácter de "escuela", es decir, de cultivo grupal de un conocimiento proveniente de una fuente "paternal" y cerrado a todo cuestionamiento y revisión externa, algo opuesto al carácter abierto de la ciencia empírica corriente, que no reconoce padre ni principio de autoridad alguno. Cuando una corriente teórica se estructura como "escuela", por elevados que sean los motivos preservadores aducidos para ello, fatalmente se configura una "ortodoxia" interna y una "heterodoxia" nutrida por todos aquellos cuyo pensamiento se aparta de la orientación originaria. Esto ocurrió con la "escuela" de Freud.
En 1911, Alfred Adler (1870-1937), médico oftalmólogo vienés, que de su especialidad había pasado a la psicoterapia, y había sido uno de los primeros discípulos de Freud, fundó su propia escuela, rompiendo con Freud y su círculo de Viena, con lo que culminaron los enfrentamientos que venían sosteniendo desde 1905 por discrepancias sobre el rol de la sexualidad en la conducta humana. Mientras Freud le asignaba un papel dinámico central, Adler ubicaba en ese lugar a "la voluntad de poder", compensación de la inferioridad constitucional inicial del hombre. Esa voluntad de poder, en el lenguaje propio de Adler, debe entenderse más en el sentido de "dominio de sí" que de "dominio de los otros".
Adler era socialista; no compartía, por lo tanto, la visión profundamente pesimista y hobbesiana que Freud tenía del hombre. Adler postuló la existencia de una tendencia social innata, una propensión a atender el interés general tanto como el personal.
Otros psicoanalistas, también discípulos de Freud en sus comienzos, como Carl Jung, Otto Rank y Wilhem Stekel, siguieron el ejemplo de Adler, separándose de la ortodoxia freudiana; pero indudablemente fue la obra de Adler la más fecunda en el campo del pensamiento político sistemático, en particular por medio de la llamada corriente o escuela de la "crítica social", en la que se destacan los nombres de Karen Horney, Erich Fromm y Harry Stack Sullivan. También puede discernirse su influencia en autores importantes de otras corrientes, como Norman Brown, Herbert Marcuse y Theodore Adorno.
La escuela de la "crítica social" es un foco de convergencia de poderosas corrientes del pensamiento contemporáneo, que van desde el freudismo al marxismo, desde la Antropología Cultural hasta la Teoría del Campo y la Semántica, para enfrentar desde una actitud severamente crítica las realidades de la sociedad y la cultura contemporáneas, especialmente su versión anglosajona y específicamente norteamericana, tomada como modelo dominante y difundido mundialmente.
### Karen Horney {-}
Karen Horney (1885-1952), psicoanalista nacida en Alemania, desarrolló prácticamente toda su labor en los EE.UU. Inspiró su revisión del freudismo en las ideas de Adler, con un sesgo aún más radical, aunque algunos de los seguidores de éste llegaron a acusarla de plagio.También se percibe en sus obras la influencia de antropólogos de la corriente culturalista norteamericana, como Margaret Mead, Ruth Benedict y Edward Sapir; y de la crítica dialéctica del marxismo. En 1941 rompió sus vínculos con la ortodoxa "New York Psychoanalytic Society" y fundó la "Association for the Advancement of Psychoanalysis".
Entre sus principales obras cabe citar "New Ways in Psychoanalysis" (1939), "Self-Analysis" (1942) y "Our Inner Conflicts: a Constructive Theory of Neurosis" (1945) entre otras. Del freudismo, Karen Horney tomó la motivación inconsciente, el determinismo psíquico, la importancia de los sueños y los mecanismos de defensa del ego. Rechazó, en cambio, la teoría del instinto: la reemplazó por la consideración teórica de las influencias del ambiente; también redujo la importancia de la motivación sexual, a la que consideró producto y no causa de la ansiedad. Otros aspectos (Edipo, Libido, Thanatos) fueron considerados consecuencias de las relaciones culturales o interpersonales.
Karen Horney fue una psiquíatra clínica, preocupada por problemas terapéuticos de índole, si se quiere, individual, pero su obra tiene partes de gran interés para las ciencias sociales en general y para la Ciencia Política en particular: - los objetivos primordiales del hombre son la seguridad y la sa-tisfacción (en ese orden); - el hombre busca el poder para autoprotegerse; - la ansiedad surge de las relaciones humanas, con sus componentes de miedo, inseguridad, soledad, hostilidad; no surge de impulsos genéticos; - la ansiedad es el orígen de la neurosis; - la ansiedad es inducida por la cultura; - la moderna cultura norteamericana es un perfecto caldo de cul-tivo de la ansiedad, y por consiguiente de la neurosis.
Karen Horney señala cinco rasgos de la cultura norteamericana contemporánea que son los factores principales de la ansiedad: - la competencia, con la inseguridad y la hostilidad que implica; - las desigualdades en el acceso a la cultura y a los demás bie-nes de la vida; - el miedo a la reprobación, agravado por el fomento de la culpabilidad; - la falta de fundamento de las relaciones humanas; -las contradicciones entre los valores culturales y las realida-des de la vida social.
Karen Horney sugirió en diversas formas que una combinación de crítica social marxista y de análisis freudiano de la neurosis puede forjar un arma coherente de crítica social, que promueva modificaciones culturales para reducir la ansiedad producida en la sociedad Karen Horney: LA PERSONALIDAD NEUROTICA DE NUESTRO TIEMPO, Bs. As., Paidós, 1963.
### Erich Fromm {-}
Erich Fromm (n. 1900 ), psicoanalista nacido en Alemania y afincado en los EE.UU., procura reinterpretar el psicoanálisis freudiano mediante la utilización de esquemas sociológicos e históricos tomados de Marx, cuya influencia es muy marcada en él; así como la de Max Weber, en su lectura de las relaciones entre capitalismo y protestantismo. Entre las principales obras de Erich Fromm cabe citar "Scape for Freedom" (1941) "Man for Himself: an Inquiry into the Psychology of Ethics" (1947), "The Sane Society" (1955) y "Marx's Concept of Man" (1961) entre otras^[Erich Fromm: EL MIEDO A LA LIBERTAD, Bs. As., Paidos, 1971. Ver también HUMANISMO SOCIALISTA, Bs. As., Paidos, 1971.].
Erich Fromm no se dedicó a la psiquiatría clínica sino a la crítica social, campo en el que alcanzó gran difusión e influencia como autor muy leído y comentado, sobre todo entre la juventud de la posguerra. Como crítico social utiliza concepciones psicoanalíticas, sobre todo adlerianas, para describir los males sociales, pero los explica en términos histórico-dialécticos esencialmente marxistas.
El interés de Erich Fromm se centra en las condiciones del medio en el que se forma la persona. Considera que el carácter es producto del ambiente, y que éste es configurado por la dinámica del sistema de producción. A diferencia de Karen Horney, Erich Fromm enfatiza más la importancia del modo de producción que la de las relaciones personales. Fromm concibe al hombre esencialmente como un productor, cuya actividad laboral define en lo esencial el sentido (o falta de sentido) de su vida. En ese contexto, Fromm considera que existen cinco necesidades humanas fundamentales: - la relación con los demás; - trascender la naturaleza; crear; - tener arraigo en un tiempo y lugar; - tener estabilidad; - tener un cuadro de orientación.
Para Fromm, el hombre occidental moderno es un solitario, enajenado de su trabajo, incapaz de mantener relaciones humanas fructíferas, insatisfecho, neurótico e infeliz. La causa de esa triste situación es el capitalismo, que exige rasgos de carácter incompatibles con las necesidades humanas: conformismo, competencia, formalidad, puntualidad, morigeración, control, racionalización, inserción en estructuras de escala sobrehumana. En esas condiciones, la vida es estéril e insatisfactoria, enajenante, proclive a la sumisión masoquista o a la dominación sádica, al conformismo o al poder.
Es el Amor -sostiene Fromm- la única fuente de seguridad interior y de relaciones humanas sólidas; de una adecuada consideración de sí mismo y de los demás. El Amor es dador de sentido a la existencia.
El valor y la repercusión de Erich Fromm como crítico social han sido grandes. No ocurre lo mismo en el plano teórico, por la debilidad conceptual y metodológica de su construcción intelectual.
### Harry Stack Sullivan {-}
Harry Stack Sullivan fue un psiquíatra clínico nacido y educado en los EE.UU., que experimentó la influencia del freudismo pero la trascendió, creando sus propios conceptos. Su obra es la estructura conceptual no freudiana más importante de que dispongamos hoy en Psiquiatría. Entre sus obras cabe citar a "The Interpersonal Theory of Psychiatry" (1953) y "The Fusion of Psychiatry and Social Science" (1964)^[Harry Stack Sullivan: THE INTERPERSONAL THEORY OF PSYCHIATRY, W.W. Norton and Co. Inc., 1953; THE FUSION OF PSYCHIATRY AND SOCIAL SCIENCE, W.W. Norton and Co., 1964.]. Como puede advertirse desde el título de esta última obra, Sullivan fue también un notable psicólogo social, que intentó tender un amplio puente entre la Psicología y las ciencias sociales. Esta parte de su obra tiene un especial interés para la Ciencia Política.La filiación intelectual de su obra reconoce la influencia del empirismo lógico de Percy Bridgman, de la obra de antropólogos y sociólogos como George Mead, Ruth Benedict y Bronislaw Malinowski. Tomó también elementos de la Teoría del Campo, de Kurt Lewin y nociones de semántica y comunicación de Edward Sapir.
Harry Stack Sullivan es cauto, empírico, riguroso. Concibe al individuo como un "centro" de un conjunto de interacciones. Esas interacciones de algún modo "son" la persona, organismo en desarrollo, de cambiantes necesidades, que atraviesa a lo largo de su vida siete etapas de crecimiento: infancia, niñez, juvenil, preadolescente, adolescente, adolescente tardía y adulta.
Sullivan tiene del amor una idea similar a la de Fromm. Para él, las relaciones amorosas son la principal fuente de satisfacción de la vida humana. El organismo -dice Sullivan- es un homeóstato que se mueve entre dos polos de tensión absoluta: el terror y la euforia. La conducta humana está orientada a aliviar las tensiones que tienden a llevar al hombre hacia esos extremos. Hay otro generador de conductas: la ansiedad. Para Sullivan, las necesidades son específicas y pueden ser satisfechas; la ansiedad, en cambio, es general y no puede ser satisfecha del mismo modo. La seguridad es lo que nos permite relajar la ansiedad, y no se puede obtener seguridad sin ayuda del medio exterior. La satisfacción -o sea el cumplimiento de las necesidades- y la seguridad -o sea el alivio de la ansiedad- son los dos principales objetivos de los seres humanos.Una persona adulta, con una personalidad plenamente integrada, desarrolla formas de conducta que satisfacen sus necesidades internas y las exigencias externas de la sociedad. Nadie puede buscar su propia satisfacción -sostiene Sullivan- sin atender las consecuencias de sus acciones para los demás.Quizás sea ésta una de sus aportaciones más valiosas a una visión madura y equilibrada de la vida individual y social.
Tanto Sullivan como todos los autores antes mencionados han tenido mucha influencia en el pensamiento social y político contemporáneo, como expresión de una necesaria interdisciplina en el arduo proceso de conocer las dimensiones interactuantes de la dinámica existencial humana, psicológica, social, económica y política. Hay grandes áreas que la Ciencia Política no puede explorar sin apoyo de la Psicología. De ahí el interés de este repaso que acabamos de hacer.
## Cuarta parte {-}
### El Formalismo - La Teoría de los Juegos - La Teoría de la Información y la Cibernética - Modelos y simulaciones {-}
El Formalismo es una interesante dirección en el desarrollo del pensamiento político contemporáneo. Se manifiesta en el creciente empleo, para el estudio de la política, de modelos formales, simulaciones y estructuras matemáticas. Es un procedimiento y un lenguaje que va más allá del simple empleo del cálculo de probabilidades y de la estadística para manejar datos políticos.^[Eugène J. Meehan: PENSAMIENTO POLITICO CONTEMPORANEO, Madrid, Revista de Occidente, 1973.] El Formalismo incluye cuatro tipos de actividad: 1) La creación de modelos (lógicos, matemáticos o informales) utilizables en estudios políticos; 2) La aplicación de dichos modelos al estudio de fenómenos políticos; 3) El análisis de los problemas metodológicos y prácticos que plantean las actividades ya mencionadas; 4) El empleo de conceptos tomados del formalismo pero usados fuera de su contexto originario.
El Formalismo es una orientación bastante reciente en el campo de los estudios políticos. La experiencia de los últimos treinta años no ha visto ni el florecimiento que pronosticaron sus partidarios iniciales ni la extinción que presagiaron sus críticos, sino que lo han ubicado como una herramienta metodológica y analítica entre otras.
Quedan en pié, evidentemente, algunos obstáculos para un mayor desarrollo: el principal a nuestro juicio es que hay algunos aspectos de la política (su dimensión simbólica, mítica y emocional) que no se prestan ni se prestarán nunca a un manejo matemático formal: éste es irreductible; pero hay otros cuya consistencia dependerá del sentido que tomen los futuros desarrollos: hay pocos politólogos con suficiente preparación y vocación lógica y matemática; hay pocas ramas de las matemáticas que resulten útiles para los estudios políticos; la complejidad de los fenómenos políticos, fuertemente interactivos y significantes, exceden frecuentemente las posibilidades representativas de los modelos matemáticos disponibles; y sobre todo el hecho de que el entusiasmo por el formalismo procede fundamentalmente de la Economía y está muy impregnado de su estilo, que es próximo pero no exactamente coincidente con el de la Política. De hecho, algunas de las más significativas aplicaciones de modelos matemáticos al estudio de la política han sido hechas por economistas, como es el caso de "An Economic Theory of Democracy" de Anthony Downs^[Anthony Downs: AN ECONOMIC THEORY OF DEMOCRACY, Harper and Row Publishers, 1957.], o por matemáticos, como Herbert A. Simon y su obra "Models of Man: Social and Rational"^[Herbert A. Simon: MODELS OF MAN: SOCIAL AND RATIONAL, John Wiley and Sons Inc., 1957.].
Vamos a repasar ahora algunos detalles de las cuatro actividades recién mencionadas.
### La creación de modelos aplicables {-}
En principio, la creación de modelos lógicos o matemáticos es tarea de lógicos o matemáticos, pero si esos modelos han de ser útiles para el estudio de la política, sus axiomas han de tener relevancia para los datos empíricos que maneja el politólogo. Cómo coordinar ambas especialidades? No es fácil que buenos matemáticos se intereses por los problemas específicos del politólogo, que suelen resultarle poco atractivos desde el punto de vista formal. El politólogo ha de plantear sus propios modelos, pero aquí aparece el problema de la escasa predisposición y formación matemática que suele caracterizar a los científicos sociales en general.
Hay muchas obras de gran valor como orientación para el politólogo interesado en las posibilidades que ofrece la aplicación de las matemáticas en su campo. Entre ellas cabe citar: F. Massarik y P. Ratoosh: MATHEMATICAL EXPLORATIONS IN BEHAVIORAL SCIENCE, Irwin Inc. y Dorsey Press, 1965; K.Arrow, S. Karlin y P. Suppes: MATHEMATICAL METHODS IN THE SOCIAL SCIENCES, Stanford University Press, 1960; J. Kemeny y J.L. Snell: MATHEMATICAL MODELS IN THE SOCIAL SCIENCES, Ginn and Co., 1962; J.L. Bernd: MATHEMATICAL APPLICATIONS IN POLITICAL SCIENCE, Arnold Foundation, 1966; Hayward Alker: EL USO DE LA MATEMATICA EN EL ANALISIS POLITICO, Ed. Amorrortu.
Del mismo modo que el físico, el politólogo que tenga interés en este campo ha de poder emplear las matemáticas sin ser matemático él mismo, lo que plantea un interesante problema en el terreno de las currículas universitarias para la formación profesional.
### Aplicación de modelos a fenómenos concretos {-}
La utilidad de los modelos formales para la investigación científica depende de sus propiedades, de la naturaleza de los datos de que se dispone y de la finalidad de la investigación.
Un modelo formal es un conjunto de elementos cuidadosamente definidos y de reglas para manejarlos. Comprende un conjunto de axiomas y todos los postulados de teoremas que pueden deducirse de esos axiomas siguiendo los cánones de la lógica formal.
La Lógica y las Matemáticas son técnicas para manejar las interrelaciones entre "cosas" especificadas que se comportan de un modo particular; las matemáticas y la lógica realizan un razonamiento abstracto acerca de las interacciones entre símbolos especificados, estando también total y cuidadosamente especificadas las reglas de la interacción. El producto es un modelo representativo de los resultados de esas interacciones. Estos modelos formales en sí mismos no tienen nada que ver con la realidad empírica: son construcciones racionales derivadas de axiomas.
El objeto de la investigación política puede ser la explicación de fenómenos políticos, su valoración o ambas cosas. El valor del formalismo ha de juzgarse según su contribución a dichas finalidades. Los modelos formales no reemplazan a la teoría. La utilización de modelos puede ser un instrumento o recurso para facilitar la explicación o la evaluación, pero los modelos en sí mismos no explican ni evalúan. Son una analogía, una aproximación cuyo valor metodológico sólo puede ser establecido con referencia a casos concretos.
Qué se logra reduciendo las cuestiones empíricas a términos lógico-formales? Los resultados varían según los casos: clarificar el problema, obtener una cuasi-comprobación de los supuestos, cuando no es posible la experimentación (por ejemplo, usando simulaciones en el análisis de las relaciones internacionales); disponer de un instrumento para intentar la formulación de predicciones.
Los aspectos negativos, o mejor dicho, los riesgos que involucra el empleo de modelos formales son: darle más importancia a los símbolos que a lo que representan, atender más a la lógica de las relaciones formales que a las interacciones reales; caer en una hipersimplificación de los procesos; forzar los hechos para que se acomoden al modelo; olvidar que los modelos no son teorías. No hay reglas para evaluar la utilidad de los modelos formales en la investigación política. Es un problema de buen juicio y experiencia. Los modelos no tienen valor en sí mismos, excepto para los lógicos y los matemáticos.
### Análisis de los problemas metodológicos y prácticos del formalismo {-}
Ya hemos visto que, si bien son escasos, hay algunos intentos de aplicar modelos matemáticos a la descripción-explicación de fenómenos políticos. En cambio, abundan los trabajos referidos a los problemas metodológicos y prácticos del formalismo. Algunos se ocupan del tema en general, otros tratan de algún tipo determinado de modelos, como la Teoría de los Juegos, por ejemplo.
Como orientación bibliográfica general sobre este tema, cabe citar las siguientes obras: J. Charlesworth: MATHEMATICS AND THE SOCIAL SCIENCES, American Academy of Political and Social Science, 1963; Harold Lasswell et al.: THE POLICY SCIENCES: RECENT DEVELOPMENTS IN SCOPE AND METHOD, Stanford University Press, 1951; Carl J. Friedrich: NOMOS VII: RATIONAL DECISION, Atherton Press, 1964.
En lo que se refiere específicamente al campo de la Ciencia Política, cabe citar muy especialmente a Karl Deutsch: LOS NERVIOS DEL GOBIERNO, México, FCE, 1985, al cual nos vamos a referir ampliamente más adelante (Cap. 5).
### El empleo de conceptos tomados del formalismo {-}
En la investigación politológica suelen también emplearse esquemas conceptuales derivados del formalismo pero que no son en sí mismos sistemas formales. Es muy difícil evaluar esos "modelos informales". Su valor depende de su utilidad para la investigación, aunque también puede cuestionarse su validez científica. Tienen, a nuestro criterio, las mismas fragilidades que las analogías, de cierto valor didáctico y heurístico pero de poca consistencia para una descripción-explicación de base empírica.
Volviendo ahora al tema general del Formalismo, diremos que, dentro de esta corriente teórica, el modelo más empleado es la Teoría de los Juegos. Más raramente se utiliza la Teoría de la Comunicación y la Cibernética. Una tercera clase de modelos, frecuentemente utilizada en ciertos campos específicos como el análisis de la política exterior o de interacciones políticas internas en curso, son las Simulaciones, que pueden ser diseñadas para su representación mediante actores vivos ("simuladores") o mediante computadoras.
### La Teoría de los Juegos {-}
John von Neumann y Oskar Morgenstern publicaron en 1944 un libro titulado "Theory of Games and Economic Behavior", que puede ser considerado el orígen de la Teoría de los Juegos^[Eugène J. Meehan, op. cit. Ver también Karl Deutsch: LOS NERVIOS DEL GOBIERNO, México, FCE, 1985.]. En esta obra, los autores mencionados presentaron nuevos enfoques sobre el estudio de las decisiones económicas, políticas y sociales, y más en general, sobre las estrategias para la toma de decisiones.